Alcanzar la edad de jubilación, encontrarse en una situación de dependencia severa o gran dependencia, incapacidad -permanente total, absoluta o gran invalidez-, desempleo de larga duración, padecer una enfermedad grave y fallecimiento. Estas son las contingencias que hasta ahora permitían el rescate de las participaciones de un plan de pensiones. Sin embargo, desde ayer, 1 de enero de 2025, se añade otra más: la Ley 26/2014, de 27 de noviembre, permite recuperar las aportaciones a planes de pensiones que tengan como mínimo 10 años de antigüedad, sin tener que estar en ninguna situación específica ni justificar el rescate. Un cambio regulatorio que tendrá consecuencias en el sector, pero también traerá oportunidades.
Esta nueva normativa de hace casi una década pretende aumentar la liquidez del producto haciéndolo más atractivo de cara a aquellos ahorradores que ven en la iliquidez un inconveniente para su contratación. Como cualquier cambio normativo, puede tener efectos tanto positivos como negativos en la industria de los fondos de pensiones: ¿está incentivando su contratación o actuando contra su esencia de ahorro a largo plazo?
Según datos de Inverco, el patrimonio que puede quedar liberado y disponible para ser rescatado a partir de 2025 bajo el nuevo supuesto asciende a 64.000 millones de euros. En la asociación son conscientes de que cada uno de los siete millones de partícipes de fondos de pensiones en España “tienen necesidades de liquidez distintas y situaciones familiares diferentes” por lo que, al ser decisiones individuales, “es muy difícil hacer estimaciones previas” acerca de cuántos de esos 64.000 millones serán finalmente retirados por los ahorradores bajo este supuesto.
Una cantidad “que implica más de la mitad del patrimonio gestionado por los planes de pensiones”, según apuntan desde Ocopen (Organización de Consultores de Pensiones). En la organización añaden que esta situación “puede dar lugar a importantes retos”.
En Cobas AM, su director de Relación con Inversores, Marketing y Comunicación, Carlos González Ramos, es consciente de que se trata de una “medida controvertida” y cita como uno de los aspectos negativos más evidentes la posibilidad de que los partícipes no ahorren lo suficiente para la jubilación al disponer de su capital antes de tiempo. “Es conocido el gran problema existente de las pensiones públicas, que hace cada vez más necesario el complemento a través del ahorro privado”, explica.
También añade como punto desfavorable el desincentivo para la inversión a largo plazo, “que suele ser la más rentable”, ya que si los ahorradores retiran el dinero antes de tiempo “pueden encontrarse con rendimientos mediocres”.
Desde un enfoque del sistema, el experto de Cobas AM también detecta dos consecuencias adversas “muy claras”: el impacto en la sostenibilidad del propio sistema, ya que “afectaría a la solvencia de los planes de pensiones” y un impacto sobre la economía general, “ya que este capital podría no reinyectarse en nuevas inversiones o podría desviarse hacia sectores menos beneficiosos para el crecimiento económico a largo plazo”.
José González, director de Pensiones y Previsión Colectiva en Santander Asset Management España, asegura que hay que considerar que los planes de pensiones “son vehículos de inversión finalistas para complementar la pensión pública”, por lo que “es muy importante concienciar de la necesidad del ahorro previsional como complemento a la pensión pública que nos asegure una adecuada salud financiera en el momento de la jubilación”. Ante la llegada de un nuevo supuesto de rescate, el experto asegura que, “en caso de necesidad de liquidez por causas sobrevenidas ya existen hasta siete casos excepcionales”, por lo que entiende que, con ellos, “debería estar cubierta esa necesidad”. En este punto, Inverco añade que serían ocho supuestos de rescate, incluyendo el aprobado recientemente para paliar los efectos de la gota fría en Valencia. Para González, “llegado el momento de la jubilación, lo más importante es tener una planificación que nos asegure cubrir los objetivos financieros con una adecuada optimización fiscal”.
