Vivir 100 años ya no es una quimera, pero una vida larga y de calidad es un objetivo ambicioso. Desde diferentes frentes se nos advierte de que cada vez viviremos más años y que esto tendrá un impacto importante en términos financieros. Sin embargo, puede que esto soo sea una parte del desafío de la longevidad y haya otros muchos aspectos a tener en cuenta.
Abante Asesores acaba de editar en español el libro «La vida de 100 años» escrito por los profesores de la London Business School Lynda Gratton (psicóloga experta en estrategia de recursos humanos) y Andrew Scott (economista), con prólogo de Santiago Satrústegui, presidente de la firma. Una obra que ahonda no en el hecho en sí de una longevidad cada vez mayor sino en la forma en que esto impactará en nuestra forma de vivir, trabajar e, incluso, de disfrutar del tiempo libre. «La primera derivada de esta realidad es quién va a pagar las pensiones, pero hay una segunda derivada mucho más social», explica Satrústegi durante la presentación a la prensa.
Gratton y Scott hacen una llamada de atención en su libro sobre el reto que supone para sociedades, gobiernos, empresas e individuos el hecho de que cada vez vayamos a vivir más. Una de las conseecuencias, destaca Satrústegi, es que «quizás concebir la vida en tres etapas (formación, trabajo y descanso) como hemos hecho hasta ahora, deje de tener sentido». «Tradicionalmente las personas tenemos una fase de endeudamiento en la que compramos una vivienda y tenemos hijos, una fase de acumulación posterior y una tercera de consumo durante la jubilación. Con vidas tan largas esas fases de entremezclan y puede que no sean consecutivas», añade Gadea de la Viuda, socia directora general de Abante Asesores.
Y en una vida una multietapas, la planificación financiera se convierte en una herramienta clave para afrontar con éxito las transiciones entre unas etapas y otras.
“Nosotros lo vemos algunos con los clientes”, ha dicho Satrústegui, “que no habían previsto situaciones en las que tienen que plantearse reciclarse y comenzar una segunda carrera profesional”. “Un futuro más largo -porque vivimos más- es, por definición más impredecible y eso implica, necesariamente, un planteamiento del presente diferente”, ha añadido.
Como explicaba Gratton cuando lanzaron en 2016 la primera edición del libro, cuyo título en inglés es The 100-Year Life: Living and Working in an Age of Longevity: “En los dos últimos siglos, la esperanza de vida se ha incrementado en 3 años cada década, aproximadamente. La consecuencia de este tiempo extra de vida es que las etapas de educación, trabajo y jubilación van a dejar de existir tal y como las conocemos. La clave para tener una vida centenaria feliz y de éxito es cómo vamos a usar ese tiempo extra que tenemos.
Es decir, que jubilarse a los 65 o 67 años y dedicarse a hacer «punto de cruz» cuando es probable que tengamos más de dos décadas de vida saludable por delante, tiene los días contados. Y aquí entran en juego las segundas vidas profesionales, el reciclaje y la formación. «Por la experiencia que tenemos con nuestros clientes lo que mejor funciona es hacer una transición suave e intentar dedicarse a algo que te genere ingresos y que sea vocacional», añade Satrústegi. Ejemplos como el de Carlos Soria Fontán, tapicero de profesión y el único alpinista que ha escalado diez montañas de más de 8.000 metros después de cumplir los 60 años.
¿Cómo se gestiona un patrimonio cuando se vive 100 años?
La longevidad marca también el camino para una planificación financiera que, según Abante debe regirse por los objetivos financieros del ahorrador. «Primero debemos saber cuáles son los objetivos, el ahorro y la rentabilidad necesaria», explican. En este sentido, aseguran que suelen dar mejores noticias porque «las personas tienen una sensación de más angustia de lo que exige sus situación financiera». Con esa base, que se construye mediante la planificación financiera, en Abante mantienen un modelo de arquitectura abierta que les permite seleccionar aquellos productos más adecuados para cada cliente. Sin embargo, «no creemos que esto se resuelve en función de unos productos determinados».
En Abante critican, de hecho, que la nueva normativa europea MiFID II no ha diferenciado bien entre el asesoramiento y la gestión. «MiFID II ha entendido el asesoramiento como una parte más de la gestión y nosotros lo entendemos como un análisis más personal al margen de la construcción de la cartera. El asesoramiento es ayudar a tu cliente a descubrir qué riesgo puede asumir», explican.
En este sentido, rechazan la idea de que el inversor español sea en realidad tan conservador que se dice. «La clave es personalizar. El tipo de riesgo tiene que venir determinado por los objetivos que se tengan y no tanto por aspectos psicológicos», concluye Satrústegi.
El libro se presentará con la celebración de un encuentro entre Manuel Arias Maldonado, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Málaga, Diego Gracia Guillén, doctor en medicina y especialista en psiquiatría, además de colaborador científico del CSIC, entre otros cargos, y Carlos Soria Fontán, único alpinista que ha escalado diez montañas de más de 8.000 metros tras cumplir los 60 años.
El acto, durante el cuál se dialogará sobre las oportunidades y retos asociados a la extensión de nuestra vida, estará conducido por Santiago Satrústegui y tendrá lugar el próximo 12 de febrero en el Auditorio Rafael del Pino a partir de las 19:00 horas. Para asistir se ruega confirmación en el 917815750 o en marketing@abanteasesores.com