Cada día que pasa, la esperanza de vida se alarga 5 horas. Parece un dato sin importancia, pero si lo extrapolamos a una década, habremos ganado 2 años de vida. España experimentará en las próximas décadas uno de los procesos de envejecimiento de la población más acusados del mundo, con lo que la ratio cotizantes/pensionistas se va a reducir drásticamente. Un escenario que contrasta con el hecho de que el patrimonio en fondos de pensiones esté muy por debajo de la media de los países desarrollados. En concreto, según datos de Inverco, España debería multiplicar por cuatro ese patrimonio para situarse en la medida de la OCDE.
Según el libro “Sistemas de pensiones, seguridad social y sistemas complementarios: medidas para impulsar los planes de pensiones” presentado en un acto en Madrid, las reformas de 2011 y 2013 son insuficientes para compensar el drástico efecto del envejecimiento en España, por lo que se requerirán medidas adicionales.
En concreto, Inverco plantea tres propuestas concretas: el traspaso de las pensiones de viudedad y orfandad desde la Seguridad Social a los Presupuestos Generales del Estado. Según ha explicado Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco, “con esta medida, el sistema volvería a entrar en un ligero superávit en 2022 que duraría hasta 2038”. A partir de ese momento se entraría en un ligero déficit hasta 2050, fecha a partir de la cual se registrarían importantes superávits hasta 2075. “El coste presupuestario alcanzaría un máximo del 3% en 2050”.
Otra de las propuestas de la patronal de fondos de inversión es la instauración de un sistema de capitalización por defecto, según el cual, las empresas aportarían el 2% del salario de sus trabajadores a cambio de una reducción también del 2% en las cotizaciones sociales. Po su parte, los trabajadores aportarían otro 2%. Desde Inverco señalan que “el informe no entra a valorar si ese ahorro debe estar en un fondo de pensiones ni cómo ha de gestionarse, pero sí la necesidad de impulsar este pilar”. Aldama pone sobre la mesa el ejemplo de Reino Unido donde en 2012 se instauró un sistema similar y, hasta la fecha, “450.000 empresas se han adscrito”.
Los cálculos de Inverco apuntan a que los fondos acumulados alcanzarían el 21% del PIB y se proporcionarían un mínimo de 5 puntos porcentuales adicionales de tasa de sustitución en el momento de la jubilación.
Por último, Inverco insiste en su propuesta de una transición hacia un esquema de cuentas nocionales y, para acallar las críticas, subraya que no implicaría que el sistema de pensiones deje de ser de reparto. Las cuentas nocionales contemplan, eso sí, que la cuantía de la pensión se calcule en base a toda la vida laboral y no a los últimos 25 años que contempla la última reforma.
Inverco asegura que el efecto conjunto de las tres propuestas permitiría alcanzar el equilibrio presupuestario, alternando períodos de ligeros déficits con ligeros superávits. La deuda del sistema se mantendría en equilibrio hasta mediados de 2040, mientras que, en las dos décadas posteriores podría alcanzar un máximo del -7,3% del PIB. A partir de entonces empezaría a desaparecer hasta situarse en un superávit del 11% en 2075.