Solamente con los ingresos de la Seguridad Social, sostener el sistema de pensiones público no es posible. Por eso, Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo, se mostró abierta a tomar decisiones fiscales, que podrían afectar a varios sectores como la banca o el tecnológico, que ayuden a lograr un sistema sostenible en el tiempo. “Es necesario debatir sobre la sostenibilidad del modelo de pensiones: la población cada vez más mayor, y hay que pensar en cómo garantizar la sostenibilidad de las pensiones porque solamente con los ingresos de la Seguridad Social no se puede financiar”, indicó, en el marco del seminario “La economía ante el blockchain. Lo que está por venir”, que se celebra esta semana en Santander, organizado por la APIE y BBVA.
En este sentido, y preguntada por el impuesto a la banca con este objetivo, se mostró a favor de hacer una reflexión para solucionar ese problema de ingresos, una reflexión que podría incluir medidas como instrumentalizar esas soluciones a través de impuestos a banca o a las empresas tecnológicas. “Si no hay reformas, estamos abocados a incrementar la deuda del sistema. Se tendrá que decidir si se imponen nuevos impuestos a la banca, a las empresas tecnológicas o a los vehículos contaminantes, pero hay que hacer esa reflexión y buscaremos consensos para abordar el problema y garantizar las pensiones de hoy y del futuro”, indicó.
Sin embargo, Carlos Torres Vila, consejero delegado de BBVA, se mostró en contra de esa idea, en lo que a la banca se refiere: “Un impuesto a la banca sería una medida errónea y la justificación de relacionarlo con el rescate a la banca también lo es, porque el rescate fue a las cajas de ahorros y a los depositantes para que no perdieran dinero y eso no puede tener relación con imponer un impuesto”.
Así, se mostró muy crítico con la idea de cambiar el sistema tributario para ayudar a la sostenibilidad de las pensiones: “No hay que hacer experimentos ni perjudicar a un sector concreto, porque eso crea distorsiones. Hay experiencias en otros mercados, en muchos latinoamericanos, que ilustran que un impuesto a las transacciones financieras, o la banca, generan distorsiones económicas que conducen a una peor asignación del crédito: éste se encarece”, añadió.