Mientras, Eva Valero, directora del Observatorio Caser, también advierte de los puntos negativos en esta nueva medida. La experta ve riesgo en que si una persona no entiende que el plan de pensiones está diseñado para realizar un ahorro para complementar la pensión de jubilación pública y retira el ahorro que hizo un día con ese objetivo, cambiando así el horizonte temporal, “la medida no habrá sido la mejor por las consecuencias que tendrá para ese partícipe”.
En este sentido, Inverco aseguran que los partícipes tienen una concienciación de la necesidad del ahorro a largo plazo, y que “una disposición anticipada de los derechos consolidados -patrimonio acumulado- total o parcial, les implicaría una reducción de las prestaciones o dejar de percibir las mismas en el momento de la jubilación”. Por lo tanto, indican, “hasta el momento, los supuestos de liquidez se han utilizado de forma residual, y entendemos que así va a seguir siendo”. Precisamente, Rafael Peña, socio y cogestor en Olea Gestión, cree que el nivel de educación financiera de los ahorradores tendrá una influencia relevante en la tentación de rescatar participaciones con 10 años de antigüedad antes de la jubilación, ya que “la desinformación podría llevar a decisiones anticipadas, perjudicando el potencial de la inversión y posiblemente incrementando la carga fiscal”. Eso sí, Peña asegura que un ahorrador bien informado optará por mantener su dinero en algún plan hasta la jubilación para maximizar el rendimiento.
Otro efecto negativo podría ser forzar a los gestores de los planes a realizar cambios en sus carteras, e incluso en sus estrategias. Desde Ocopen creen que esta situación podría obligar a los profesionales que gestionan estos vehíciulos “a modificar sus carteras y contar con más posiciones de liquidez o de muy corto plazo, que sin duda van a ser perjudiciales en especial para la gente que no rescata y se sigue quedando en el plan de pensiones con todo su capital acumulado”.
La tranquilidad de una mayor liquidez
Pero la normativa también podría presentar algunos aspectos positivos. González Ramos, desde Cobas AM, señala que, teniendo en cuenta el punto de vista de los partícipes, “tiene aspectos positivos, como ofrecer una mayor liquidez”, un factor que, a su vez, puede incentivar a la inversión en planes de pensiones “si los partícipes perciben la posibilidad de rescatarlos en un plazo inferior al de su jubilación”.
Desde este punto de vista, dotar a los planes de pensiones de mayor flexibilidad financiera “puede ser interesante para potenciarlos entre aquellos ahorradores que los han abandonado”. No obstante, su experiencia de los últimos años le hace pensar que esta posibilidad “no es clave a la hora de invertir”.
Valero también resalta que la medida resultaría positiva si se diera la posibilidad de que haya personas dispuestas a ahorrar a largo plazo para la jubilación sabiendo que tienen la libertad de tener disponible ese dinero, aunque el objetivo no sea usarlo de cualquier forma. En definitiva, la posibilidad de rescate a los 10 años sería positiva, en tanto que a los ahorradores “les da tranquilidad”.
José González (Santander Asset Management España): “En caso de necesidad de liquidez por causas sobrevenidas, ya existen hasta siete casos excepcionales*, por lo que debería estar cubierta esa necesidad”
Una opinión similar tienen en Horos AM. Arturo Carrasco, su responsable de Desarrollo de Negocio, opina que el mecanismo de liquidez para los planes de pensiones tras 10 años es positivo para el producto, “ya que permite al inversor disponer del dinero si lo necesita, aun cuando no se encuentre en ninguno de los supuestos especiales que permiten el rescate” y detalla que un plazo de 10 años “es suficientemente largo como para que los partícipes de un plan -especialmente si es de renta variable- puedan beneficiarse de su revalorización y tener la evidencia de que permanecer invertido a largo plazo es un requisito necesario, aunque no suficiente, para obtener buenos resultados”. Hasta tal punto que Carrasco asevera que esa evidencia sería capaz de mitigar la ten tación de rescatar participaciones antiguas antes de tiempo.
Por eso, en algunos casos la mayor liquidez de los planes de pensiones puede ser una oportunidad. Así lo cree Peña. “Vemos este supuesto de rescate como una oportunidad, no una debilidad”, asegura, para acto seguido explicar que “es una llamada de atención para que los inversores revisen el rendimiento de sus productos actuales y consideren alternativas más atractivas”.
