En las próximas décadas, la caída de la fertilidad y el aumento de la longevidad cambiarán profundamente la distribución de la edad de la población en muchos países, aunque a diferentes niveles. Las consecuencias fiscales de esta transición demográfica son objeto de debate político en todo el mundo, pero todavia es una incógnita las implicaciones que tendrá para el ahorro y qué papel jugarán los sistemas públicos de jubilación.
El informe «El futuro del ahorro: el papel del diseño del sistema de pensiones en un mundo que envejece» publicado por el FMI, concluye que en los países con poblaciones envejecidas, el ahorro nacional es importante para reforzar la seguridad de la jubilación y permitir que los trabajadores asuman con mayor facilidad los costes de financiar los sistemas de pensiones mientras mantienen sus niveles de vida.
El FMI destaca que el gasto en pensiones públicas en las economías avanzadas y en las emergentes aumentará entre un 1% y un 2,5% del PIB, respectivamente, en el año 2050. El organismo advierte de que sin ajustes en los impuestos y otros gastos, este aumento conducirá a una disminución proporcional del ahorro nacional (suma del ahorro público y el privado). «En muchas economías avanzadas, las personas más jóvenes tendrán que ahorrar significativamente más y posponer la jubilación varios años para disfrutar de beneficios de pensión similares a los de los jubilados de hoy», dice el informe del FMI.
En concreto, para las economías avanzadas donde se han acometido reformas de las pensiones, los nacidos entre 1990 y 2009 tendrían que jubilarse cinco años más tarde, pasando del promedio actual de 63 años a 68 años en 2050. Esto cerraría, según el FMI, la mitad de la brecha prevista entre ingresos y gastos respecto a los jubilados actuales. Además, añade, si estos trabajadores ahorraran un 6% más de sus ingresos cada año, cerrarían la otra mitad de la brecha.
Reducir la generosidad de las pensiones
El informe aclara que son los países más envejecidos y con una menor proporción de personas en edad de trabajar los que experimentarán una caída más significativa del ahorro nacional, pero será determinante en el caso de aquellos que disfruten de unas pensiones más generosas. «El ahorro privado disminuirá más precipitadamente en países con sistemas de pensiones públicos generosos, ya que las personas dependerán menos de sus propios ahorros cuando se jubilen», sostiene el documento.
En este sentido, el FMI cree que la reducción de la generosidad de las pensiones públicas, por ejemplo, reduciendo los beneficios de jubilación anticipada, podría atenuar las vulnerabilidades fiscales a largo plazo y moderar la caída del ahorro.
El ahorro será mayor en los países con esquemas de contribución definida
Según el FMI, el ahorro privado aumentará en los países que incluyen un esquema de contribución definida como parte de sus sistemas de pensiones. Por ello, el FMI recomienda a los países con un entorno macroeconómico y legal propicio y sistemas financieros suficientemente desarrollados que consideren la posibilidad de complementar el plan público de pensiones con un plan de contribución definida, que proporcionaría un vehículo para fomentar el ahorro privado.
Además, las políticas del sector financiero y del mercado laboral deben considerarse, dice el FMI, como parte de un paquete de reforma de las pensiones. «La capacidad de los hogares de ahorrar para la jubilación y diversificar los riesgos relacionados con la jubilación dependerá de la disponibilidad de una amplia gama de productos financieros relevantes. Por otro lado, las políticas del mercado laboral deben estar orientadas a fomentar la participación de los trabajadores de mayor edad, atenuar las brechas de género y abordar la informalidad», concluye el FMI.