En los últimos años, se ha producido un cambio notable en el papel de las mujeres en el ámbito financiero. Cada vez son más las que participan en la gestión de sus finanzas personales y profesionales; la inversión se ha convertido en una herramienta clave para promover su independencia económica, aunque todavía queda mucho por hacer. Existe una proporción significativa de mujeres que consideran que las finanzas no son su fuerte o que carecen de los conocimientos necesarios para gestionarlas. Por lo tanto, la educación financiera es fundamental para su capacitación, empoderamiento y para proporcionarles las herramientas necesarias que les permitan seguir avanzando en este ámbito.
Patricia Laplana, directora del Área de Clientes de Norz Patrimonia, firma española de asesoramiento patrimonial, subraya la importancia de que las mujeres tomen un rol activo en la gestión de su patrimonio. «Históricamente, las mujeres han estado menos involucradas en las decisiones de inversión, pero esto está cambiando. Estamos viviendo un cambio de tendencia en este sentido, y para ello está siendo es esencial que las mujeres asuman el control de sus finanzas y opten por estrategias que les permitan crecer y asegurar su futuro financiero», y añade que «en Norz Patrimonia, adaptamos constantemente nuestro enfoque a las necesidades específicas de nuestras clientas, ofreciendo personalización y educación financiera para acompañar y dar seguridad en el proceso de la toma de decisiones sobre su patrimonio».
Aunque cada persona es única, existen ciertos patrones que parecen caracterizar a las mujeres inversoras. Según la experiencia de Patricia Laplana con sus actuales clientes, las mujeres tienden a ser más conservadoras en sus inversiones, asumiendo menos riesgos en comparación con los hombres. Esto se traduce en una menor disposición a arriesgar en busca de mayores rentabilidades. Además, muchas de estas mujeres inversoras suelen ser mayores de 50 años, una etapa en la que ya han conseguido acumular un patrimonio significativo, ya sea por logros profesionales o patrimonios familiares.
Algunas diferencias curiosas entre hombres y mujeres como inversores
Tradicionalmente, los puestos directivos o empresariales han estado ocupados en la mayoría de los casos por perfiles masculinos. Es lógico que sea habitual que la proporción de clientes varones sea superior. No obstante, cuando la toma de decisiones implica a la unidad familiar, en ese momento ellas tienen un papel decisivo. De hecho, en muchas ocasiones, son ellas quienes tienen la última palabra. A partir de la experiencia de Laplana, se destacan algunas diferencias clave entre hombres y mujeres como inversores.
Si hablamos de enfoque hacia el objetivo, las mujeres suelen tener un propósito muy claro con sus inversiones. Lo importante para ellas es alcanzar un objetivo específico y suelen ser más directas en cuanto al resultado que desean obtener. En contraste, los hombres tienden a disfrutar más del proceso de inversión en sí, enfocándose en cómo y por qué se hacen las inversiones.
En cuanto al interés en los detalles: ellas no suelen estar tan interesadas en los detalles técnicos de los activos o en la situación macroeconómica, prefieren centrarse en una planificación a largo plazo. En cambio, los hombres tienden a involucrarse más en el análisis detallado de cómo construir ese crecimiento.
Además, las mujeres suelen ser más conservadoras y cautas frente al riesgo. Cuando se les presenta una planificación clara a largo plazo, están cómodas, pero ante situaciones de volatilidad tienden a preocuparse más por no alcanzar los objetivos previstos. Esto podría estar relacionado con una mayor aversión al riesgo en el mundo de la inversión, que tradicionalmente ha estado más gestionado por los hombres.
Por otro lado, las mujeres muestran un interés particular en preservar su patrimonio y en garantizar una sucesión adecuada para sus hijos, minimizando el impacto tributario. Los hombres, por su parte, tienden a centrarse más en hacer crecer el patrimonio lo máximo posible.
A pesar de estas diferencias, no se puede generalizar debido a que la mayoría de los clientes siguen siendo hombres. No obstante, se prevé que en los próximos años, con el aumento de mujeres empresarias y directivas, la presencia femenina en la gestión patrimonial será cada vez mayor.
Algunos de los instrumentos financieros que suelen ser preferidos por el público femenino para alcanzar sus objetivos económicos incluyen: fondos de inversión mixtos o de perfiles moderados, en una versión de acumulación que vaya capitalizando el rendimiento; renta fija directa a través de Bonos; productos de seguros con capitales garantizados y los instrumentos con eficiencia fiscal y planificación sucesoria (Unit Linked o Trust).
«De todo lo anterior, se podría resumir que, en el momento de invertir, ellas tienden a ser más prudentes, conservadoras y previsoras. Por todo ello, es fundamental que el asesoramiento y la planificación financiera se adopten desde el inicio del ahorro para maximizar las ventajas del largo plazo, lo cual será crucial para asegurar su bienestar financiero y su independencia económica en el futuro”, concluye Patricia Laplana.