Bien sea para hacer frente a un gasto inesperado, darse un capricho o comprar una vivienda o un vehículo, pedir un préstamo o un crédito es algo habitual para una parte importante de los españoles. Pero, aunque su contratación es usual entre la población española, la deuda de las familias ha ido bajando hasta situarse en niveles previos a la crisis financiera, como consecuencia de la paulatina reducción de los préstamos contraídos, la caída de los tipos de interés y el abaratamiento de los créditos.
Precisamente, según los últimos datos publicados por el Banco de España, en el mes de agosto la deuda de las familias cayó en 1.707 millones de euros, lo que supone un 0,2% menos que en el mes previo y un 1,5% menos que en agosto de 2016, y augura en este sentido una mejora en su situación económica.
Sin embargo, a no ser que sean precavidos y ahorren a conciencia para hacer frente a posibles gastos imprevistos, una parte importante de los españoles ha tenido que acudir a financiación externa para conseguir dinero extra, tal y como refleja el análisis llevado a cabo por Rastreator.com.
Según el ‘IV Estudio de Comparación Online hacia el Ahorro Inteligente’, realizado por realizado por el comparador, tres de cada diez españoles (30,9%) han tenido que pedir créditos en alguna ocasión por necesitar dinero extra. Además, este porcentaje alcanza el 32,2% en el caso de los hombres, que son más dados a ello que las mujeres (29,6%).
Las tarjetas de crédito también son uno de los grandes aliados de los españoles que necesitan un extra económico para llegar a fin de mes
Bien sea por la posibilidad de aplazar el pago o de pagar una cuota fija al mes a cambio de un interés, el estudio también muestra que el 22% de la población española se financia mensualmente a través de tarjetas de crédito. Además, casi la mitad de los españoles (47,2%) afirma tener más de dos tarjetas de crédito y/o débito.
Fernando Summers, CEO de Rastreator.com, explica que “son múltiples y variados los motivos por los que podemos necesitar recurrir a un préstamo o crédito, pero en todos los casos es importante conocer bien el tipo de producto contratado y la letra pequeña de este, así como las diferentes opciones disponibles en el mercado para escoger la que mejor se adapte a lo que necesitamos. Comprender aspectos como, por ejemplo, el tipo de comisiones o intereses que pide el banco o la entidad emisora puede ayudar a que este producto financiero no salga más caro de lo esperado”.
Los más jóvenes, menos dispuestos a endeudarse
Aunque los gastos imprevistos pueden afectar a todos, según el estudio de Rastreator.com, los jóvenes de entre 18 y 24 años son los más reacios a contraer deudas derivadas de préstamos o créditos para conseguir dinero extra. Precisamente, tan solo un 17,7% de ellos ha tenido que recurrir en alguna ocasión a un crédito para obtener dinero extra y únicamente dos de cada diez (19,9%) se financia mensualmente a través de tarjetas de crédito.
Estos datos resultan lógicos si tenemos en cuenta que una persona joven no tiene tantos recursos económicos como una de más edad, para comprometerse a saldar su deuda en un plazo determinado, y tampoco suele tener tantas cargas como tiene de media una persona adulta.
De hecho, en el lado opuesto se encuentran los adultos de entre 55 y 65 años como los más dispuestos a endeudarse: un 36,8% ha necesitado recurrir en alguna ocasión a un crédito y hasta un 24,1% afirma que se financia mensualmente a través de tarjetas de crédito.