Los smartphones han provocado uno de los cambios más disruptivos de las últimas dos décadas, permitiéndonos comunicarnos y acceder a Internet desde cualquier lugar y en cualquier momento. Con los años, estos dispositivos se han convertido en la herramienta clave para realizar todas las operaciones diarias de los españoles y, tan importante es, que España ya lidera el ranking mundial de penetración de móviles, con un 88% de usuarios únicos 1, 22 puntos por encima de la media mundial.
Sin embargo, el uso de estos dispositivos varía sustancialmente en función de la edad y son precisamente las generaciones más jóvenes, conocidas como “nativas digitales”, aquellas que mayor dependencia están desarrollando hacia sus teléfonos móviles, según el análisis realizado por Rastreator.com.
El uso intensivo del móvil provoca en los usuarios la necesidad de llevarlo consigo en todo momento y estar permanentemente pendientes de él
Este fenómeno ha llegado hasta tal punto que ya prácticamente la mitad (45,3%) de los jóvenes se declaran adictos a su terminal, según el ‘IV Estudio de Comparación Online hacia el Ahorro Inteligente’, elaborado por el comparador. Este porcentaje es 17 puntos superior a la media nacional y casi triplica el de otras franjas de edad, como la de mayores de 55 años (solo un 16%).
Pero, además, estos datos muestran una creciente adicción año tras año, una tendencia ascendente que en esta generación es más evidente que en el resto. De esta forma, en esta edición del estudio, el porcentaje de jóvenes que se considera adicto al móvil ha subido considerablemente: 14 puntos porcentuales respecto a 2016 (31,2%) y más de 16 puntos respecto a 2015 (28,9%).
Tan dependientes se han vuelto muchos jóvenes que incluso un 52% reconoce que está pendiente de su móvil siempre que está con amigos, familiares o en pareja, ocho puntos más que la media de la población española. Esta necesidad de estar enganchados permanentemente puede derivar en fenómenos sociales como el phubbing o la nomofobia, cada vez más extendidos.
A pesar de la creciente adicción al móvil que admite gran parte de los jóvenes, el aumento de concienciación sobre este problema está derivando en un intento de reducir sus horas de uso diario. Las personas de 18 a 24 años son la franja de edad que más lo utiliza: una media de 5 horas y 25 minutos cada día (2 horas más que la media nacional). Sin embargo, esta cifra se ha reducido en una hora y 23 minutos respecto a la media de los jóvenes del año pasado, lo que pone de manifiesto que esta generación está tratando de hacer un uso más responsable de sus dispositivos móviles.
Precisamente, el estudio de Rastreator.com muestra que el móvil se ha integrado de tal forma en la rutina de los jóvenes que el 73% de ellos afirma que mirarlo es lo primero que hace al levantarse y lo último al acostarse.
Además, ocho de cada diez declaran que no podrían vivir sin su smartphone – frente al 75% de la media nacional- y el 43,3% preferiría incluso perder la cartera antes que el móvil
Fernando Summers, CEO de Rastreator.com, concluye que “aunque es innegable que el teléfono móvil es indispensable en la rutina de todos los españoles, no debemos perder de vista la necesidad de utilizarlo con cabeza para evitar patologías derivadas de un uso abusivo. Es esencial ser conscientes del uso real que hacemos de nuestro smartphone y tratar, en consecuencia, de ser responsables. En esta línea, nuestro estudio demuestra que, aunque cada vez más jóvenes consideran que tienen adicción a estos dispositivos, también están haciendo un esfuerzo por pasar menos tiempo conectados”.