Desde el comienzo de la crisis en 2008, los factores estructurales que han impulsado los mercados han sido el desapalancamiento y la reducción de las rentabilidades de la deuda soberana. Estas tendencias han llegado a su punto de inflexión al finalizar 2013 y nos adentramos en un 2014 que estará marcado por la retirada progresiva de los estímulos monetarios por parte de la Reserva Federal, que ya ha sido en parte descontada por las curvas de tipos, “poniendo fin a treinta años de mercado de bonos alcista”, según Munesh Melwani, socio fundador y director general de la EAFI española Cross Capital.
“Sin duda, estas medidas tendrán su efecto sobre muchos mercados emergentes, pero 2014 también vendrá influido por lo que ocurra en China y sus dificultades para contener el crecimiento del crédito y mantener en paralelo la expansión económica, así como por Japón, donde el Gobierno ha lanzado su intento más ambicioso de poner fin a casi dos décadas de dificultades económicas, combinando estímulos monetarios y fiscales con agresivas reformas estructurales”, explica.
En este contexto, considera que los inversores deben reorientar las asignaciones estratégicas de sus carteras, donde la diversificación entre las distintas clases de activos sigue siendo un elemento crítico. En su opinión, la renta variable será la estrella, aunque con rendimientos más moderados que en 2013.
En un entorno en el que los rendimientos de los bonos irán aumentando, la selección entre las distintas clases de renta fija y los emisores será clave. Por otra parte, la correlación ha aumentado, con lo que el experto aconseja introducir inversiones alternativas en las carteras. “El año no estará exento de riesgos, con lo que las asignaciones tácticas de corto plazo y la gestión activa serán primordiales para obtener rentabilidades adicionales”, añade.
¿Adónde lleva la normalización monetaria?
“La normalización de la política monetaria de la FED nos induce a creer que en 2014 seguirá la correlación negativa entre bolsa y renta fija, con ganancias de doble dígito para la renta variable (en algunos mercados) y una modesta rentabilidad negativa para la renta fija, auspiciados por una mejora en el crecimiento económico mundial, pero principalmente de EE.UU.”, indica. Aunque señala que las bolsas suelen reaccionar inicialmente de forma negativa cuando se superan las expectativas de crecimiento económico, ante una posible subida de tipos oficiales, no cree que suponga actualmente un factor de incertidumbre, debido a la progresividad de la retirada de los estímulos monetarios en materia de compra de bonos por parte de la Fed.
“Minimizada la incertidumbre y en un contexto de crecimiento económico sin temores inflacionistas, la estrategia de inversión deberá estar orientada a la renta variable como clase de activo favorita”, resume. Su estrategia tiene un sesgo pro-crecimiento, con duraciones cortas en renta fija, largas en crédito corporativo de forma selectiva y sobreponderando los sectores cíclicos en renta variable.
¿Gran rotación?
El experto cree que también en 2014 habrá que estar atentos a los flujos de inversión: la “gran rotación” desde la renta fija hacia la renta variable, que se produjo especialmente en los tres últimos trimestres del año. “Fueron los fondos de inversión soberanos los principales actores en la primera mitad y conforme avanzaba, fueron los hedge funds pero especialmente los inversores minoristas los que se posicionaron en favor de la renta variable”, explica.
Exposición selectiva en renta fija
En general, a la EAFI no le gusta la renta fija para el 2014. Ahora bien, en una cartera diversificada aconsejan tener exposición. Su mercado favorito es la Eurozona, donde las perspectivas de crecimiento no han cambiado y todavía hay temores de retroceso en la inflación, en un entorno de política monetaria acomodaticia por parte del BCE. “Preferimos la deuda pública periférica europea vs la estadounidense o británica, especialmente España, Portugal e Italia. Asimismo, resultan atractivos los bonos de deuda pública emergente (siempre en divisa fuerte, no en local)”, explica.
En deuda corporativa, les siguen gustando los High Yield europeos y de EE.UU., aunque ya los spreads alcanzan niveles de valoración exigentes. También ven atractivo en los bonos corporativos emergentes (siendo muy selectivos) y en los títulos corporativos híbridos (investment grade) de algunos emisores de la Eurozona, incluidos los financieros.
Positivos en bolsa
Sus razones para estar positivos en bolsa son los fuertes flujos de inversión, las valoraciones atractivas y el momentum económico (que beneficia a los resultados empresariales), factores que atenuarán la incertidumbre relativa al tapering de la FED.
“Auguramos de nuevo un buen año para las bolsas en EE.UU., que será el sexto año consecutivo consolidando la tendencia alcista iniciada en marzo de 2009, impulsadas por los sectores cíclicos, financiero, empresas con elevado cash flow, tecnológicas y las beneficiarias del resurgir inmobiliario. No obstante lo anterior, nos gusta especialmente la Eurozona, Japón y el Reino Unido y en general los mercados desarrollados vs emergentes. Favorecemos sectores cíclicos, mid&small caps, financieros de forma selectiva”. En emergentes, de forma selectiva, señala países como China y Corea que seguirán tirando del consumo. En divisas, la EAFI vaticina una apreciación del dólar frente al euro y la libra.
Inversiones alternativas
Por último, defiende que las materias primas de forma selectiva y los hedge funds se consoliden como una clase de activo con cada vez mayor presencia en las carteras globales, dado que aportan descorrelación.