La evolución de las ciudades hacia modelos más sostenibles es una idea que está recogida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), concretamente en el objetivo número 11 «Ciudades y comunidades sostenibles». De hecho, este año el lema del Día Mundial de las Ciudades fue «adaptar las ciudades para la resiliencia climática”, lo que incluye infraestructuras resilientes. Esta transformación demandará inversión y ya son muchos los fondos temáticos que lo cubren.
Según explica Ivo Weinoehrl, gestor de Pictet SmartCity, el aspecto clave de la inversión temática en ciudades inteligentes es la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. «Para algunos puede tratarse de un aspecto más importante que para otros, pero en conjunto se refiere a una vida más saludable, accesibilidad y menor tiempo de transporte, oportunidades de ocio, infraestructura social y aspectos intangibles como conectividad y sostenibilidad», explica.
Esta temática encuentra su soporte en megatendencias, según las define el Instituto de Estudios Futuros de Copenhague, que van a transformar las sociedades y economías las próximas décadas, incluyendo el aumento de la población, la urbanización, la sostenibilidad y la tecnología. «De ahí que haya oportunidades en una amplia gama de sectores», descata Weinoehrl. Según explica, esto se traduce en edificios inteligentes y eficientes energéticamente, sistemas de transportes, educación, en un proceso evolutivo inevitable de mejora gradual, que hace competir ciudades entre sí como polos de atracción.
«Efectivamente, las ciudades tienden a evolucionar desde atender necesidades mínimas, siendo poco atractivas para vivir y trabajar, hasta el cuidado de personas y aspectos ambientales, de ocio y bienes culturales. En este sentido la ciudad inteligente puede mejorar la calidad y coste de vida, facilitar la conectividad local, el empleo, limitar tiempo en desplazamientos, aumentar la seguridad y promover la sostenibilidad ambiental. Así que las ciudades de todo el mundo tienen que invertir para adaptarse a las necesidades de sus ciudadanos. Las correspondientes oportunidades conforman un universo cuya capitalización es aproximadamente de cuatro billones de dólares con ganadores a largo plazo, que se comportarán bien a través de los ciclos», explica el gestor de Pictet AM.
Es poco probable que la pandemia cambie el ritmo de urbanización
Además, el experto cree que es poco probable que la pandemia cambie el ritmo de la urbanización a largo plazo, aunque altere la calidad de la misma. «Trabajar desde casa ha llegado para quedarse, lo que conlleva apreciación en las afueras, en relación con distritos centrales de negocios y puede conducir al surgimiento de urbanos policéntricos, con centros secundarios autónomos emergentes», admite.
«Al respecto este años hemos estado aumentando exposición a empresas relacionadas con bienes inmuebles residenciales, que han demostrado ser mucho más resistentes a la pandemia y los bloqueos. Hay que tener en cuenta que hay mayor demanda de viviendas urbanas asequibles de pequeña escala, eficientes energéticamente y con plataforma digital. Es el caso de empresas como Vonovia, la mayor promotora inmobiliaria residencial de Europa, muy centrada en zonas urbanas, con fuerte presencia en Alemania y crecientes intereses en Austria y Suecia. Por su parte Autodesk destaca por su software de arquitectura, ingeniería, construcción, fabricación y creación de mapas y Home Depot en edificios inteligentes. También tenemos en cuenta el mercado de ascensores, que puede crecer hasta 125.000 millones de dólares este año, con empresas como la finlandesa Kone, con alta exposición a China», destaca el gestor de Pictet AM.
Además, considera que la crisis sanitaria ha impulsado las soluciones digitales. Los ciudadanos compran cada vez más por internet y esperan plazos más rápidos. De manera que las zonas urbanas modernas necesitan centros de distribución para pedidos de última hora, respaldados por almacenes fuera de las ciudades. «Al respecto, la inglesa inmobiliaria Segro posee centros de distribución de última milla en toda Europa y se está beneficiando de esta tendencia estructural de comercio electrónico y entrega rápida. A ello se añade que desde hace un año hemos puesto más énfasis en infraestructura digital, desde datos hasta pagos. Hay que tener en cuenta que la congestión de redes en áreas urbanas crea la necesidad de invertir para garantizar telecomunicaciones resilientes de alta calidad, una pieza crítica de la ciudad inteligente», señala.
Asimismo, el experto destaca el crecimiento del número de personas solteras que desean mayor variedad de vivienda residencial (más pequeña y pisos compartidos) y está surgiendo un mercado de almacén en autoservicio, estacionamiento e iniciativas de economía compartida. Además, con más padres trabajando, el experto explica que aumenta la necesidad de asistencia para el cuidado de niños, lo que aprovechan compañías como Bright Horizons, estadounidense que opera centros de cuidado de menores cercanos a empresas bluechip.
La mitad de la población urbana del mundo vivirá en ciudades asiáticas para 2025
El caso es que la atracción gravitacional de las ciudades para las comunidades rurales continuará. Según Citigroup, globalmente se requiere una inversión anual de 2,1 billones de dólares en infraestructuras, viviendas, educación, sanidad, ocio y edificios al año para la transición de 4.000 millones de personas a ciudades y comunidades sostenibles. «Solo la inversión en transporte público de bajas emisiones, energías renovables y eficiencia en edificios comerciales y gestión de residuos puede disminuir los costes energéticos en las ciudades en el mundo en 17.000 millones de dólares para 2050. De 81.000 millones de dólares que se emplearán este año en tecnología para ciudades inteligentes la cuarta parte se destinará a vigilancia visual fija, iluminación exterior inteligente y transporte público avanzado, según International Data Corporation», explica el gestor.
Además, el experto destaca que la inversión en transporte público de bajas emisiones, energías renovables y eficiencia en edificios comerciales y gestión de residuos puede disminuir los costes energéticos de las ciudades en el mundo en 17.000 millones de dólares para 2050, así como el tiempo empleado en transporte y mejora de la calidad de vida. «Con el tiempo es probable que se traduzca en trenes de alta velocidad y coches sin conductor», espera.
De hecho, la mitad de la población mundial vive en zonas urbanas, las cuales representan casi 80% del PIB mundial y son responsables de 70% de emisiones de gases de efecto invernadero. «Además, se espera que la mitad de la población urbana del mundo viva en ciudades asiáticas para 2025 y es probable que el número de oportunidades de inversión en ciudades inteligentes en la región crezca a medida que continúen expandiéndose e invirtiendo en infraestructuras»; pronostica.