Entre las condiciones que establece el el plan de bajas incentivadas (PSI) que ha puesto en marcha Telefónica figura que la compañía seguirá realizando las aportaciones al plan de empleo de los trabajadores que se acojan al mismo hasta el momento de su jubilación.
El trabajador, por su parte, podrá decidir si la aportación de la empresa la quiere en su nómina, en cuyo caso no tendrá obligación de realizar la aportación del 2.2% que obligatoriamente realizan todos los trabajadores al plan de empleo o, si decide que la aportación siga siendo al plan de pensiones, continuar con la obligatoriedad de su aportación. En ambos casos el trabajador puede realizar aportaciones voluntarias hasta el momento de su jubilación.
Respecto al rescate anticipado, que Telefónica establece a partir de los 60 años, los trabajadores que se acojan al PSI tendrán que esperar a su jubilación o a los 65 años, que es cuando Telefónica dejará de realizar las aportaciones al plan, bien en su nómina o bien al plan de pensiones.
La medida permitirá a estos trabajadores mantener el ahorro y la inversión complementarias a su pensión pública en uno de los planes de empleo más longevos y con mayor patrimonio de España, cuyas principales características detallamos a continuación en esta artículo realizado en colaboración con OCOPEN (Organización de Consultores de Pensiones).
El sexto plan de empleo en el ranking nacional
Con 2.822 millones de euros bajo gestión y 26.122 partícipes, el plan de empleo de Telefónica ocupa el sexto puesto en el ranking nacional. Creado en 1992 y gestionado por una gestora, Fonditel, que forma parte del Grupo, este plan de empleo representa el 8% del total del patrimonio en este tipo de vehículos de previsión social en España.
La mayoría de los partícipes, 15.024, son trabajadores en activo con una edad media de 48 años, mientras que el resto son partícipes ya en suspenso con una media de 62 años. El derecho consolidado medio de los empleados de Telefónica a esa edad alcanza los 68.634 euros. Sin embargo, los empleados de Telefónica pueden rescatar su plan de empleo desde los 60 años siempre que ya no estén en activo o en el momento de su jubilación por la Seguridad Social.
El plan de empleo establece una aportación obligatoria por parte del trabajador del 2,2% de su salario, mientras que la empresa realiza una aportación del 6,87% si el trabajador ingresó en la empresa antes del 1/07/1992 o del 4,51% si su incorporación a la empresa fue posterior a dicha fecha. En 2018 el importe total de aportaciones (obligatorias tanto del promotor como del partícipe y voluntarias del partícipe) ascendió a 74 millones de euros.
En el caso de que un empleado dejara de tener relación laboral con la empresa, podría trasladar el plan a otra entidad, o bien continuar en él sin la obligación, ni por parte de la empresa ni por la suya propia, de realizar aportaciones. Podría, sin embargo, realizarlas de manera voluntaria.
Una estrategia conservadora con un peso importante en activos alternativos
Dada la edad media de los partícipes, el plan de empleo de Telefónica mantiene una estrategia conservadora. Así, actualmente el 57% está invertido en renta fija, el 29% en renta variable y un 14% en activos alternativos mayoritariamente en Europa. Además, un 5,88% de su inversión es temática y la cobertura ISR (inversión socialmente responsable) supera el 80%.
En cuanto a la rentabilidad, en 2018 registró una caída del 3,8%, si bien a 5 años ha obtenido una rentabilidad anualizada del 2,19% y del 4,22% desde su lanzamiento. La perspectiva de rentabilidad que establece su política de inversión es superar en tres puntos porcentuales el IPC europeo aunque admiten que “en la coyuntura actual no descartan una revisión”.
Comisión de control y Oficina de Atención al Partícipe
La Comisión de Control está formada por once miembros, de los cuales ocho son representantes de los trabajadores y beneficiarios, nombrados o bien mediante un acuerdo de la mayoría de los trabajadores, o bien por elecciones, y tres son representantes del promotor (empresa).
Si bien no cuentan con una formación específica para desarrollar esta función, Mónica Pérez Sánchez, presidenta de la Comisión de Control, destaca que cuando se elige a los miembros de dicha comisión, los sindicatos intentan buscar a los perfiles más adecuados. «No hay un requisito formal, pero ambos, tanto la presidenta como el vicepresidente, somos economistas».
En el caso de Telefónica, los miembros de la comisión de control, que son a su vez representantes de los trabajadores y beneficiarios, tienen dedicación exclusiva. «Creemos que sí es necesario recibir formación sobre previsión social complementaria, financiera y sobre control y supervisión de un plan de pensiones», afirman.
El plan de empleo de Telefónica es uno de los pocos que cuenta con una Oficina de Atención al Partícipe en la que se resuelven las consultas y dudas de los partícipes. El asunto que más interesa es el relativo a la rentabilidad del plan, sobre todo cuando ésta se resiente. «Los partícipes se interesan por el plan de empleo fundamentalmente cuando se produce una caída de la rentabilidad y, desde luego, los que más se preocupan son los partícipes que están más próximos a su jubilación», explica Pérez. En cuanto a la posibilidad de suspender su aportación, reconocen que son muy pocos los que toman esta decisión ya que, «estarían bajándose el sueldo de manera efectiva».
A día de hoy, el plan de empleo de Telefónica en uno de los beneficios sociales que facilita la empresa, aunque no es determinante a la hora de tomar la decisión de incorporarse a la empresa por parte de los candidatos o de optar por otro empleo. No obstante, los representantes de los trabajadores creen que «ahora se le da más valor que al inicio de su constitución» por la problemática que existe en el sistema público de pensiones, y la posibilidad que otorga el plan de pensiones de cumplimentar la pensión pública que otorga la seguridad social en el momento de la jubilación y mantener así su poder adquisitivo.