La pandemia también ha afectado a las pensiones. Como resultado de la perturbación económica, la seguridad de la jubilación ha empeorado, según el Índice Global de Jubilación 2021 de Natixis (GRI).
Este índice examina 18 indicadores de rendimiento del bienestar de los jubilados, agrupados en cuatro subíndices que permiten conocer las características que impulsan los cambios en las perspectivas de jubilación de un país. Estas cuatro áreas temáticas son: los medios materiales para vivir cómodamente en la jubilación; el acceso a servicios financieros de calidad para ayudar a preservar los ahorros, valorar y maximizar los ingresos; el acceso a servicios sanitarios de calidad; y la calidad de vida, incluyendo un entorno limpio y seguro para vivir.
España ocupa la 32ª posición
España ocupa el puesto 32 (de 44 países), la misma posición que el año anterior, y la puntuación global del país se mantiene en el 60%. Dentro de la UE, supera a otros cuatro países en el índice: Hungría (33º); Lituania (35º) Letonia (36º) y Grecia (41º).
La puntuación más baja de España se encuentra en el subíndice de bienestar material (35%). Aunque tiene una puntuación más alta en el indicador de igualdad de ingresos, su clasificación disminuye en dos puestos, lo que significa que otros países obtuvieron mejores resultados en este indicador.
Lo mismo ocurre con el indicador de renta per cápita, que este año tiene una puntuación más alta, pero su clasificación disminuye en tres puestos. La puntuación global del subíndice de calidad de vida de España se mantiene igual que el año pasado, pero sube un puesto en la clasificación. Tiene una puntuación ligeramente inferior en el indicador de felicidad, pero aumenta su posición hasta el puesto 22, lo que indica que otros países obtuvieron peores resultados que España.
El índice revela que España registra un descenso en el subíndice de finanzas en la jubilación, con puntuaciones más bajas en los indicadores de presión fiscal, morosidad bancaria y dependencia de la tercera edad. El hecho de que, a pesar de haber disminuido en estos indicadores, España se sitúe en la misma posición que el año pasado, implica que otros países también tuvieron un comportamiento similar en estos indicadores. Los indicadores de inflación y tipos de interés no han variado, mientras que las puntuaciones de endeudamiento público y gobernanza han mejorado ligeramente.
Islandia, Suiza y Noruega en el podio de la clasificación
Los siete primeros países han mantenido la misma posición durante dos años consecutivos. Islandia, Suiza y Noruega siguen siendo los tres primeros países, seguidos de Irlanda, Países Bajos, Nueva Zelanda y Australia. Por su parte, Alemania y Canadá han intercambiado sus posiciones, pasando la primera al octavo puesto y la segunda al décimo. Dinamarca se mantiene en la novena posición.
Por tercer año consecutivo, Norteamérica tiene la puntuación más alta de todas las regiones, con un 72%, gracias a tener la puntuación más alta en los subíndices de finanzas y bienestar material y la segunda puntuación más alta en los subíndices de salud y calidad de vida.
Otras regiones destacadas son Europa Occidental, que se sitúa en segundo lugar con una puntuación global del 69%, sin embargo, tiene las puntuaciones más altas para los subíndices de salud y calidad de vida. Europa Oriental y Asia Central ocupan el tercer lugar como región, con un 50%. Al igual que Europa Occidental, tiene dificultades en el ámbito de las finanzas, donde ocupa el último lugar en el subíndice. Cuatro de los 10 últimos países en finanzas pertenecen a esta región: Turquía, Hungría, República Eslovaca y Letonia.
América Latina es la cuarta región. La región va a la zaga en el subíndice de bienestar material (21%), lo que frena considerablemente sus resultados generales. Asia-Pacífico tiene la puntuación regional más baja (32%) debido a que tiene la última o penúltima puntuación en tres de los cuatro subíndices. En particular, las bajas puntuaciones del subíndice de salud y calidad de vida se deben a las puntuaciones extremadamente bajas de India en estos dos subíndices. Sin embargo, una notable excepción es finanzas, donde la región tiene la segunda puntuación más alta del subíndice.
Crece la necesidad de asesoramiento
«Incluso los individuos acomodados se preocupan por la jubilación», afirma Dave Goodsell, director ejecutivo del Instituto de Investigación de Gestores de Inversión de Natixis. «La encuesta está compuesta por individuos con al menos 100.000 dólares en activos invertibles y el hecho es que el 40% de los inversores dice que «hará falta un milagro» para jubilarse de forma segura y, a la hora de la verdad, el 45% está tan preocupado por la jubilación que evita pensar en ella por completo».
Esto pone de manifiesto la necesidad de que los inversores planifiquen adecuadamente sus necesidades financieras de cara a la jubilación. En este sentido, el 62% de los individuos encuestados a nivel global afirma necesitar asesoramiento profesional para seleccionar las inversiones de su plan de jubilación; en España el convencimiento es mayor y se sitúa en el 68,3%.
El impacto de la pandemia: aumentan los riesgos de inflación, tipos de interés y deuda pública
Desde Natixis consideran que la pandemia ha exacerbado algunos riesgos que ya estaban presentes, como los riesgos que presentan la inflación, los tipos de interés y la deuda pública, así como los retos financieros del empleo y la sanidad. Los jubilados son especialmente vulnerables a los bajos tipos de interés y al aumento de la inflación, que afectan a la capacidad de generar ingresos durante la jubilación.
Los tipos bajos y la alta inflación suelen requerir inversiones en activos más arriesgados para generar rendimientos que permitan preservar los ahorros y proporcionar unos ingresos adecuados en la jubilación, pero el riesgo de las inversiones debería disminuir con el tiempo para evitar las fluctuaciones del capital, lo que significa que quienes se acercan a la jubilación o la están viviendo deberían tener una estrategia de inversión de bajo riesgo. Sin embargo, las inversiones de bajo riesgo significan que los ahorros podrían correr el riesgo de ser erosionados por la inflación.
Además, muchos planes de pensiones están pasando de planes de prestación definida a planes de aportación definida. Ocho de cada 10 personas encuestadas en el marco de la encuesta Natixis Individual Investor lanzada en junio son conscientes de que este cambio hace recaer cada vez más en el individuo la responsabilidad de financiar su jubilación.
«Nos encontramos en un interesante punto de inflexión en el que la responsabilidad de una jubilación segura está pasando de los empleadores a los individuos. El acceso a un vehículo de ahorro para la jubilación adecuado, combinado con incentivos para ahorrar, es fundamental para los individuos, que tienen cada vez más responsabilidad en la selección de proveedores de inversión para la planificación de sus pensiones», explica Sophie del Campo, directora general de Natixis Investment Managers Iberia, Latam y US Offshore. «Por otro lado, la pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de la sostenibilidad. No es sólo que la inversión ESG haya demostrado ser una estrategia ganadora y superadora; al mismo tiempo, la crisis ha puesto de manifiesto la amenaza que suponen los desequilibrios sociales y medioambientales para la seguridad financiera», añade Del Campo.