Las consecuencias de la crisis financiera han llevado a una difícil situación al sector bancario, que ha visto caer su reputación y, con ella, la confianza de la sociedad. Para recuperarla, la ética resulta un elemento clave, así como la atención a otros criterios no financieros, como la sostenibilidad y el impacto social. Así se ha puesto de manifiesto en la jornada ‘La gestión de la ética en el sector financiero’, organizada por Sostenibilidad Ética y la Cátedra Iberdrola de Ética Económica y Empresarial de la Universidad Pontificia Comillas.
Javier Camacho, socio de Sostenibilidad Ética, ha destacado que “el sector financiero es un sector de alto impacto en la economía que ha trabajado con perseverancia para sobreponerse al impacto de la crisis financiera de 2008 y ofrecer un mejor servicio a sus clientes y a la sociedad, apostando por la recuperación de la confianza y por las nuevas tecnologías”. Para Camacho, “la sostenibilidad y los valores éticos deben desempeñar un papel clave en las finanzas, con el fin de construir un sector sólido, estable y transparente para la ciudadanía”.
La mesa de debate ha contado con la participación del director de ética del Banque de France (institución homóloga al Banco de España que creó este cargo en 2002), Pascal Cescon, quien ha destacado que “la crisis financiera de 2008 fue una crisis de valores y de falta de ética en general”.
Cescon considera que “hablar de ética no es hablar de regulación, sino de buen comportamiento para evitar situaciones de riesgos y malas praxis. Por eso la ética es necesaria para recuperar la confianza de las instituciones financieras y del sector bancario”.
En este sentido, tal y como ha explicado, el Banco Central Europeo (BCE) publicó el pasado mes de enero un código de conducta único, aplicable a todos los miembros de los órganos rectores y a los altos cargos del BCE, con el fin de reforzar y mejorar las políticas de buen gobierno e integridad de la entidad. Asimismo, Cescon ha recordado que cuando Christine Lagard accedió a la presidencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2011, una de sus condiciones principales fue impulsar altos estándares de conducta ética, de acuerdo con los valores de integridad, imparcialidad y discreción del organismo transnacional.
Otro de los ponentes de la jornada ha sido Antonio Rodríguez-Pina, presidente y consejero delegado de Deutsche Bank España, quien ha defendido que “los bancos tienen que dejar de ser vistos como entidades de pura intermediación para ser reconocidos como entidades que acompañan a las personas a tomar buenas decisiones financieras y de inversión, gestionando sus riesgos”.
Rodríguez-Pina ha recordado que “los depósitos de particulares, empresas y gobiernos son la principal fuente de financiación de los bancos. Su modelo de negocio funciona endeudándose, por eso es tan importante una buena gestión de riesgos y el análisis adecuado de dónde pueden invertir esos depósitos que les han confiado, para evitar problemas como los sucedidos durante la crisis”.
Finalmente, Reyes Calderón, profesora universitaria y consejera independiente, ha comentado que “aunque la reputación de la banca hoy está por debajo de la de los políticos, lo cierto es que históricamente el dinero siempre ha tenido mala reputación. Pese a ello, como sociedad necesitamos el dinero y a las instituciones financieras”.
Calderón ha echado la vista hacia atrás para recordar que “hasta la crisis de 2008, por lo general, los bancos siempre gozaron de buena reputación, el ciudadano pensaba que el tipo de interés siempre iba a estar al 0% y podía endeudarse sin problemas. La crisis financiera trajo también consigo una crisis de valores en las instituciones bancarias, pero como sociedad sólo culpamos a los bancos, y no a nosotros mismos por decidir sobreendeudarnos”.
Regulación y compliance
Durante la jornada se ha ahondado también en el papel del regulador para evitar las malas prácticas en el sector bancario, a pesar de ser uno de los más regulados. En este sentido, Cescon ha subrayado que “con el compliance las organizaciones disponen de una buena herramienta para prevenir los riesgos, y la ética persigue que la gente se comporte correctamente en las organizaciones, abandonen las malas prácticas y reduzcan los riesgos. El compliance y la ética se complementan para hacer mejor empresa”.
En opinión de Calderón “si casamos la ética con el compliance estaremos más protegidos como sociedad”. La consultora ha afirmado que “el cumplimiento normativo es lo correcto que debería hacer una compañía a través de la independencia del consejo de administración, para velar por su buen desarrollo y por el interés de los accionistas. Pero, además de ser correctos, los consejeros tienen que querer a la sociedad y eso pasa por una visión ética de los que dirigen la compañía para que llegue a todos los empleados”.
Por su parte, Rodríguez-Pina indicó que “la regulación, el buen gobierno y la transparencia en la gestión bancaria y productos financieros sirven para que las malas conductas sean más fáciles de detectar y de prevenir”. Este experto afirma que “la crisis ha puesto de manifiesto el impacto negativo que las conductas no éticas han tenido y ahora existe un mayor escrutinio sobre el sector financiero para que no se vuelvan a repetir”.