Como dice el padre del término resilencia, el doctor Boris Cyrulnik: “Ésta es la capacidad de metamorfosear el dolor y convertirlo en un recuerdo glorioso”. Es decir, es la habilidad que permite al ser humano alcanzar el equilibrio emocional necesario para afrontar la adversidad, sobreponerse a ella y superarla.
Concretamente, según el doctor José Antonio Cabranes, experto en neurociencia y secretario general del Instituto de Resiliencia Español (IER), la resiliencia aparece cuando experimentamos una adversidad que nos produce estrés. «Las reacciones de estrés pueden ser benignas porque ponen en alerta al ser humano y le permite plantear soluciones. El problema es cuando no encuentra la solución y se puede pasar a padecer estrés crónico intermitente”, explica. Para el experto, la clave reside en qué tipo de emociones tenemos ante estas situaciones. “Las emociones positivas nos sirven para modificar y reconstruir las huellas traumáticas que el estrés deja en nuestro cerebro. De ahí la importancia de ser resiliente”, aclara.
Con el objetivo de ayudar a la sociedad a desarrollar esta cualidad, en 2010 se constituyó en España el Instituto Español de Resiliencia (IER) después de una década de estudios e investigaciones sobre trauma y resiliencia en la Sociedad Española de Especialistas en Trastorno de Estrés Postraumático (SETEPT). “Se constituyó como proyecto independiente aplicando la neurociencia y resiliencia para construir una sociedad más saludable”, indicó su presidenta, la doctora Rafaela Santos, en su intervención durante la presentación del libro digital “Crecer para crecer. La resiliencia se aprende”.
El instituto, centro de referencia global para la investigación y promoción de la resiliencia, se dedica a dar formación sobre cómo aplicar la resiliencia en el campo del deporte, la educación, la salud, la empresa y, más recientemente, en la comunicación.
V edición Premios a la Resiliencia
Dentro de su estrategia, la entidad puso en marcha los premios de resiliencia con el objetivo de premiar a personas que han sido capaces de sobreponerse y superar episodios traumáticos en su vida. “Resiliente no es el que nunca cae, sino el que sabe utilizar sus recursos para levantarse siempre y aprende ante la adversidad”, añadió la presidenta del IER.
En la categoría de deportes, el premiado fue Vicente del Bosque, exseleccionador nacional de fútbol, por su capacidad de superación y actitud positiva ante las adversidades. El premiado, que ha vivido una larga carrera en el mundo deportivo, tanto como jugador, entrenador y seleccionador, admitió que “el deporte me ha dado fortaleza emocional, algo muy importante en mi vida”. Asimismo, ha señalado a su familia como su principal fuente de inspiración y apoyo, al igual que recordó algunos momentos de su vida personal que supusieron un desafío. “El nacimiento de mi hijo, que tiene una discapacidad, fue un momento muy importante de reflexión y superación”, comentó.
En el libro que ha presentado el IER están recogidos los testimonios de los ganadores de la IV Edición Premio Resiliencia, ya que, según Rafaela Santos, “el cerebro aprender mejor con ejemplos que con palabras”.
Entre los premiados se encontraban Mª Cruz Rubio y Diego Barreno (Premio Resiliencia y Salud), padres de dos niños pequeños que padecen la enfermedad rara de Niemann-Pick, por sus años de lucha, actitud positiva ante el problema y su apoyo a otras familias que viven la misma situación; Mª Carmen Villena (Premio Resiliencia y Educación), madre de dos hijos con discapacidad intelectual grave, Directora de la Asociación Astor, desde donde contribuye a mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad y sus familias; Eduardo Palomino (Premio Resiliencia y Empresa), su discapacidad auditiva no ha supuesto una barrera, es más, le sirvió de motivo para fundar ‘Escucha Más’ y ‘Cinco Sentidos’, dos empresas dirigidas a la inclusión de personas con esta patología a través de propuestas y soluciones accesibles; Teresa Silva (Premio Resiliencia y Deporte), quien tras quedar en silla de ruedas siguió con la vela y el esquí adaptado y junto con su Fundación También, se ha convertido en una de las mayores promotoras de deporte adaptado en el país; e Irene Villa (Premio Resiliencia y Sociedad).