Según un reporte de Boston Consulting Group, el ritmo de crecimiento de la riqueza mundial se detuvo bruscamente en 2018, año en que las ganancias en la riqueza financiera personal global se redujeron en más de 5 puntos porcentuales, representando el desempeño anual más débil en la última media década y presionando a los administradores de riqueza para que encuentren nuevas fuentes de crecimiento.
De acuerdo con la firma, una de las áreas más grandes para la expansión potencial es también una de las más ignoradas: el segmento Mass Affluent. Este segmento, con una riqueza de entre 250.000 y 1 millón de dólares, cuenta con 76 millones de personas con 18 billones de dólares (trillion en inglés) en activos invertibles y representa, «una oportunidad de oro para los administradores de patrimonio dispuestos a adaptar sus modelos de servicio y cobertura a las necesidades de los clientes».
BCG proyecta que los activos invertibles de este segmento crecerán a un CAGR superior al promedio de 6.2% en los próximos cinco años. «Esta base de clientes potenciales para servicios de gestión de la riqueza muestra promesas extraordinarias», mencionan añadiendo que «aunque los bancos minoristas, los bancos privados, los discount brokers, las compañías de seguros y las fintech han desarrollado una amplia gama de ofertas, este segmento sigue siendo mal atendido».
Según la firma, las propuestas de valor limitado y el débil historial de innovación de productos han afectado a millones de personas mass affluent en todo el mundo y se han traducido en millones de dólares en oportunidades perdidas para el sector de la administración de la riqueza en general. Dado el tamaño de la base existente, el crecimiento proyectado para los próximos años y los miles de millones de dólares en el total de AuM que comandan los inversionistas mass affluent, este mercado representa una fuente importante de valor a largo plazo para los administradores de activos. Para capitalizar este potencial, BCG considera que las empresas deben cambiar su modelo operativo de tres maneras:
- Construyendo una comprensión más profunda de los subsegmentos clave y sus necesidades.
- Utilizando la tecnología para personalizar a escala.
- Creando estructuras de incentivos que promuevan los comportamientos correctos.
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