La sostenibilildad y la suficiencia de las pensiones públicas sigue siendo uno de los desafíos más importantes en el mundo desarrollado. El Instituto santalucía ha editado el primer libro colaborativo en Europa sobre el futuro y la sostenibilidad de las pensiones públicas en el que han participado expertos de prestigio internacional bajo la coordinación de José Antonio Herce, doctor en economía.
Durante la presentación de «Pensiones del futuro», la ministra de Economía y Empresa en funciones, ha destacado la importancia de preservar la que considera, “la joya de la corona del estado de bienestar español”. Sin embargo, ha señalado que las reformas que deben acometerse «no son tan evidentes y fáciles cuando el actual entorno político no acompaña». En su opinión, hay dos claves que deben regir cualquier tipo de reforma. “Han de ser reformas transversales, no unilaterales y tienen que hacerse en el marco del Pacto de Toledo, uno de los grandes inventos de este país para separar las pensiones de la lucha partidista. Además, estas reformas, deben tener credibilidad y transparencia”, ha dicho Calviño.
La ministra ha incidido en la necesidad de un debate basado en el realismo y alejado de alarmismos en el que todos nos impliquemos. “Tenemos que partir de una posición de enorme positivismo y esperanza, hemos creado un sistema sólido que ha sabido adaptarse, que la sociedad quiere proteger y mantener”, ha añadido. La educación financiera debe jugar, además, un papel importante. En este sentido, Calviño considera que “el equilibrio estará en hablar de las pensiones y al mismo tiempo de la educación”.
El siglo XXI, el primero en el que la esperanza de vida ganada no la destinaremos a la jubilación sino a trabajar
Los cambios a los que se enfrenta la sociedad, como la longevidad, la digitalización y la robotización del trabajo influyen directamente en los sistemas de pensiones del futuro. Diego Valero, doctor en economía y profesor de la Universidad de Barcelona, ha insistido en que los sistemas de pensiones tienen que adaptarse a la sociedad y no la sociedad a los sistemas de pensiones. «Necesitamos reformas autoevolutivas porque la sociedad cambia. Cada 30 o 40 años nos tiene que llegar una gran reforma de las pensiones”, ha afirmado.
Sin embargo, la verdadera adaptación está aún por llegar. Según Herce, nuestra esperanza de vida aumenta cinco horas cada día, pero nuestra edad de jubilación es la misma que cuando vivíamos solo 9 años más después de jubilarnos. “Los 65 de 1900 equivalen biológicamente a una edad actual entre los 81 y 91 años. Deberíamos jubilarnos por encima de los 70, algo que se puede conseguir con los trabajos del siglo XXI que ya deberían muy diferentes a los del XIX. Tenemos que estar a la altura del aumento de la esperanza de vida”, ha añadido.
Por su parte, José Ignacio Conde-Ruiz, doctor en economía, advierte de que “el siglo XXI debe ser el primer siglo en el que la esperanza de vida que ganemos no la destinemos a la jubilación, si no a trabajar. De momento lo hemos trasladado al ocio, ahora toca trasladarlo al trabajo”.
Un sistema de cuentas nocionales mixto podría ser la solución
Los expertos recomiendan avanzar hacia un sistema de cuentas nocionales mixto, con pensiones públicas más bajas y aportaciones complementarias durante la vida laboral. «Debemos caminar hacia un sistema mixto, con pensiones públicas y un sistema complementario de responsabilidad colectiva vía empleo o individual al que se puedan hacer aportaciones complementarias. Así nuestras pensiones estarían mejor diversificadas y garantizadas”, afirma Herce.
En su opinión, al sistema de reparto hay que incorporarle una capa actuarial que haga depender las pensiones de lo que rinda el PIB. “El sistema de cuentas nocionales implica disciplina actuarial en un sistema que sigue siendo de reparto. Debemos incorporarlo cuanto antes y dar tiempo a la sociedad a adaptarse”, añade.
Conde-Ruiz ha explicado que las cuentas nocionales permiten flexibilidad a la hora de la jubilación y constituyen una fórmula más sencilla de compatibilizar trabajo y pensión. “El sistema de ahora, donde lo último pesa más que lo primero, estaba diseñado para otro mundo. De haber existido un sistema de cuentas nocionales, los trabajadores que sufrieron la crisis financiera en sus últimos años de trabajo no se habrían visto tan perjudicados”, advierte este experto.
Para Luisa Fuster, doctora en economía por la Universidad Autónoma de Barcelona, el sistema de cuentas nocionales mejora también los incentivos al trabajo. “En un sistema de cuentas nocionales hay más relación entre la contribución realizada y nuestra pensión, es más claro, hay más información y los incentivos al trabajo están mejor alineados con el sistema de pensiones”.
Sin embargo, uno de los principales escollos a este sistema son los salarios bajos, que no permiten a todos los trabajadores crear ese excedente. En este sentido, la educación financiera y las finanzas conductuales contribuyen a fomentar el ahorro complementario. Según Inmaculada Fabián, profesora en la Universidad de Extremadura, cualquiera de las reformas es costosa y de difícil aceptación por parte de la sociedad. «Es importante que el sistema sea contributivo, que se vea una relación entre lo que se percibe y lo que se cotiza estableciendo mecanismos automáticos porque políticamente es muy difícil tomar ciertas decisiones”, concluye.