Álvaro Morales, CEO de Santander International, división de banca privada internacional del grupo Santander, participó el viernes pasado en el Summit Driving Sustained Growth: Challenges and Opportunities in the Americas con que el IESE celebró el 50 aniversario de su MBA en Miami. Morales, que tituló su intervención “La fiesta is over”, partió del hecho de que siempre se haya hablado del “futuro de América Latina” para compartir con la numerosa audiencia la siguiente reflexión: ¿dónde está el futuro? ¿Llegará alguna vez al presente?
Para este directivo cuya entidad maneja los activos de 30.000 clientes en la zona, es un error pensar y hablar de América Latina como un único mercado, ya que nada tienen que ver, por ejemplo, los países de la Alianza del Pacífico con los del Mercosur. La visión del grupo compuesto por Chile, Perú, Colombia y México es –según Morales- más abierta y busca atraer inversiones extranjeras, mientras que Argentina, Uruguay, Panamá, Brasil y Venezuela siguen políticas populistas y han primado unos enormes gastos sociales sobre las necesarias reformas estructurales, que los de la Alianza del Pacífico si han implementado. También la inflación se ha manejado de forma diversa: mientras los primeros la controlaron, en las economías del Mercosur ésta creció de forma desbocada.
No cabe duda de que el crecimiento que ha experimentado América Latina en los últimos diez años se ha debido al continuado incremento en el precio de las materias primas –gracias al crecimiento de la demanda china-, pues mientras éste aumenta parece que todo en el continente funciona, pero ahora que “la fiesta is over” – debido a la ralentización china y detrimento de su demanda-, es el momento de ver quien ha guardado la ropa, dice el CEO de Santander International. Las previsiones del FMI son bastante clarificadoras: contemplan un crecimiento de entre el 2 y el 4% para los países de la Alianza del Pacífico y una evolución negativa de hasta el 7% para alguno de los países del Mercosur, como Venezuela.
Eso es lo que espera el FMI, pero ¿qué esperan los inversores locales?
Según Morales, aunque México espera ser la nueva locomotora de la zona –en sustitución de Brasil- los inversores no dejan de estar preocupados por la bajada del precio del petróleo, la disminución de sus exportaciones a Estados Unidos, la reforma fiscal, la violencia de los narco y la corrupción; En Brasil, la “desilusión” se manifiesta en una enorme preocupación por la cabalgante inflación, el crecimiento del desempleo, la inseguridad, la falta de confianza de los inversores, las altas tasas de interés y la dolarización de las inversiones; Argentina espera una devaluación, la desaparición del cepo cambiario, el incremento de las inversiones internacionales y una amnistía fiscal, que también desean los chilenos -al 8%- que, a su vez, se muestran descontentos con la preparación del gobierno, la corrupción y la bajada de los precio del cobre, aunque son conscientes de que la suya es la mejor economía de América Latina. Por último, las preocupaciones de los venezolanos –que ya incluyen otros matices- incluyen la dificultad para mantener la empresa viva en una situación de cierta dificultad de aprovisionamiento, la seguridad, el incierto cobro de las facturas o la duda de si en un momento determinado se producirán cambios políticos o una explosión social.
Por lo que respecta a la previsión para su propia entidad en la zona y preguntado especificamente por los asistentes, Morales declaró que no van a perder ninguna oportunidad de crecer en América Latina, pues la región es el «core business«de Santander y de ella proviene el 50% de sus ingresos.