En su caso, el plan de pensiones de la firma, el Olea Neutral PP, “es aún joven, lleva poco más de un año” y confían en ofrecer “una propuesta muy competitiva capaz de atraer tanto a inversores que estén evaluando nuevas opciones como a nuevos ahorradores que se quieran acercar a los planes de pensiones ahora que son algo más líquidos y flexibles”.
¿Hay interés por los rescates?
En principio, las firmas no están observando un especial interés por parte de los clientes para liquidar planes de pensiones con antigüedades de más de 10 años a partir del próximo 1 de enero. Valero, desde el Observatorio Caser, es tajante: “No creemos que muchos partícipes se vayan a acoger a este nuevo supuesto de liquidez ya que entendemos que la mayoría de personas realizan su ahorro en planes de pensiones para complementar su renta en la época de retiro laboral”.
En realidad, las razones por las que no habrá movimientos son variopintas. Carrasco asegura que, en el caso de Horos AM, “por la tipología de cliente, más orientado al largo plazo”, no contemplan que vayan a ver “un repunte significativo de rescates”. Es más, avanza que cuentan con casos de inversores que continúan aportando a los planes una vez están jubilados.
Pero el experto es consciente de la posibilidad de que con esta medida salga dinero de los planes de pensiones hacia el sector inmobiliario. “Si esto fuera así, el tensionamiento que ya observamos en este sector, al menos en las grandes ciudades, empeoraría” y señala que, “como filosofía de vida”, en la firma no son partidarios de comprar activos sin un margen de seguridad elevado, es decir, que presenten una diferencia entre valor y precio, “y eso aplica también a la vivienda”.
En Cobas ven la situación de forma similar y no contemplan fuertes salidas a partir de 2025: “Nuestros partícipes de planes de pensiones tienen una estrategia de inversión a largo plazo, por lo que no esperamos rescates prematuros”, dice González Ramos. Y señala a la educación financiera de sus clientes como un punto adicional para que no se produzca este evento, unido al “estilo y estrategia de inversión de Cobas AM, que influyen positivamente en fomentar el ahorro a largo plazo”.
Peña, por su parte, cree que el evento de retirada afectará más a planes de pensiones antiguos y que “hayan dado malos resultados principalmente” y no a productos recientes. Precisamente, estos planes “jóvenes y con buenos resultados, serán la opción a la que recurrirán los inversores descontentos”, según el experto.
Medidas preventivas
Pero, aunque no hay indicios que apunten a que los partícipes salgan en estampida de los planes de pensiones a partir de enero del año que viene, las gestoras están preparadas en el caso de que haya más rescates de lo habitual. En Ocopen apuntan que han detectado que se están implementando diversas medidas, como potenciar la comunicación, a través de la información a los clientes sobre las implicaciones fiscales y financieras de retirar el dinero antes de tiempo.
Arturo Carrasco (Horos AM): “Ante la evidencia de los beneficios de la inversión a largo plazo, la tentación de rescatar participaciones antiguas debería verse mitigada”
Además, asesoran “con períodos específicos para procesar las solicitudes de reembolso, de manera que las peticiones se puedan gestionar de forma más ordenada”. Por último, destacan la mayor intensidad de la educación financiera, a través de seminarios, webinars o material educativo sobre la importancia del ahorro a largo plazo y las posibles consecuencias negativas de retirar el dinero de un plan de pensiones prematuramente.
“Desde el rol de consultores o actuarios, esto no tiene especial trascendencia”, aseguran en Ocopen, donde advierten no obstante del cambio de estrategia al que podría obligar esta situación a los gestores de los planes.
Un horizonte de cambios en la relación entre las firmas y los partícipes
La introducción de un nuevo supuesto de rescate de las participaciones de los fondos de pensiones puede sentar los cimientos de un cambio entre los ahorradores y las firmas de inversión. Así lo cree Valero, que es consciente de que informar a los partícipes de las consecuencias de las decisiones de inversión “siempre está bien”.
