Es necesario mejorar la imagen del transporte público. El objetivo es simplificarlo, ponerlo a disposición del mayor número posible de personas, pero también reproducir en otros medios de locomoción colectiva la sensación de libertad y seguridad asociada al automóvil. sta es una de las principales afirmaciones que recoge el «Libro de tendencias» del Grupo AXA que analiza el futuro de la movilidad, el medioambiente, la tecnología o la salud entre otros aspectos.
Para Francisco Olmedo, director de movilidad de AXA España “el futuro de las ciudades pasa por un cambio en el modelo de desarrollo del transporte privado y colectivo”. En su opinión, “la mayor innovación en movilidad llegará ya no sólo de la tecnología sino de la regulación y la fiscalidad”, añadía.
Para facilitar el flujo de tráfico en las ciudades donde predomina el automóvil es necesario transformar los patrones de movilidad y desarrollar nuevos modelos de negocio basados tanto en una mejor calidad de servicio como en modelos compartidos, más que la propiedad y uso personal de los vehículos. En Suiza, por ejemplo, la regularidad de los trenes y su fiabilidad hacen posible su uso masivo. Como resultado, la libertad se preserva pero de una manera menos individualista y más ecológica.
Además, la movilidad también depende de aspectos prácticos. En cuanto a los vehículos eléctricos, por ejemplo, las posibilidades de almacenamiento de energía, la instalación de puntos de recarga eléctricos, la posibilidad de utilizar carriles bus -como en Noruega- y el entorno normativo son factores determinantes para el desarrollo del sector. En otras palabras, las grandes innovaciones en el transporte ya no serán únicamente tecnológicas, sino también fiscales y reguladoras. Además, existen importantes desigualdades en términos de movilidad.
La capacidad de movilidad varía según el nivel de ingresos y la clase social. En este sentido, la aparición de Uber y de otras plataformas de transporte privado ha llevado a la extensión de un servicio, que antes estaba reservado exclusivamente a los más acomodados, a nuevas categorías de población.
Biomimética, estructuras vivas al servicio de las ciudades
Por otra parte, los expertos AXA han analizado el desarrollo de la biomimética (inspiración en los sistemas vivos) como vía para adaptar los modelos de ciudad. Como centros políticos y económicos, y también como imanes para los más ricos y los más necesitados del mundo, las ciudades se encuentran en primera línea de los desafíos y las oportunidades del Siglo XXI.
Las urbes están en el corazón de la economía mundial, generando el 80% del PIB mundial, lo que significa que cualquier riesgo que afecte a las ciudades tiene importantes repercusiones económicas. Por lo tanto, es crucial diseñar soluciones para que las ciudades sean resilientes, de modo que puedan superar las dificultades.
La biomimética es, por tanto, una manera sostenible de reconciliar la biodiversidad y el modo de vida humano. Ya sea para mejorar la ventilación y el aislamiento de los edificios, la solidez de las estructuras o la calidad de los materiales (inspirándose en la estructura ósea), muchos arquitectos y diseñadores ya no observan la naturaleza como un espacio a proteger, sino como un modelo a seguir.