Estamos inmersos en medio de una revolución digital que no deja ningún área exenta de estos avances y el mercado de trabajo también ha experimentado de primera mano el giro de lo analógico a lo digital. María López-Obrero, directora de la escuela de programación internacional Wild Code School, explica que el mapa de empleabilidad de cara a 2030 difiere significativamente del modelo establecido hasta el momento. Además, existe una gran preocupación en cuanto a la formación de competencias digitales de los jóvenes, que todavía se forman en profesiones que estarán abocadas a desaparecer, según recientes informes.
Para López-Obrero los jóvenes aún no se están formando en profesiones que se llaman del “futuro”, pero que deberíamos denominar del “presente”, ya que «se desconocen las profesiones que surgirán con seguridad. Sin embargo, creo que es importante hablar de habilidades o capacidades que se pueden adquirir para acceder a profesiones digitales, más que de profesiones en sí. Por ejemplo, la programación con diferentes lenguajes, como Java, es una capacidad. Lo importante es que un profesional sea capaz de reciclarse por sí solo, aprendiendo nuevas habilidades o asistiendo a cursos» aclara la experta.
Los sectores más prometedores a corto plazo son las tecnologías de la información, los servicios financieros, la sanidad pública y el sector público, la industria, los recursos y energías naturales y la digitalización.
Asimismo, tras analizar estos datos, la radiografía que hacen desde la escuela de programación, los empleos emergentes con una demanda laboral creciente son: analista de datos, que archiva, analiza y organiza la información de la red y extrae dicha información para ponerla al servicio de las diferentes áreas estratégicas de una empresa u organización. El desarrollador de software, el cual también conocido como programador, es un especialista en informática que es capaz de concebir y elaborar sistemas informáticos (paquetes de software), así como de implementarlos y ponerlos en marcha con el uso de lenguajes de programación.
La figura del experto en ciberseguridad, que nos protege de ciberataques también será clave en el futuro, al igual que el experto en usabilidad, el cual es el responsable de la relación entre la máquina y el usuario y se encarga de hacer que el producto sea accesible y que cumpla las expectativas de ese usuario. El especialista en robótica que se ocupará del diseño, programación y manejo robótico y el ingeniero 3D o técnico en impresión 3D que será el especialista en la revolución que cambiará el mundo y nuestra forma de producir incluso alimentos.
Otras de las profesiones que el estudio señala como profesiones del futuro, serán: experto big data, biotecnología, nanotecnología, gestor de la nube, experto en marketing digital o especialista banca digital.
Solo el 40% de los jóvenes estudia carreras tecnológicas
Sin embargo, el interés de los jóvenes por estudiar carreras tecnológicas se ha visto reducido, llegando a caer el número de estudiantes que optan por esta vía hasta en un 40%. En 2018 se estimó que solo en España quedaron 10.000 puestos digitales sin cubrir debido a falta de profesionales capacitados, defiende María López-Obrero, quien además afirma que estos números crecen, y seguirán creciendo cada año, debido a la dependencia económica cada vez mayor de la tecnología.
«Esto se debe principalmente a la lentitud del sistema educativo tradicional de generar programas adaptados con la velocidad necesaria. Para todos estos puestos no es necesario estudiar informática ni título universitario y de ahí se genera el siguiente problema: la población aún cree en la necesidad de títulos, mientras que las empresas se están dando cuenta de que no necesitan profesionales titulados, sino personas que técnicamente sean capaces de resolver problemas y que tengan una actitud de aprendizaje a lo largo de su carrera» aclara López-Obrero.