Con motivo de los respectivos 18 y 35 aniversarios del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) de México y de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) de Chile, Fitch Ratings analiza el alcance, las cifras y otros aspectos relevantes de los dos sistemas de pensiones. En el reporte especial “The long view: Mexico’s and Chile’s pension systems”, la agencia de calificación evalúa, entre otros temas, la importancia de los techos mínimos en los sistemas de inversión de ambos sistemas de pensiones.
Los dos sistemas de pensiones tienen un rol masivo en sus economías nacionales. A cierre de septiembre de 2015, los activos netos del Sistema de Ahorro para el Retiro alcanzaban los 2,47 billones de pesos mexicanos (unos 149.700 millones de dólares), cifra equivalente al 13,6% del producto interior bruto de México, con un 43% de la población afiliada al sistema. En la misma fecha, las Administradoras de Fondos contabilizaban más de 156.200 millones de dólares (unos 106,18 billones de pesos colombianos), cifra equivalente al 69,5% del PIB chileno, con un 55% de la población afiliada.
El sistema de pensiones mexicano se compone de cuatro Siefores Básicas (SB) que reciben contribuciones obligatorias y una serie de Siefores Adicionales (fondos de pensiones) que recogen las aportaciones voluntarias o para gestionar los recursos de otros sistemas de pensiones. Las Siefores Básicas están numeradas del 4 al 1 para canalizar los recursos de los trabajadores según su edad: el fondo 4 es para los trabajadores con 36 años o más jóvenes, seguido de los fondos 3 (de 37 a 45 años), 2 (de 46 a 59), y 1 (de 60 en adelante).
Durante su vida laboral, los trabajadores cambian de una Siefore Básica a otra, con el riesgo de inversión disminuyendo gradualmente de 4 a 1 (medido por valor en riesgo o gestión VaR), conforme los trabajadores llegan a su edad de jubilación. En ese caso, cada afiliado puede elegir entre dejar sus recursos en la Siefore anterior y comenzar a recibir los nuevos flujos en la nueva Siefore a la que cambió el afiliado. La Siefore Básica 4 contiene el nivel más alto de riesgo permitido, el mayor porcentaje de inversión en renta variable, y el régimen de inversión más amplio. La Siefore Básica 1 contiene el menor riesgo, el porcentaje más bajo de renta variable y las mayores restricciones a la inversión. Una quinta Siefore, llamada Pensión Básica, de riesgo mínimo fue activada al final de 2015 para mantener los recursos de los afiliados en su jubilación.
A finales de 2015, la Consar anunció cambios en el sistema de asignación para dar a los trabajadores la opción de elegir en qué fondo desean invertir, independientemente de su edad, de acuerdo con el modelo de las AFPs. El cambio permite a cada trabajador tomar más riesgo sin tener en cuenta su edad para obtener un mayor potencial de retornos transfiriendo los fondos a una Siefore con un número más alto. Esta opción también se puede aplicar en la dirección opuesta: transfiriendo fondos a una Siefore con un número menor, recibiendo retornos potencialmente menores, pero moderando la exposición al riesgo. A comienzos de 2016, las restricciones que habían sido previamente anunciadas se confirmaron, como la prohibición de la influencia del agente vendedor y limitar la selección Siefore Básica, a una vez cada cinco años. El cambio regulatorio parece significativo, pero desde Fitch Ratings prefieren esperar a ver cuántos trabajadores eligen estas nuevas opciones y sus efectos en el tiempo.
En el caso de las Administradoras de Fondos de Pensiones chilenas, éstas tienen cinco fondos para recibir las contribuciones obligatorias, nombrados desde A hasta E. Estos fondos se clasifican de acuerdo con techos estructurales de inversión. El riesgo de inversión disminuye gradualmente de una letra a la siguiente. Cuando los trabajadores se afilian, eligen a qué fondo van a asignar sus contribuciones. Cuando una mujer llega a los 50 años y un hombre a los 55, pueden elegir entre los fondos comprendidos entre las letras B y E, a pesar de que existe la posibilidad de dejar parte de sus recursos en el fondo A. Los pensionistas pueden elegir entre los fondos C, D y E, además de poder invertir hasta cierta cantidad en los fondos con mayor riesgo, los fondos A y B. El siguiente gráfico ilustra las asignaciones obligatorias de las Siefores Básicas del sistema SAR según la edad y los fondos elegibles dentro de las AFPs con restricciones para mujeres y hombres por encima de los 50 y 55 años, respectivamente.
