Con una perspectiva multidisciplinar y la participación de veintiún expertos de primer nivel, la publicación de Cajamar “El futuro del sector bancario español tras la reestructuración” muestra una radiografía completa de la situación actual del sistema financiero español y de su posible evolución a corto y medio plazo. Los grandes retos futuros pueden resumirse en cuatro: la escasa rentabilidad en un entorno de tipos de interés negativo, la creciente regulación, la irrupción de nuevos competidores digitales, y la crisis reputacional y la pérdida de confianza desatada durante la última crisis.
El contenido de este volumen se estructura en cuatro bloques temáticos. En el primero se revisa la reestructuración llevada a cabo por el sector bancario español, su impacto y la situación más reciente en comparativa europea. El segundo se centra en los retos que debe afrontar la banca en los próximos años y que se enmarcan en un entorno complejo para recuperar la rentabilidad. El tercer bloque está dedicado exclusivamente a la banca cooperativa, su evolución reciente y perspectivas de futuro, analizando la experiencia reciente en España y en otros países europeos con amplia implantación del cooperativismo de crédito. Finalmente, la monografía se cierra con un capítulo donde, desde el punto de vista del periodismo y la comunicación, se extraen las principales lecciones de la crisis financiera, que deberán de ser tenidas en cuenta para evitar que vuelvan a repetirse las mismas consecuencias en el futuro.
“El gran reto de la banca es aumentar su rentabilidad en un entorno complicado”
El coordinador de la publicación, Joaquín Maudos, durante su presentación, ha realizado un amplio resumen de las principales cuestiones abordadas en el volumen, indicando que “el eje central en torno al cual se articula el estudio es el gran reto al que se enfrenta el sector bancario que es aumentar su nivel de rentabilidad para hacer el negocio viable en un entorno complicado”.
Maudos ha insistido en que la prueba de que la banca española ha hecho sus ‘deberes’ es que está bien posicionada en el ranking europeo en términos de eficiencia y rentabilidad y ha elevado sustancialmente su solvencia.
En su opinión, la reestructuración que ha experimentado el sector bancario español en los últimos años ha permitido corregir los desequilibrios que acumuló en la etapa inmediatamente anterior al estallido de la crisis. Sin embargo, se sigue enfrentando a un entorno complicado como consecuencia de la presión e incertidumbre regulatoria, la creciente competencia, las nuevas reglas de juego de la unión bancaria, la creciente digitalización de la actividad y los reducidos tipos de interés que condicionan alcanzar un nivel de rentabilidad que supere el coste de captar capital.
Hacia el asesoramiento especializado
Por su parte, el presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, ha remarcado que, a pesar del gran esfuerzo de saneamiento que han hecho las entidades financieras en los últimos años, “el negocio convencional de la banca ya no es factible en las condiciones que hemos conocido en las últimas décadas. En eso coinciden todos los analistas, los responsables políticos y, por qué no decirlo, incluso los profesionales de la banca. Por eso –ha insistido Baamonde– la actual coyuntura nos obliga a adecuar el tamaño y el funcionamiento de nuestras entidades a los nuevos requerimientos de la realidad económica. A abordar el problema de la rentabilidad con la solución de la eficiencia, y a olvidarnos de vender productos estandarizados y empezar a pensar en ofrecer servicios individualizados y asesoramiento especializado a nuestros clientes”.
El presidente de Cajamar ha señalado durante la rueda de prensa que es “fundamental que todas las entidades financieras se sometan a las misma regulación y supervisión para que no haya distorsiones en la competencia”, y ha asegurado que “para el cooperativismo de crédito crezca español es necesario que se lleven a cabo integraciones y se gane tamaño, como está sucediendo en otros países europeos, ya que es un sector que está muy atomizado”.