Los planes de pensiones individuales seguirán sufriendo las consecuencias de la reducción de los límites de aportación en 2022. Un “drástico recorte” que, según critican desde Inverco, se ha producido sin un marco regulatorio incentivador del sistema del empleo. “Hemos reducido el tercer pilar sin establecer los incentivos que requiere el segundo. Ambos pilares son complementarios y necesarios”, ha alertado Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco, en la presentación del informe de 2021 y perspectivas para 2022 de Inverco.
El sector ha cerrado 2021 con 128.000 millones de euros administrados que pertenecen a 9,5 millones de partícipes y beneficiarios. Sin embargo, según advierte José Antonio Iglesias, vicepresidente de Inverco, en el crecimiento del patrimonio, las aportaciones han jugado un tímido papel y la mayoría se ha producido por una revalorización de este. Concretamente, las aportaciones en 2021 se han reducido en 1.700 millones de euros, lo que supone un 40% menos que en 2020, debido, según alertan desde Inverco, a la reducción de los incentivos. “El buen comportamiento de los planes individuales se puede ver ensombrecido por la reducción de incentivos”, advierte Iglesias.
Por otro lado, las prestaciones se han reducido, ya que se comparan con 2020, cuando hubo más casos como liquidez extraordinaroa por el COVID-19.
Además, según destaca la patronal, esta evolución negativa de las aportaciones mete más presión en la necesidad de éxito de los planes de empleo de promoción pública. Sobre todo en un contexto en el que, de momento, la reducción de aportaciones del tercer pilar no se está transfiriendo al segundo ni a ningún otro vehículo de ahorro a largo plazo. “El modelo de previsión debe descansar en los tres pilares, un taburete de tres patas no cojea”, añade Iglesias.
De cara a este año, el presidente de Inverco espera que la nueva vuelta de tuerca a la reducción de incentivos lleve, por segunda vez en la historia, a prestaciones netas negativas. “El crecimiento que esperamos que tengan los fondos de pensiones en términos de patrimonio vendrá de las rentabilidades, que compensarán esas pérdidas en términos de prestaciones netas”, señala Martínez-Aldama.
Falta de ambición en los incentivos de ahorro del segundo pilar
Respecto a la evolución de la aprobación del fondo de planes de empleo de promoción pública, Martínez-Aldama ha reflejado su preocupación ante un posible retraso: “Nos preocupa que en 2022 no estén operativos los nuevos instrumentos para que los trabajadores y autónomos puedan hacer aportaciones que hoy tienen limitadas en su sistema individual”. “Año que pasa, año que la previsión para la jubilación desaparece y no se canaliza a instrumentos de largo plazo. En 2021 hemos perdido 1.700 millones de aportaciones en los individuales y los planes de empleo no han aumentado a cambio”, insiste.
Respecto a los incentivos, el presidente de Inverco aplaude que haya habido una evolución positiva de estos desde el primer borrador hasta el último, pero alerta de que no son los suficientemente ambiciosos. “No es una crítica a la iniciativa, bienvenida sea la decisión de un gobierno de impulsar por primera vez en 30 años el plan de empleo, pero creemos que es necesario dotarlo de estímulos, especialmente en esta fase inicial para que dentro de 4 o 5 años podamos tener un número importante de planes aprobados en la negociación colectiva”, añade. El presidente de Inverco tampoco pide nuevos estímulos, sino recuperar lo que ya teníamos en 2006 y 2013 en términos de bonificación al impuesto de sociedades y base de cotización de la seguridad social.
El ahorro, una práctica positiva para el individuo, el estado y la sociedad
El ahorro para la jubilación tiene numerosas ventajas. La primera de ellas es su carácter ilíquido ya que permite guardar el ahorro para su principal objetivo, la jubilación. Sin embargo, también es un apoyo, ya que se vuelve líquido en momentos de necesidad, cuando se experimentan determinadas contingencias.
“Es un ahorro finalista, a largo plazo y estable, como consecuencia de esta misión son un buen instrumento para financiar la sociedad, el 40% de las inversiones están en empresas españolas, y también pueden ser eficientes para conseguir los objetivos medioambientales y de sostenibilidad que tenemos como país”, ha destacado Iglesias.
Por su parte, Martínez-Aldama también ha destacado la necesidad de seguir fomentando el ahorro financiero, sobre todo en momentos en los que la deuda pública supera el 120%, se endurece la política monetaria y aumenta nuestra prima de riesgo. Además, ha resaltado el papel recaudador del ahorro. “Un mayor ahorro financiero permite una mayor autonomía de los países para ver dónde localizan sus inversiones, de ahí el interés y la necesidad de los gobiernos de incentivar el ahorro financiero”, apunta.