La incertidumbre sobre el nivel de prestaciones futuro de la Seguridad Social, el envejecimiento de la población, la convivencia de distintas generaciones en el mercado laboral y la gestión del talento son algunos de los retos a los que se enfrentan las empresas a la hora de definir y poner en valor sus planes de previsión a la jubilación. Ante este escenario cambiante, las organizaciones se ven en la necesidad de replantearse la experiencia del empleado durante su vida laboral y sus estrategias de previsión a la jubilación.
Esta actitud creciente en el mercado ha llevado a Willis Towers Watson a organizar una jornada denominada ‘Estrategias de previsión a la jubilación: transformación e innovación’ la cual ha contado con la participación de empresas como: Repsol, Telefónica, Sagardoy Abogados, Pensumo, 50 PRO Nextep, Línea Directa Aseguradora e IBM. Durante las distintas ponencias se ha analizado la necesidad de evolucionar la actual práctica de mercado para encontrar soluciones que se anticipen a los cambios regulatorios y un mercado en constante evolución. Ante este reto, Willis Towers Watson hace un llamamiento a la necesidad de transformar la cultura de ahorro en la sociedad y fomentar la concienciación de los empleados en todas las etapas de su vida laboral.
“Nos encontramos ante una situación sin precedentes donde las organizaciones necesitan encontrar soluciones disruptivas y novedosas para redefinir su estrategia de previsión social. Es necesario tener un plan estratégico a corto, medio y largo plazo que se ajuste al contexto específico de cada empresa y sus distintos colectivos. Muchas empresas están actualmente ignorando la importancia de la previsión como ventaja competitiva y necesitan reinventarse para crear valor de forma continuada en el tiempo y acompañar al empleado en cada fase de su camino a la jubilación”, ha explicado Gregorio Gil de Rozas, director del departamento de jubilación de Willis Towers Watson Iberia.
Patricia Sanz, directora de relaciones laborales de Repsol para España y Portugal, ha manifestado que “la previsión social en las organizaciones en los últimos años ha carecido de un componente estratégico claro que ahora sí se empieza a visualizar como necesario debiendo estar orientado a los objetivos concretos que se pretendan abordar. Si bien en el pasado, la reflexión en torno a previsión se centraba fundamentalmente en el plano económico y en el ámbito de los beneficios sociales, podemos afirmar que, a futuro, la reflexión debe ser más global, aglutinando aspectos tales como los objetivos de la empresa, la propuesta de valor al empleado, análisis de mecanismos adecuados, la estrategia de comunicación… sin olvidar el ámbito de la negociación colectiva».
La no existencia de una edad obligatoria de jubilación provoca en muchas compañías que el empleado no quiera concluir su vida laboral, no solamente por razones económicas. La salud o la falta de preparación psicológica y social ante la nueva situación que se les presenta hace que muchos trabajadores pospongan su fin laboral. Ante estas nuevas actitudes, las empresas no pueden responder con planes tradicionales como los que tenían hasta ahora, sino que la innovación y saber comunicar los beneficios desde la incorporación del empleado hasta su último día se convierte en un eje sobre el que trabajar.
“En el mercado no hay actualmente referentes claros que imitar, por lo que prima la innovación y la flexibilidad: las empresas se componen ya de cuatro o cinco generaciones distintas y a cada grupo nos tenemos que dirigir de una manera determinada”, ha aportado Tatiana Espinosa de los Monteros, directora de relaciones laborales de Telefónica.