Debido al continuo envejecimiento de la población mundial, los sistemas de reparto se han encontrado con serios problemas de financiamiento. Esto ha llevado a muchos países a ajustar constantemente sus parámetros, o bien a desmejorar gravemente sus finanzas públicas, llegando a una situación que podría volverse insostenible en el tiempo.
Con el fin de estudiar la situación actual y futura de estos sistemas, la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP) ha presentado el cuadro: “Parámetros clave de los sistemas públicos de reparto”, con información sobre la edad legal de jubilación actual vigente, la edad de jubilación futura legislada, la tasa de cotización, la tasa de reemplazo neta estimada, el déficit del sistema público de reparto (% del PIB), y el número de años de contribución para obtener derecho a la pensión completa o parcial para un grupo de países de Europa, América y Asia.
Una de las principales conclusiones es que todos los sistemas de reparto europeos se encontrarán en una posición deficitaria en 2025, con la excepción de Portugal (superávit del 0,4% del PIB) y se estima que ésta seguirá siendo deficitaria para la casi totalidad de estos países en el 2070. Con respecto a los países americanos, todos tendrán déficit en el corto plazo, menos Canadá (equilibrio).
Aumenta la edad de jubilación
Una de las palancas de las que tirar para reducir el gasto en pensiones es el aumento de la edad de jubilación. Esta cifra varía entre los 50 años (China, caso de algunas mujeres) y los 67 años (Grecia e Italia). Al comparar la información entre los años 2020 y 2021, se encuentra que el aumento más pronunciado de la edad de jubilación ocurrió en Hungría, siendo éste de 6 meses. Le siguen España, Republica Checa y Estados Unidos con un aumento de 2 meses, y luego Alemania y Portugal con un aumento de 1 mes.
Ligar el aumento de la edad de jubilación a la esperanza de vida es algo que varios países ya han adoptado y muchos otros se replantean ante la efectividad de esta medida para asegurar la sostenibilidad de los sistemas. El último en hacerlo ha sido el banco central de Alemania, que ha recomendado vincular la edad de jubilación con la esperanza de vida con el fin de estabilizar el sistema de pensiones legales del país en el largo plazo.
“El acoplamiento amortiguaría notablemente la presión sobre la tasa de aportación y el presupuesto del Gobierno federal”, indicó el Deutsche Bundesbank en su informe mensual. “Con una fase laboral más larga, el empleo también está subiendo además de las pensiones individuales”.
En muchos otros países de la Unión Europea, incluyendo Dinamarca, Italia, Países Bajos o Portugal, la edad legal de jubilación ya está subiendo conforme a la esperanza de vida, según recordó el banco.
Las tasas de cotización a los sistemas públicos de reparto varían entre un 6,5% (Honduras) y un 34% (Brasil, para los de mayores ingresos), siendo en general más altas para los países europeos. Por otro lado, las tasas de reemplazo netas (estimación de la OCDE para un trabajador que gana un salario igual al promedio de la economía) fluctúan entre 30% (Perú) y 102,7% (mujeres en Brasil). La tasa de reemplazo es una consecuencia de todos los demás parámetros, la tasa de cotización, la edad de jubilación, el gasto público y los años requeridos para otorgar una pensión.
La mayoría de los países exige un mínimo de años de cotización al sistema para obtener una pensión completa, y éste fluctúa entre los 15 años (Brasil, en el caso de las mujeres a la edad legal de jubilación) y los 45 años (Bélgica). A su vez, otros países definen un número mínimo de años de cotización para acceder a una pensión parcial, que oscila entre 1 año (Francia y Reino Unido) y 30 años (Bélgica). Es importante destacar que quienes no cumplen requisitos para obtener una pensión parcial no reciben una pensión contributiva y por lo tanto pierden todo lo cotizado durante su vida laboral.