La reforma de las pensiones ya ha tomado un buen impulso. Pero, a pesar de que se trata de un primer bloque en el que se han abordado los temas más descafeinados, la polémica está servida.
“El acuerdo es la parte más fácil de la reforma, ya que garantiza la suficiencia, que no pierdan poder adquisitivo, pero queda por buscar un mecanismo que compense esta medida, que va a suponer un incremento del déficit estructural entre 3 y 5 puntos del PIB, y pone en riesgo la sostenibilidad”, advierte José Ignacio Conde-Ruiz, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). Estas declaraciones tuvieron lugar en la presentación de la monografía “El futuro de las pensiones en España”, editada por Cajamar y coordinada por José Ignacio Conde-Ruiz.
Asimismo, Conde-Ruiz ha pedido un gran pacto político por las pensiones, ya que no es posible hacer frente a un reto de esta magnitud sin un acuerdo de esta naturaleza
Por su parte, Ángel de la Fuente, presidente de Fedea, ha explicado que, “si permitimos que se eliminen los mecanismos automáticos de equilibrio de la reforma de 2013 sin medidas compensatorias que es algo a lo que parece que vamos, nos comportaría un aumento muy significativo del gasto futuro en pensiones que pondría bastante presión sobre el gasto público con un déficit muy alto”.
Además, de la Fuente ha previsto que “en los próximo 30 años tendremos que enfrentarnos a dos desafíos grandes: no solo el gasto en pensiones, sino también el gasto sanitario y en dependencia”. Por lo que ha propuesto que la reforma incorpore medidas de contención de gasto vía las actuales y futuras pensiones, y de incremento de los ingresos no solo de los activos sino del conjunto de la sociedad. Y, sobre todo, ha hecho hincapié en la necesidad de la mejora de la productividad, que debe ser la prioridad de la política económica de nuestro país.
A través de los artículos de 22 autores expertos en esta temática, el documento presentado analiza las principales cuestiones sobre el sistema de pensiones y su viabilidad futura. Conde-Ruiz ha resumido algunas de las propuestas de los autores como la posibilidad de acometer reformas en la pensión de viudedad; la modificación del diseño institucional actual del sistema de pensiones de los autónomos, ya que no es el más eficaz para favorecer el uso voluntario del sistema de pensiones público para su ahorro en la etapa de jubilación, y el uso de las cuentas nocionales.
El profesor de Economía de la Universitat Pompeu Fabra, Sergi Jiménez, ha propuesto la mejora de la aplicación de la jubilación activa en España. Para ello indica la conveniencia de la fusión en una única figura de la jubilación anticipada y activa; pensión compatible con el trabajo en todas las edades, sin penalización después de la edad normal de jubilación; no estar restringido a ningún trabajador con un mínimo de años cotizados a partir de la edad de jubilación anticipada; supresión de la jubilación parcial; posibilidad de seguir en el mismo trabajo a tiempo parcial (formando sustitutos); tratamiento a efecto de cotizaciones igual que el trabajo de activos; eliminación de trabas a la contratación; recálculo de la pensión basado en las nuevas cotizaciones; posibilidad de jubilación demorada con un premio más justo que el actual, posiblemente el doble a lo anunciado por el Gobierno.
El gasto en pensiones, la mayor amenaza
Respecto a los posibles acuerdos, Ángel de la Fuente ha afirmado que “el acuerdo de Pacto de Toledo me preocupa bastante. La sostenibilidad de las pensiones en un sistema como nuestro que depende de la tasa de cotizantes que pagan la pensión y de la tasa de productividad sería aconsejable una cierta prudencia, sobre todo por el déficit de la Seguridad Social donde los ingresos del sistema no llevan a cubrir los gastos, y posiblemente esto vaya a ir a peor en los próximos años”.
Asimismo, de la Fuente ha criticado la visión optimista de los expertos del Pacto de Toledo como el Gobierno ya que consideran que la jubilación de los baby boomers meterá presión al sistema, pero al mismo tiempo que dicha presión será asumible por el sistema, ya que partimos de un menor gasto en pensiones que los países de nuestro entorno, pero se debe a que nuestra sociedad es relativamente más joven que otras europeas.
El reto demográfico: natalidad y esperanza de vida
Respecto a este ámbito, Conde-Ruiz insiste en que lo primero que hay que mirar es a la demografía, ya que esta ha cambiado mientras que el sistema no. Conde-Ruiz ha sacado a la luz datos como que España es el país de Europa en el que hay mayor diferencia entre los hijos que se tienen de media y los que se desean tener, algo que puede justificar la precariedad laboral. Esta supone una barrera a la natalidad, por lo que el experto ve indispensable una reforma del mercado de trabajo.
Otro aspecto que ha tratado ha sido la inmigración. De aquí a 2050, si entrasen 10 millones de inmigrantes, aún habría problemas, por lo que propone hacer una política migratoria proactiva, algo muy importante para la sostenibilidad de las pensiones y para el funcionamiento de la economía. Además, España será el país más envejecido de Europa en 2050, lo que hará que tengamos un problema importante de gasto en pensiones en el futuro.
Por todo ello, uno de los artículos versa sobre la incorporación de la esperanza de vida en los cálculos de la pensión, lo cual hará necesario utilizar las mejores estimaciones para la misma. “Lo que no entiendo es por qué se ha quitado el factor de sostenibilidad sin aprobar el nuevo factor intergeneracional”, lamenta Conde-Ruíz.