Uno de cada tres alimentos acaba en la basura, lo que equivale a alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos. Una cantidad suficiente para alimentar, varias veces, a todas las personas con problemas de desnutrición en el mundo. Hoy, en el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, se pretende concienciar del impacto que tiene nuestra alimentación en el medio ambiente y la salud de la humanidad.
En España, cada persona desecha 77 kilos de alimentos al año, de los que un 42% se generan en hogares. Pero el desperdicio de alimentos no es solo una preocupación social o humanitaria, sino ambiental. Cuando desperdiciamos alimentos, también desperdiciamos toda la energía y el agua que se requieren para cultivarlos, cosecharlos, transportarlos. Y si los alimentos llegan a parar al vertedero y se pudren, producen metano, un gas de efecto invernadero aún más potente que el dióxido de carbono.
El desperdicio de alimentos genera aproximadamente el 8% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero ocasionadas por el hombre. Solo en Estados Unidos, la producción de alimentos desperdiciados genera el equivalente en emisiones de gases de efecto invernadero a 43 millones de automóviles. Estos son algunos de los datos que ha ofrecido el equipo de Portocolom AV.
Si bien los impactos ambientales más graves en los alimentos se producen en la fase de producción (agricultura y procesamiento de alimentos), los hogares influyen en estos impactos a través de sus hábitos y elecciones dietéticas, según se explica en la memoria de la ONU de los ODS. Esto, en consecuencia, afecta el medio ambiente a través del consumo de energía relacionada con los alimentos y la generación de residuos.
Cada año, se calcula que un tercio de todos los alimentos producidos, equivalentes a 1.300 millones de toneladas por valor de alrededor de 1.000 millones de dólares, termina pudriéndose en los contenedores de los consumidores y minoristas, o se estropea debido a las malas prácticas del transporte y la cosecha.
Además, según relata Gillian Diesen, especialista de renta variable temática de Pictet AM, esta pérdida de alimentos se encuentra en todas las etapas de producción. Se estima que de la granja al plato se desperdicia hasta 30% de los alimentos. En países en desarrollo 40% ocurren en la cosecha y el procesamiento y en países industrializados 40% en establecimientos o consumo. Sólo Europa desperdicia 20% de los alimentos, por valor de 143.000 millones de euros/año.
En total la huella global de alimentos en descomposición es de 3,3 gigatoneladas de CO2, el 10% de las emisiones globales anuales de carbono, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Para el profesor Vaclav Smil en la Universidad de Manitoba (Canadá), miembro de la Royal Society de Canadá, «si el desperdicio de alimentos del mundo fuera un país, sería el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo», señala Diesen. «Así que nos encontramos con el desafío de producir más con menos», apunta la experta.
Otro de los datos que motivaron la creación del ODS 12 (Producción y consumo responsables), es que 2.000 millones de personas en todo el mundo tienen sobrepeso o son obesas. Así como que la degradación de la tierra, la disminución de la fertilidad del suelo, el uso insostenible del agua, la sobrepesca y la degradación del medio marino están disminuyendo la capacidad de la base de recursos naturales para suministrar alimentos.
Además, el sector de la alimentación representa alrededor del 30% del consumo total de energía en el mundo y un 22% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El 29 de septiembre de 2020 se celebró el primer Día Internacional de Conciencia sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. Todo ello bajo el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que incluye metas como la de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para el 2030 (ODS 12.3) o la de cooperar y construir alianzas entre agentes para lograr un desarrollo sostenible (ODS 17).