Hace poco más de un siglo, tan solo el 14% de la población mundial vivía en las grandes ciudades y no eran muchas aquellas en las que habitaban más de un millón de personas. Las cifras han cambiado radicalmente; en 2008, el 50% de la población mundial vivía en una megalópolis y en 2016 ya existían 512 ciudades con más de un millón de habitantes. Conforme se agudiza la migración hacia las ciudades, los centros urbanos necesitan estar mejor preparados para los retos que representan las nuevas dinámicas poblacionales y una opción ha sido digitalizar las ciudades para convertirlas en ciudades inteligentes.
Una ciudad inteligente utiliza la información generada por sus habitantes para administrar sus recursos de una forma eficiente. Ya sea sistemas de agua o energía, tráfico, sistemas de transporte, entre otros, los datos son recolectados y procesados para mejorar la calidad de los servicios urbanos, reducir los costes, el consumo, así como mejorar la relación entre ciudadanos y gobiernos.
La empresa de inteligencia artificial Nearshore Delivery Solutions ha detallado cuatro formas en las que la IA podría cambiar la manera en que vivimos en las ciudades:
Semáforos inteligentes y coches autónomos
Un conductor en la ciudad de Nueva York puede pasar hasta 107 horas al año buscando lugar para aparcar su vehículo. En respuesta, la compañía de telefonía AT&T diseñó un sistema que consta de sensores capaces de identificar los lugares libres para estacionarse o las intersecciones peligrosas en las vías más transitadas. Asimismo, gracias a la inteligencia artificial ya es posible instalar semáforos capaces de leer las condiciones de tráfico para cambiar en tiempo real sus tiempos de espera.
Pero esto es sólo el inicio. De acuerdo con el estudio AI100 publicado por Microsoft Research, a partir de 2020 cada vez será más común ver vehículos autónomos, que utilizarán los datos de sensores a lo largo de toda la ciudad para moverse de una manera más eficiente.
Para poder probar sus coches en un escenario lo más realista posible, Waymo, la división de coches de Google, construyó una ciudad falsa en el desierto de California bautizada como Castle. La ciudad cuenta con calles, entradas para coches, intersecciones, y todos los elementos viales que se encontrarían en una ciudad real. Con esto, Waymo, espera construir confianza entre el público hacia esta nueva tecnología y perfeccionarla antes de lanzarla a las calles.
Mejor seguridad pública
La implementación de la inteligencia artificial en las ciudades también puede ayudar a combatir el crimen, pues es capaz de localizar los coches robados y de mostrar el lugar exacto de un crimen utilizando las mismas instalaciones que los semáforos inteligentes. Las cámaras en lugares públicos son una gran fuente de datos para la inteligencia artificial.
Según NVIDIA, en 2020 habrá más de mil millones de cámaras implementadas por gobiernos en las calles y en edificios comerciales alrededor del mundo. Esta información, procesada por la IA permitirá detectar y predecir el crimen, dándole una mayor capacidad de reacción a las autoridades.
Mediante el reconocimiento de voz o de los movimientos de una persona al caminar, la inteligencia artificial podría ayudar a detectar algún comportamiento sospechoso, reconocer vehículos, rastrear movimientos y analizar la velocidad de millones de automóviles.
Economía inteligente
Conforme avanza la inteligencia artificial, paulatinamente va adoptando más trabajos hasta ahora realizados exclusivamente por humanos. Para 2030, profesiones como abogados, asesores financieros y médicos serán asistidos por la IA, lo que redefinirá a las organizaciones y sus roles. Asimismo, la inteligencia artificial automatizará tareas específicas, lo que creará nuevos mercados laborales y potencialmente disminuirá el coste de algunos productos y servicios.
Mejores servicios públicos
Los servicios públicos también tienen mucho que ganar de la implementación de IA en las ciudades, pues permiten un uso más eficiente de recursos, mayor comodidad y una reducción de riesgos. Un ejemplo es el sistema de iluminación inteligente para ciudades de Cisco, que permite ajustar la luz de acuerdo al medio ambiente. Las luces se reducen durante los periodos de bajo tráfico y se incrementan para mejorar la seguridad. Además, el sistema permite identificar con luz escenas de crisis para responder más rápido.
IBM también está haciendo esfuerzos para reducir el uso de agua, energía y el coste de mantenimiento de grandes edificios. A través de su Intelligent Building Management, IBM equipa a los edificios con sistemas de monitorización de energía para capturar información, que puede ser utilizada para optimizar su desempeño y reducir los costes.