El patrimonio asesorado por las empresas de asesoramiento en España cayó un 44% el año pasado, según los datos que recoge la CNMV en su informe anual correspondiente al año 2020 que acaba de hacer público.
Las EAFs asesoran 12.049 millones de euros, frente a los 21.628 que asesoraban a finales de 2019. Es el nivel más bajo visto desde mediados de 2010, cuando estas figuras empezaban su actividad (ver gráfico).
Fuente: CNMV
De este patrimonio, 7.320 millones correspondieron a asesoramiento independiente, lo que supone que un 60,7% de su actividad es independiente.
Los datos previos ya indicaban una caída en la actividad y en los resultados, pero aún no había trascendido la caída en el patrimonio asesorado.
Tres motivos pueden explicar esta caída en el volumen, que viene produciéndose en los últimos años: el aumento de la competencia, los menores clientes institucionales y la reducción de entidades, que se transforman en nuevas figuras. «En los últimos años, varias EAFs se han transformado en agencias de valores, gestoras o agentes, para poder ofrecer otros servicios aparte del asesoramiento financiero. Estas EAFs, normalmente de tamaño grande, contaban con la mayor parte de clientes institucionales, y de ahí el descenso en el volumen», explica Fernando Ibáñez, presidente de Aseafi.
La CNMV cita los otros dos factores: la mayor competencia que proviene de las entidades de crédito en el servicio de asesoramiento en materia de inversión y la disminución de los clientes institucionales, pues la mayor parte de los contratos de asesoramiento suscritos correspondía a clientes minoristas a finales del año pasado (el 94,5% de un total de 7.262).
Así, al contrario de lo que sucedía en años anteriores, estos contratos supusieron la mayor parte del patrimonio asesorado (56,4%) y, a pesar de que descendió tanto el patrimonio asesorado de clientes minoristas como el de clientes no minoristas, la disminución de este último fue mucho mayor (del 60,1% frente a 18,2%).
“Esta tendencia, que se viene produciendo desde hace algunos años, implica que las EAFs siguen perdiendo cuota de mercado en el segmento del asesoramiento en materia de inversión y que, además, su modelo de negocio está basculando hacia uno con mayor protagonismo del segmento minorista”, explica en estudio la CNMV.
De este modo, el peso de los clientes minoristas aumentó por tercer ejercicio consecutivo hasta convertirse en el principal tipo de cliente en detrimento de los clientes no minoristas (grandes inversores, incluidas IICs, y otros inversores institucionales).
«Las EAFs cumplen un fin social, que no es otro que ofrecer asesoramiento profesional y cercano a cualquier ahorrador, independientemente de su tamaño y localización. Es por ello que es el tipo de cliente más numeroso dentro de las EAFs», explican desde Aseafi. «Y por ello demandamos una regulación más proporcional al tamaño de nuestras empresas que permita que el sector se desarrolle», reivindica su presidente.
Así las cosas, los datos muestran que el negocio de las EAFs bascula hacia el asesoramiento independiente, por un lado, y dirigido a los clientes minoristas, por otro.
Menor beneficio
De los datos también trasciende que el beneficio conjunto de este tipo de entidades descendió de forma notable, al pasar de 7,9 millones de euros en 2019 a 5,1 millones en 2020. Esta caída se debió a la disminución de los ingresos por las comisiones percibidas de los clientes y, en menor medida, de los ingresos por retrocesiones y demás comisiones que provienen de otras entidades.
En general, las comisiones percibidas fueron de 44,6 millones de euros, frente a los 56 millones de un año antes. Dentro de esa cifra, las retrocesiones pasaron de 8,6 a 7,6 millones de euros, la cifra más baja vista desde 2013 (ver gráfico).
Mantenimiento en el número de entidades
Al cierre de 2020 el número de entidades de este tipo registradas en la CNMV era de 140, el mismo número que en 2019. Se produjeron ocho altas y ocho bajas. De estas últimas, dos se dieron de baja por transformarse en agencias de valores.
En general, desde el sector creen que este camino de reducción del negocio no es una buena señal: «Creemos que el hecho de que las EAFs reduzcan su número de clientes y volumen no son buenas noticias para los ahorradores españoles. Nos encontramos ante un mercado bancario cada vez más concentrado y centrado en la venta más que en el asesoramiento, por lo que trabajar con una EAF es -cada vez más- la única garantía de contar con un servicio personalizado e independiente», añade Ibáñez, presidente de Aseafi.