Con una tasa de sustitución cercana al 80%, es lógico que en España el desarrollo del llamado «segundo pilar», la Previsión Social Complementaria (PSC) de las empresas, sea escaso. De hecho, actualmente los fondos de pensiones apenas representan el 20% del PIB frente a la media de la UE que está por encima del 30%. La Organización de Consultores de Pensiones (OCOPEN) afirma que «el objetivo que nos deberíamos fijar para el año 2040 es que los fondos de pensiones alcancen el 40% del PIB», un objetivo que no consideran «escandaloso ni arriesgado».
A juzgar por la situación que describen desde OCOPEN, que aglutina a 17 aseguradoras, gestoras y consultoras de pensiones, hay mucho camino por recorrer para poder alcanzar ese objetivo. Actualmente solo el 10% de la población ocupada cuenta con una sistema de Previsión Social Complementaria en su empresa, a excepción del País Vasco donde los EPSV cubren al 35% de los asalariados.
En general, el desarrollo el pymes es escaso y solo las grandes empresas cuentan con este tipo de instrumentos. «Es en las pymes donde se concentra el 83% de los asalariados, pero la crisis y la tecnología ha impedido su crecimiento», explica Manuel Álvarez Rodriguez, secretario general de OCOPEN, durante un encuentro informativo.
Además, el tamano de los fondos es mucho menor que en otros países, con un nivel de aportaciones reducido y un patrimonio medio insuficiente. «Nuestros fondos de pensiones grandes son a nivel internacional de tamaño medio», añade.
Desde OCOPEN recomiendan que los fondos de pensiones de empresa se extiendan a toda la población y que las aportaciones anuales alcancen entre el 2% y el 3% del PIB (4%-6% de las rentas salariales). De esta forma, el objetivo sería alcanzar progresivamente un complemento del segundo pilar del 5%, 10% y hasta el 15% del salario. «Lo ideal sería empezar con aportaciones pequeñas del trabajador y de la empresa con deducciones fiscales. Por ejemplo, un 0,5% o un 1% para crear la dinámica del ahorro y el automatismo», afirma Mariano Jiménez de las Heras, presidente de OCOPEN.
La sencillez es otra característica que también debe tener el «segundo pilar» con un fondo de adscripción «cuasi obligatorio» para los trabajadores que les de «un empujón» para el ahorro a largo plazo. Entre las ventajas que destacan está el poder diseñar estrategias de inversión a largo plazo, la transparencia, el asessoramiento experto, unos costes más reducidos y unas rentabilidades más altas.
El debate político sobre las pensiones
Desde OCOPEN creen que en España no solo falta concienciación e información sobre las pensiones futuras sino que los vehículos de inversión se han considerado como meros instrumentos de deducción fiscal con un asset allocation demasiado sesgado hacia la renta fija y con carteras ultraconservadoras. En opinión de Rodriguez, «el debate que se hace en España está demasiado cerrado, hablamos desde nuestras trincheras sin mirar lo que hay en otros países».