El Gobierno vuelve a rebajar los límites de aportación con derecho a desgravación de los planes de pensiones individuales. Según se recoge en el proyecto de los próximos Presupuestos Generales del Estado, la aportación máxima hacia los planes de pensiones individuales a desgravar en el IRPF pasa de los 2.000 a los 1.500 euros. Esta rebaja llega casi un año después de que se redujese el límite de 8.000 a 2.000 euros.
Al mismo tiempo, el máximo desgravable de los planes de empleo asciende hasta los 8.500 euros.
Estas medidas van encaminadas a potenciar el ahorro a través de los planes de empleo, una vía de ahorro que el Gobierno también quería impulsar con la creación de un Fondo de Pensiones público de gestión privada, según anunció el año pasado, pero del que aún no hay avances.
Las reacciones negativas por parte de la industria ante la pasada rebaja invitan a pensar que este nuevo recorte caerá como un jarro de agua fría. De hecho, diferentes asociaciones profesionales y empresariales, con el argumento de que la medida afectaría negativamente al conjunto de la ciudadanía y, en especial, a los trabajadores autónomos, firmaron un manifiesto abogando por mantener el límite de 8.000 euros en los planes individuales.
Los firmantes fueron ADECOSE, AEB, AEDAF, AMAEF, ASCRI, ATA, CECA, CEOE, CEPYME, la Confederación Española de Mutualidades, el Consejo General de Colegios de Mediadores, FECOR, el Instituto de Actuarios Españoles, el Instituto de Estudios Económicos, INVERCO, OCOPEN, UNACC y UNESPA.
Además, Inverco, como parte del comité de expertos creado por el Ministerio de Hacienda para la reforma del sistema tributario, recientemente recomendó aumentar este límite hasta los 5.000 euros.
Los efectos de esta reducción ya se han notado en las captaciones. Durante el primer semestre del año se obtuvieron unas captaciones netas de 79 millones, una cifra que contrasta con la del mismo periodo del año pasado, cuando los planes de pensiones captaron 846 millones de euros. Los expertos coinciden en que se puede culpar a un cóctel muy explosivo de esta caída: la nueva fiscalidad y la incertidumbre generada por la pandemia.