Los sistemas de pensiones se están viendo presionados por la demografía. La falta de nacimientos y el aumento de la esperanza de vida han provocado que los sistemas de reparto pierdan su equilibrio, al aumentar el número de jubilados frente a trabajadores. España no es una excepción, pero sí es cierto que es de los países que más está tardando en aplicar una solución más o menos definitiva.
En el marco del II Foro de Envejecimiento de Fundación Edad&Vida, Pablo Antolín, economista de la OCDE, centró su intervención en los diferentes modelos de previsión social existentes a nivel internacional y las recomendaciones del modelo más adecuado a implantar. Las recomendaciones de la OCDE reconocen que es preciso “contar con un sistema de pensiones que combine la capitalización y el reparto como forma de diversificación de las fuentes de financiación”. Respecto al peso y al rol que se debe otorgar a los sistemas de capitalización o reparto, Antolín señala que la OCDE no emite ningún juicio, pero sí insiste en que “deben complementarse, no sustituirse”.
En las últimas dos décadas, sin ninguna duda, la capitalización es un sistema que ha crecido: dentro de la OCDE hay 12 economías en las que representa más del 50%. Sin embargo, España se queda atrás y es de los pocos países en los que la capitalización no juega un papel relevante y no es accesible a todos, según advierte Antolín.
Además, en función de la experiencia de la OCDE se recomienda que el diseño de los sistemas de capitalización “apuesten por un diseño coherente con el objetivo de largo plazo y el propósito de dar renta en la jubilación y garantizar que estos sistemas cubran al mayor porcentaje de la población posible”. Antolín defiende que el sistema sea inclusivo, con contribuciones adecuadas a los objetivos, incentivos fiscales para maximizar la participación, planes de bajo coste y accesibles, inversiones apropiadas y sostenibles, que ofrezcan protección contra la longevidad, y sistemas que apoyen la educación financiera.
Los expertos defienden la complementariedad de los pilares
Los sistemas de pensiones están sustentados en tres pilares: pensiones públicas (I), planes de pensiones de empleo (II) y planes de pensiones individuales (III). El primero está basado en un sistema de reparto y los otros dos en sistemas de capitalización. En España, el pilar uno tiene un papel protagonista, siendo el ahorro a través de los otros dos muy limitado, especialmente a través del segundo. Sin embargo, con el objetivo de incentivarlo, el gobierno ha recortado los beneficios fiscales del ahorro a través de planes individuales para trasladarlos a los de empleo, algo que ha recibido duras críticas por parte del sector financiero.
Durante el foro, Luis Viñas, Director de Compensación de Naturgy Energy Group; Celia Ferrero, vicepresidenta de Federación Nacional de Organizaciones de Trabajadores Autónomos (ATA); y Carlos de la Torre, Counsel Laboral de Baker&McKenzie, mantuvieron un debate sobre la complementariedad de estos pilares.
“Los sistemas de capitalización y previsión son esenciales”, insiste Viña. “Se ha intentado vaciar el pilar III, y no hay una complementariedad real entre los tres pilares”, denuncia. “Necesitamos que haya pilares II y II. Los gobiernos ponen más el foco en la suficiencia que en la sostenibilidad y, mirando al futuro, tenemos que hacer complementarios los tres pilares”, completa de la Torre. Según lamenta, el segundo pilar está muy estancado con tan solo 2 millones de partícipes, que representan un 10% de la población activa. “En 2050, el gobierno quiere que represente el 80% de la población activa, lo veo muy difícil”, lamenta. “Los incentivos fiscales son muy insuficientes, no está bien que se vacíe el tercer pilar”, añade.
Como posibles soluciones al escaso ahorro complementario, los expertos han coincidido en la necesidad de impulsar la educación financiera, la concienciación y la fiscalidad beneficiosa.