Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa, ha dado unas pinceladas sobre cómo serán las pensiones del futuro, las cuales, en su opinión, estarán marcadas por niveles más altos de incertidumbre. “Sé que es probable que esto no sea lo que queréis escuchar, sobre todo los más jóvenes; pero creo que, hoy por hoy, lo racional es que todos trabajemos para adaptarnos a esta idea”, ha señalado durante su intervención en la jornada “Cómo será la pensión del futuro” organizada por Seguros Reale.
“Las pensiones en España siempre se han basado en una garantía relativa, pues quien otorga dicha garantía, es decir la seguridad social y en última instancia el estado, siempre se ha reservado la soberanía de modificar las reglas de juego del sistema, de forma que, en el tiempo, el mismo euro no siempre ha generado la misma pensión. Ese nivel de incertidumbre, que tal vez en el pasado se ha percibido de forma muy tenue, se percibirá de forma más evidente de aquí en el futuro”, ha explicado la presidenta.
Sumada a la incertidumbre, encontraremos también un sistema menos generoso. “Se podrá percibir de dos maneras; o bien directamente, mediante el pago de pensiones que tengan una menor tasa de sustitución, esto es, que cubran una menor parte del salario cobrado antes de la jubilación; o, con mayor probabilidad en mi opinión, mediante el desplazamiento de la edad de jubilación”, detalla.
Éste, para González de Frutos, será el primer elemento de incertidumbre que se va a introducir en el sistema de dentro de 10, 15 o 20 años: el momento temporal en el que el derecho de jubilación pueda ser activado por el trabajador. “Si concebimos la pensión de jubilación como la suma de todos los pagos mensuales durante la vida del jubilado, el hecho de que la edad de jubilación se desplace y, por lo tanto, se recorte el número de meses de cobro o se ajuste a un determinado periodo estándar, hará que la pensión sea menos generosa”, aclara.
“El futuro, pues, se dibuja como un futuro en el que tendremos cada vez más claro que, de la forma que sea, automática, semiautomática o impulsada por decisiones coyunturales, la edad de jubilación es susceptible de desplazarse; y tendremos que integrar este dato en nuestras concepciones y estrategias laborales, económicas y personales”.
“La pensión del futuro será una multipensión”
La segunda gran característica que la presidenta de Unespa cree que acabará por producirse es que la pensión del futuro será una multipensión, es decir los ingresos de la jubilación vendrán de varias fuentes. “Soy consciente de que España es uno de los países desarrollados del mundo, si no el que más, donde esta idea está encontrando con más resistencias. Sin embargo, estoy convencida de que el argumento esencial que sostiene los esquemas multipensión se acabará por imponer”, asegura.
¿Cuál es ese argumento? El sistema de reparto es un sistema extremadamente sensible a las veleidades de la demografía, pero a su vez, es un sistema afinanciero, es decir que es ajeno a lo que ocurra en los mercados de capitales. Por otro lado, al ahorro capitalizado le ocurre exactamente lo contrario. “No es que le de igual la evolución demográfica, pero es un riesgo conocido cuya gestión viene realizándose desde hace más de un siglo. Por el contrario, se trata de un método muy sensible a la suerte de los mercados de capitales”, añade. Como resultado, lo que tenemos son dos sistemas que velan por la provisión de rentas futuras; y que, desde un punto de vista metodológico, son radicalmente distintos, “es decir, son compatibles”, asegura la experta.
Esto es lo que han entendido reformas de introducción de lo que se ha dado en llamar “primer pilar bis”, como en Suecia; o basadas en el desarrollo de segundos o terceros pilares de previsión, como Reino Unido o Alemania. “Como se puede comprobar, es bastante evidente que las reformas basadas en la multipensión son propias de los países más avanzados tanto social como económicamente. Los pensionistas del futuro deberían ser multipensionistas”, ha insistido la experta.
Las pensiones del futuro, pues, serán varias. Procederán de la solidaridad intergeneracional del reparto y, por otra parte, procederán de procesos de ahorro, colectivos o personales, a ser posible engarzados dentro de una organización global del ahorro que no se deje a nadie atrás y que promueva la suficiencia global de las jubilaciones. Un esquema que respete la voluntad de todos y que no olvide la inclusión de mecanismos correctores que permitan una equidad integral, sin ganadores ni perdedores.
“Una reforma necesita entre 15 y 20 años para desarrollarse por completo”
Según Pilar González de Frutos, una reforma de las pensiones es como un ser humano. Necesita entre 15 y 20 años para desarrollarse por completo. “Por eso mismo, en materia de pensiones es muy mala idea atacar los problemas cuando se producen; hay que atacarlos cuando sabemos que algún día se van a producir”, argumenta.
“Las pensiones del futuro, por lo tanto, son las pensiones de hoy desde muchos puntos de vista. Con mayores dosis de incertidumbre; más variadas en cuanto a su origen y método de generación; y absolutamente dependientes de las decisiones que tomemos hoy, esta tarde, mañana por la mañana. Así es como yo veo a las pensiones del futuro”, ha concluido la presidenta de Unespa.