El modelo de negocio de «banca abierta» evoluciona con determinación y vislumbra nuevas fuentes de ingresos para la banca tradicional. Además, los bancos se enfrentan al riesgo de la desintermediación si, por un lado, no eligen con acierto su modelo de interacción con el cliente y, por otro, no incorporan a ese modelo el uso de interfaces de programación de aplicaciones (API). Estas son las principales conclusiones del Informe Anual sobre Banca Minorista de Capgemini y Efma.
También señala que la banca tradicional, en colaboración con las fintech, tiene la oportunidad de liderar el desarrollo de la banca abierta (conocido también como «open banking») para configurar servicios innovadores y más personalizados que aporten más valor a los clientes y que generen nuevas fuentes de ingresos para la entidad.
“Actualmente, las fintech están recibiendo mejores calificaciones en cuanto a experiencia positiva del cliente que los bancos tradicionales; a la vez que los bancos están buscando abiertamente la colaboración con las fintech. El modelo de banca abierta ofrece a las entidades financieras la oportunidad de mantener e incrementar su base de clientes mediante la incorporación de diversidad de servicios de terceros con los que personalizar y hacer única su propuesta de valor. Los bancos que no aborden la tendencia open banking de manera estratégica y no se posicionen corren el peligro de perder su papel de intermediarios con el cliente”, explica Anirban Bose, responsable a nivel mundial de Banca y Mercados de Capital de Capgemini. “Es imperativo que la banca tradicional apueste por nuevos modelos que impulsen la transformación de su negocio y que establezcan y consoliden una estrategia de plataforma abierta de servicios.”
Las API, instrumento de transformación hacia la banca abierta
El informe señala que las API tendrán un papel prominente como vehículo para la transformación hacia el modelo de banca abierta, en el que fintech y entidades financieras colaborarán más que competirán para crear mayor variedad de productos y servicios al cliente. A pesar de que las API despiertan alguna inquietud en materia de seguridad y protección de datos, se las considera fundamentales para que los bancos puedan aprovechar las ventajas de la innovación que traen las fintech sin tener que acometer cambios significativos en sus actuales infraestructuras.
“Los bancos con más éxito serán los que utilicen API abiertas para conocer mejor a sus clientes y generar nuevas fuentes de ingresos, mejorando al mismo tiempo la experiencia del cliente”, comenta Vincent Bastid, secretario general de Efma. “Actualmente, muchos bancos utilizan API a nivel interno para mejorar el flujo de información entre sus sistemas tradicionales, pero ya estamos viendo que algunos bancos han tomado la delantera y ya han adoptado el modelo de banca abierta, poniendo sus sistemas y datos a disposición de terceros y creando nuevas vías de generación de ingresos.”
La colaboración, clave para el futuro de la banca abierta
Resulta difícil saber con exactitud cómo evolucionará la banca abierta y qué roles jugará en el futuro. La mayoría de las fintech (53,8%) y de los bancos (43,5%) consultados consideran que en un futuro ambos actores trabajarán juntos en la construcción de plataformas intersectoriales para configurar una oferta integral de servicios complementarios diseñados en beneficio de los clientes; esto es, un modelo de plataforma como servicio (Bank as a Platform, BaaP).
Un resultado menos probable, pero también posible, es que los bancos sigan ofreciendo productos y servicios, pero dejen la distribución a cargo de terceros, como podrían ser las fintech, las BigTech u otras plataformas abiertas. Cerca de la mitad (47,8%) de los bancos contempla este escenario frente a solo el 28,8% de las fintech. Este modelo tendría el potencial de reducir los costes de captación de clientes, pero incrementa el riesgo de desintermediación y dificulta la gestión de la marca y la fidelidad del cliente.
Más allá de los modelos de negocio que vayan emergiendo, el estudio corrobora el creciente interés por el establecimiento de alianzas más estrechas entre fintech y bancos. La mayoría de los bancos (91,3%) y gran parte de las fintech (75,3%) afirman que esperan colaborar en el futuro, de manera que los bancos contribuyan dando acceso a sus recursos, experiencia y conocimientos y las fintech, aportado agilidad, velocidad de respuesta y una visión innovadora sobre el cliente. Trabajando juntos y aprovechando las ventajas de las API, banca tradicional y fintech pueden beneficiarse de sus fortalezas complementarias y mejorar así la experiencia del cliente en mucha mayor medida que si trabajan individualmente.
En este sentido, Anirban Bose explica que sus clientes les trasladan «su interés en comprender mejor el papel que deberían desempeñar en estos modelos de negocio emergentes, desde la inversión necesaria a cómo interactuar con los nuevos jugadores. Muchos entienden que la banca abierta representa la nueva normalidad, pero siguen sin ver con claridad cómo llegar hasta ella. Estamos ayudando a nuestros clientes a conocer de primera mano cómo las oportunidades de la banca abierta están mejorando su cartera de productos y sus canales de distribución, además de crear nuevas fuentes de ingreso y reducir el riesgo de la desintermediación.”
Las fintech obtienen mejor calificación en experiencia del cliente
El informe pone de manifiesto que las fintech han hecho un buen trabajo respecto a la expectativa del cliente, lo que se traduce en una amenaza para la relación tradicional entre banca y cliente. También las grandes empresas tecnológicas como Amazon, Apple y Facebook suscitan que los clientes esperen más de sus bancos y de la experiencia que ofrecen. Así, el consumidor percibe de forma cada vez más favorable a las fintech: el 40,3% afirma que están satisfechos con la experiencia que ofrecen, frente al 37,1% que piensa eso de los bancos. Las fintech disfrutan de mayor popularidad en Norteamérica, donde el 57,8% de los clientes asegura que ofrecen una experiencia positiva, frente al 49,5% que cita a los bancos. A nivel mundial, los clientes más jóvenes y con mayor destreza tecnológica son los más partidarios de recurrir a las fintech.