Las empresas que prestan servicios de inversión en España están reduciendo su número, en un contexto que invita a la consolidación ante los costes crecientes de sus actividades (impulsados por las exigencias de normativas como MiFID II) y los retos de un sector en el que, los expertos coinciden, la escala importará cada vez más.
Así lo indican los datos que pueden extraerse de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que recientemente ha publicado las estadísticas de las Esis correspondientes a finales de junio. En total, en seis meses las empresas de servicios de inversión en España han pasado de 261 a 258, una reducción del 1,1%.
Y es una tendencia que contrasta con la vivida antes: durante 2017, el número de empresas aumentó un 7,5%, desde las 243 de finales de 2016 hasta 261 a finales del año pasado.
Consolidación entre EAFIs…
Esta tendencia de consolidación es más notable entre las EAFIs o empresas de asesoramiento financiero: su número ha pasado de 171 a 165, lo que supone una reducción del 3,5%. Así, en lugar de suponer una cuota numérica del 65,5% (porcentaje en número con respecto al total de Esis), ahora ésta es menor al 64%. La conversión en otras figuras, como agencias de valores o gestoras, y la fusión entre entidades están impulsando la consolidación (la más reciente, la absorción de C&R por parte de GAR).
Con todo, siguen siendo las empresas más numerosas –si bien también las de menor tamaño, en cuanto a volumen asesorado se refiere-.
También la consolidación se ha notado ligeramente en las sociedades de valores, que han reducido su número, desde las 41 de finales de 2017 hasta las 40 de finales de junio. Por su parte, las sociedades gestoras de carteras siguen reducidas a una entidad (ver tablas).
Ganan popularidad las agencias de valores…
Las que han aumentado su número, sin embargo, son las agencias de valores: han pasado de 48 a 52, fruto de la conversión de algunas EAFIs en esta figura, que ofrece más posibilidades, como tener agentes.
Aunque las EAFIs han pedido al regulador la posibilidad de contar con ellos para desarrollar su negocio, la negativa de la normativa y otras limitaciones de la figura están llevando a muchas entidades a convertirse en agencias de valores.