Los planes de pensiones pierden patrimonio. La nueva fiscalidad a favor de los planes de empleo ha abierto un agujero por el que ya se han colado más de 4.000 millones de euros. Según advierten desde Olea Gestión, sin duda las medidas de los últimos años impulsan el desarrollo de los planes de empleo, pero a su vez lamentablemente limitan a los planes individuales.
“El mercado de planes de pensiones, que nació a principios de los 90, no alcanzó sus objetivos y debemos reconocer que los productos ofrecidos a los clientes fueron de menor calidad que los fondos de inversión, por ejemplo. En nuestra opinión la neutralidad fiscal es uno de los elementos más importantes para alcanzar la excelencia en la gestión del ahorro de las familias y las limitaciones que ha sufrido el mercado de planes de pensiones ha sido el handicap para su consolidación”, explica el equipo en una entrevista con Funds Society.
Sin embargo, organizar nuestro futuro y optar por un producto exclusivamente por la fiscalidad no es muy acertado, los planes de pensiones siguen siendo una vía de ahorro importante para afrontar la jubilación. Tal y como defienden desde la entidad, el ahorro es un bien para cualquier sociedad, es el recurso básico de la inversión productiva y permite a las familias prepararse para posibles necesidades en su futuro, una vez que no perciban rentas por su actividad laboral. “Un sistema privado complementario al sistema público de pensiones mejorará la solvencia del país, cuestión muy importante para las personas más desfavorecidas de la sociedad al blindar realmente el sistema público. La pirámide de población es un hecho indiscutible y con el actual porcentaje de deuda pública del estado, hacen difícil encontrar una solución diferente al impulso de un sistema privado complementario”, comentan.
Además, desde la gestora también analizan el impacto de la educación financiera en la planificación. “La limitación que supone la cultura financiera de los clientes es determinante para analizar sus inquietudes y necesidades”, expresa el equipo de Olea Gestión. Por ello, han lanzado recientemente un plan de pensiones que comparte la filosofía de su fondo multiactivo. “La distribución a clientes particulares dificulta los procesos de perfilación de riesgos individuales, por lo que entendemos que un fondo multiactivo permite una aproximación sencilla al producto, rentabilidad objetivo y horizonte temporal recomendado”.
Se trata de un producto adecuado para los clientes que quieran delegar su decisión de elección de tipos de activos: renta fija, renta variable, divisas, etc., en gestores profesionales con experiencia y unos resultados que se pueden contrastar, aceptando la limitación del mandato (5% de rentabilidad objetivo y 3 años de horizonte temporal recomendado).
¿Qué esperar en 2023?
Los pequeños inversores han sufrido uno de los peores años en cuanto a caídas de activos, en el que además la renta fija, lejos de actuar como refugio, también ha experimentado caídas históricas. Estas caídas también se han reflejado en los planes de pensiones, según datos de Inverco, la rentabilidad media a un año ha sido negativa, concretamente se ha situado en un menos 10,1%. El peor golpe se lo han dado los planes de renta variable (menos 13,6%), mientras que los de renta fija a corto plazo han sido los que menos han sufrido con un menos 3,2%.
Aunque si el objetivo es ahorrar para la jubilación, no debemos dejarnos influir por los resultados a corto plazo (por ejemplo, a 10 años obtienen una rentabilidad positiva del 2,5%), sí que otorga cierta tranquilidad saber qué esperar en el año que entra. Según los expertos de Olea Gestión, nos enfrentamos a un año en el que, si se aclaran las fuertes incertidumbres geoestratégicas y se contienen los riesgos económicos en China, se puede producir un mercado alcista en renta variable, siempre y cuando el efecto de la inflación sobre los resultados empresariales sea contenido. “Se debe recordar que los mercados llevan dos de los últimos tres años con desempeños flojos o muy negativos como el 2022, y especialmente en los activos financieros más conservadores. Este hecho ha provocado que los inversores tengan bajas exposiciones a los activos de riesgo lo que supone un suelo para el mercado y puede convertirse en un catalizador para próximas subidas”.
En cuanto a la renta fija, los expertos de la firma recuerdan que ha sido el año más complicado para los activos de renta fija desde la gran crisis financiera mundial, y muy concretamente entre los activos de gobierno. “La subida de los tipos de corto por parte de los bancos centrales, en su intento por controlar la inflación y la necesidad de reducir la deuda pública acumulada en sus balances, va a ser determinante para el comportamiento de los activos de gobierno a largo plazo. La importante subida de los tipos a corto plazo ha provocado la inversión de la curva de tipos en la mayoría de los países, situación que consideramos coyuntural y que supone el principal riesgo para los inversores en activos de renta fija”, advierten.