El mundo de hoy no es el que era ni el que será en un futuro. El cambio está muy presente, también en el mundo de las finanzas, impulsado por la regulación y la tecnología, dos factores que serán clave para la renovación de la industria de las inversiones. Para Martín Huete, cofundador de Finizens, “se avecina un tsunami que arrasará todo lo conocido”. Huete, que participó en el debate “El futuro es de las máquinas? Gestión activa versus gestión pasiva. Fintech versus asesoramiento personal”, en el marco de la Conferencia anual de Aseafi celebrada recientemente en Madrid, habló de un futuro marcado por la tecnología y con muchos cambios en el mundo de los fondos.
“Hay fondos garantizados que no aportan valor y acabarán desapareciendo. España es un país con mucho miedo, hay “Síndrome de Estocolmo Bancario”, y espero que las nuevas generaciones lo cambien”, afirmó. Y, en ese entorno, el asesoramiento ganará valor y el negocio de la banca lo perderá: “Si la gente ve con sus fondos que las rentabilidades bajan, igual no les importa pagar más por el asesoramiento. Hay fondos de gestión activa que tenderán a desaparecer y las comisiones de gestión también irán a la baja porque no batirán sus índices de referencia. La banca puede perder hasta el 25% de su negocio”, añadía Borja Durán, CEO de Wealth Solutions EAFI, poniendo en valor a estas figuras. «El sector (de EAFIs) va para arriba, mientras que el sector bancario va a menos porque los clientes se están dando cuenta de nuevos modelos de gestión de su dinero y están cerrando sus cuentas y operaciones con los bancos”.
“Se está viviendo una triple transformación: un cambio en el modelo de pensar de los inversores hacia la profesionalización de la gestión del patrimonio y pagar al asesor (de ahorrador se pasa a inversor); también hay una transformación en el modelo normativo y surgen una nueva forma y oportunidad de hacer las cosas; y el tercero es la manera en que los consumidores cambiarán el modelo de consumo. Los millennials y las nuevas generaciones empezarán y empiezan a demandar nuevas formas de relación: se pasa de ser reactivo a proactivo”, añade Iñigo Susaeta, socio de Arcano Advisors EAFI.
El valor de los gestores y asesores automatizados
En ese nuevo entorno en el que el asesoramiento tendrá más valor, los ponentes apostaron por una convivencia de las máquinas con el asesor humano, dando valor a los gestores automatizados. «Los gestores automatizados lo hacen todo de una manera más eficaz y sencilla, aunque será compatible (el gestor automatizado) con hablar con una persona”, dice Huete.
“Hay espacio tanto para el asesoramiento personal como para la gestión automatizada. La labor del asesor será ayudar al inversor y aconsejarle. Una cosa no es incompatible con la otra», dice Durán. “El asesoramiento personal también debe estar presente. Hay que ayudar al cliente a defenderse de sí mismo y evitar que tome decisiones irracionales”, añade Susaeta.
“En España, casi el 100% de gente con dinero en el banco no está asesorada, y la raíz de fondo es que asesorar es caro: conocer a alguien, su estructura familiar, sus ambiciones… eso es caro y hay que financiarlo. A alguien con un patrimonio de 30.000 euros puede no interesarle ser asesorado, y ahí es donde entran los gestores automatizados”, explica Unai Asenjo, cofundador de Indexa Capital A.V. “Se trata de una cuestión de tiempo: que la gente pruebe los gestores automatizados, aprenda cómo funcionan, se ahorren en comisiones. El fintech tiene mucho que aportar a las EAFIs”, decía.
Algunos gestores y asesores automatizados en España se están constituyendo como agencias de valores y otros como EAFIs.
¿Un marco regulatorio propicio para las EAFIs?
Los expertos fueron muy críticos con este punto. “Se trata de procesos y maneras de funcionar de un mundo que ya ha pasado. No es la manera de funcionar (…) Si fueran unos Juegos Olímpicos, las EAFIs competirían con una pierna atada por la banca”, dice Huete.
“Se necesita más o menos un año de espera para poder tener luz verde. Es mucho tiempo, en comparación con EE.UU. o Reino Unido, donde el crecimiento es espectacular”. “El regulador ha puesto la que no es la más adecuada y hay que trabajar para adecuarla”, apostillaba Susaeta.