Regímenes de inversión: la importancia de los techos mínimos
Cada Siefore Básica dentro del sistema de SAR y cada tipo de fondo de AFP están sujetos a reglas específicas para cada instrumento y a diferentes parámetros de riesgos. En general, el régimen de inversión de SAR se basa en establecer porcentajes máximos en renta variable para cada una de las cuatro Siefores Básicas y sólo un mínimo obligatorio está definido en un tipo de instrumento para la Siefore Básica 1. Sin embargo, el régimen de inversión de las AFPs está diseñado en la base de un techo máximo y mínimo para los cinco fondos para cada tipo de activo.
Para las Afores, no es obligatorio invertir en un rango de mecanismos, pueden enfocarse solamente en títulos del gobierno o utilizar el régimen de inversión de forma marginal. El sistema de las AFPs debe invertir en cada tipo de instrumento al menos hasta llegar a un mínimo estipulado. El máximo porcentaje de inversión en renta variable en los fondos A (80%) y B (60%) de las AFPs son el doble que los porcentajes permitidos en la Siefore Básica 4 (40%) y en la 3 (30%) del SAR; el 40% mínimo obligatorio en el fondo A es el máximo opcional en la SB4.
En instrumentos de inversión extranjeros, los mínimos obligatorios de inversión de las AFPs exceden los máximos opcionales del SAR. En las AFPs, la inversión en títulos del gobierno, los cuales son el pilar del SAR, están sujetos a máximos y pueden representar una minoría. Mientras las Siefores pueden estar compuestas completamente de este tipo de activo, las carteras de las AFPs pueden sólo contener entre un 30% y un 40%, excluyendo el fundo E, que está dirigido a pensionistas.
Se podrían realizar comparaciones directas entre la SB4 y el fondo A, o entre la SB1 y el fondo E según los parámetros de inversión. Sin embargo, no se pueden realizar comparaciones objetivas entre cada Siefore y cada fondo teniendo en cuenta el resto de criterios.
Un alineamiento más amplio hacia el modelo de multifondos: estableciendo mínimos techos y expandiendo el régimen de inversión
El SAR se ha ajustado a las modificaciones de las AFPs pero no lo ha hecho en la misma extensión y desde las mismas bases. Las AFPs realizaron sus reformas estructurales desde 2002 a 2008, modificando y ampliando entre otros aspectos, los tres pilares que alimentan los recursos de flujos (solidaridad, capitalización individual y ahorros voluntarios para la jubilación). Mientras que el SAR sólo modificó el esquema de inversión para adaptarlo suficientemente al modelo de multifondos y el esquema proporcional de diferentes alternativas o niveles de riesgo. El resultado de esta adaptación fue un modelo más conservador que el modelo chileno en términos de número de clases de instrumentos y porcentajes máximos, así como el hecho de que las asignaciones del fondo y los niveles de riesgo están sujetos a consideraciones de edad en lugar de las preferencias de los afiliados.
Desde Fitch Ratings observan que el principal diferenciador entre el SAR y las AFPs es, de forma general, el hecho de que el régimen de inversión estructural chileno es más amplio, con mayores porcentajes de renta variable, una mayor cuota de fondos extranjeros, y con espacio con más instrumentos y métodos. El régimen de las AFPs se basa en mínimos, lo que hace que la adquisición de todas las clases de activos sea obligatoria para fomentar mayores retornos. La amplitud del régimen y su base de mínimos permiten beneficios potenciales para los trabajadores jóvenes y/o para aquellos afiliados que eligen invertir en uno de los fondos con más riesgos. Los beneficios se extienden al sistema en general, ya que permite que los recursos crezcan a unas tasas mayores.