También Peña, que, desde Olea Gestión, tiene claro que los clientes serán más exigentes respecto a la rentabilidad y las comisiones, ya que estarán “incentivados a evaluar la competitividad de su plan periódicamente”. Además, según Peña, esta mayor flexibilidad llevará a las gestoras a mejorar sus productos para retener a los clientes y evitar rescates anticipados. “Aunque ya existe la opción de traspaso entre planes, muchos no quieren complicarse con la búsqueda de nuevos productos y prefieren la simplicidad de un rescate. Por eso, será esencial proporcionar información clara sobre las ventajas de mantener el plan a largo plazo y las implicaciones fiscales del rescate”, por lo que “las gestoras deberán adaptarse ofreciendo productos más atractivos y reforzando la educación financiera”.
En Horos AM, Carrasco no espera un cambio sustancial en la relación entre cliente y entidad. En este punto, explica que los clientes de Horos “en términos generales, son conscientes de estar obteniendo rentabilidades muy atractivas a largo plazo, y esa es la mejor defensa que un producto de ahorro puede tener frente a los reembolsos”. Sin embargo, el experto matiza que las firmas que no cuenten con este argumento -“que, para desgracia de los partícipes, abundan en el mercado”- tendrán que intentar fidelizar al cliente por otros caminos para minimizar los reembolsos de participaciones antiguas. Eso sí, también ve factible que algunas firmas se vean obligadas a interactuar de for ma más frecuente con sus clientes para reforzar el vínculo con la entidad y minimizar las retiradas, con el fin “de poner en valor los puntos fuertes del producto y/o del servicio”.
González Ramos, por su parte, también está convencido de que, en el caso de los clientes de Cobas AM, no habrá un cambio en la relación entre ambas partes. Eso sí, ve posible que en la industria de planes de pensiones “se produzca una mayor atención y cuidado por la gestión de los planes de pensiones, ya que muchos de ellos han tenido rentabilidades por debajo del mercado en los últimos 20 años”.
Eva Valero (Observatorio Caser): “No creemos que muchos partícipes se vayan a acoger a este nuevo supuesto de liquidez, ya que entendemos que la mayoría de personas realizan su ahorro en planes de pensiones para complementar su renta en la época de retiro laboral”
Consejos para evitar la tentación del rescate
Antes de proceder al rescate de las aportaciones con una antigüedad de más de 10 años a partir de 2025, el partícipe debe de tener en cuenta una serie de consideraciones. En Ocopen ven imprescindible que el ahorrador se tome tiempo para analizar los pros y contras en términos financieros y fiscales de dicha acción, ya que “realizar de manera sistemática una planificación va a permitir al individuo tomar conciencia de sus necesidades y del impacto futuro que puede producir un rescate anticipado de sus ahorros”.
Hay que tener en cuenta, según Ocopen, que la esperanza de vida es cada vez más alta, “lo que implica que tras el acceso a la jubilación habrá un periodo de entre 15 y 20 años en donde no se generan ingresos y la economía individual estará centrada en todo lo generado durante nuestra etapa activa”.
Por estos motivos, en Ocopen ofrecen una serie de consejos antes de tomar una decisión de este calado. En primer lugar, recomiendan realizar una evaluación de las necesidades, es decir, analizar si realmente se necesita el dinero antes de la jubilación. También, analizar las implicaciones fiscales, como las penalizaciones e impuestos a abonar.
En tercer lugar, no está de más revisar el rendimiento del plan de pensiones contratado y compararlo con otras opciones de inversión disponibles. Asimismo, es necesario evaluar si el dinero se encuentra diversificado adecuadamente dentro del plan de pensiones para minimizar riesgos. Por otra parte, Ocopen recuerda que retirar el dinero ahora “puede impactar negativamente en el crecimiento a largo plazo de los ahorros para la jubilación”.
En líneas generales, “se aconseja que recuerden por qué se constituyó en su día el plan de pensiones”, ya que “seguramente tuvo el objetivo de complementar una pensión”, por lo que lo conveniente es mantener el plan original, “salvo que las circunstancias vitales hayan cambiado notablemente”.
Puede leer el artículo completo en la última revista de Funds Society España.