La industria financiera ha aprovechado la COP26 para anunciar iniciativas concretas de inversión sostenible. Una de ellas es el acuerdo entre Deutsche Bank y el Fondo Verde para el Clima (GCF), por el que se movilizarán 80 millones de dólares como inversor semilla y principal para invertir en soluciones de descarbonización para el África subsahariana. Según explican, DWS será la entidad ejecutora y se ha comprometido a aportar el 3% de la línea de inversión prevista de 500 millones de dólares. Además, este programa de financiación será implementado en el África subsahariana por el equipo de Inversiones Sostenibles de DWS.
El programa de inversión en energía verde es un vehículo de financiación combinada y reconocido por el SFDR. Su objetivo es invertir en soluciones energéticas innovadoras para apoyar la descarbonización de la producción de energía para la industria y los hogares en los países del África subsahariana que han apoyado al programa. Según indican desde la entidad, este se centrará en los mercados en los que el suministro de electricidad es ineficiente, excesivamente caro e insuficiente para apoyar un rápido crecimiento económico; y apoyará el cambio en la producción de electricidad, pasando de centrales eléctricas centralizadas a gran escala a una producción de energía renovable descentralizada y cercana al punto de consumo.
En este sentido, se invertirá en la producción de energías renovables, permitiendo a pymes y consumidores acceder a una energía fiable y asequible. Estableciendo objetivos para supervisar los avances durante el periodo de inversión, que medirán las contribuciones al cambio de mercado en los países objetivo hacia un suministro energético neutro en gases de efecto invernadero.
«Este acuerdo marca el inicio del primer programa entre el GCF y Deutsche Bank, demostrando nuestro compromiso mutuo de movilizar al sector privado para la acción climática. La energía renovable descentralizada es una solución esencial en el continente africano para reducir las emisiones en las economías rurales en desarrollo y para obtener beneficios económicos y sociales. El GCF se complace en actuar como inversor ancla en el programa y espera una asociación productiva con Deutsche Bank para catalizar la inversión privada para la acción climática», ha señalado Henry Gonzalez, Director of Private Sector Facility en GCF.
Por su parte, Andrew Pidden, Head of Sustainable Investments en DWS, ha añadido: “Estamos encantados de comenzar la fase activa de nuestra relación con GCF. Se basa en nuestra trayectoria de 20 años de trabajo con inversores del sector público y muestra la capacidad de inversión de impacto de DWS. Seguimos comprometidos a cumplir los objetivos del GCF y a invertir en un mercado en crecimiento, como el africano, que todavía puede evitar el uso de fuentes de energía basadas en el carbono como base principal para la producción de energía. El programa aprovechará toda la capacidad y experiencia de nuestro equipo de Inversiones Sostenibles para gestionar vehículos de financiación mixta, reconocidos por la OCDE como herramientas eficaces para apoyar las transiciones hacia economías más sostenibles».
En último lugar, Kamran Khan, Head of ESG for Asia Pacific de Deutsche Bank, ha destacado que la financiación combinada puede tener un catalizador de impacto en el crecimiento sostenible de los mercados emergentes. «Las inversiones enfocadas y comercialmente viables en economías en desarrollo como el África subsahariana requieren una profunda experiencia sectorial/regional y en inversiones de impacto a nivel mundial. Nos enorgullece desempeñar un papel en la aportación del mayor fondo climático del mundo para invertir a escala en energías renovables con el fin de crear un futuro más sostenible para el África subsahariana y contribuir al crecimiento económico regional», ha apuntado Khan.
El GCF, elemento crítico del histórico Acuerdo de París, es el mayor fondo climático del mundo, cuyo mandato es apoyar a los países en desarrollo a aumentar y hacer realidad sus ambiciones de contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) hacia vías de desarrollo bajas en emisiones y resilientes al clima. Este programa se ha desarrollado en estrecha colaboración con el GCF para reflejar sus normas y políticas y maximizar el impacto climático.