México ocupa este año el puesto 35 en seguridad para el retiro, de acuerdo con el Índice Global de Jubilación 2016, que dio a conocer Natixis Global Asset Management. El índice analiza los factores clave que impulsan la seguridad en el retiro y proporciona una herramienta comparativa de las mejore prácticas en políticas para el retiro en 43 países del mundo.
De entre los líderes en seguridad para el retiro identificados por el Índice, los de Europa del Norte dominan la lista de los primeros 10, incluyendo a Noruega en primer lugar, seguida de Suiza, Islandia, Suecia, Alemania, Holanda y Austria. En los primeros sitios destacan también Nueva Zelanda (en el número 4), Australia (en el número 6) y Canadá (en el número 10).
“Jubilarse solía ser sencillo: un individuo trabajaba y ahorraba, el patrón proporcionaba una pensión y los impuestos sobre nómina financiaban las prestaciones del gobierno, lo que resultaba en un flujo predecible de ingresos para un retiro financieramente seguro,” afirma John Hailer, director de Natixis Global Asset Management en lasAméricas y Asia. “La demografía y la economía han vuelto insostenible al modelo anterior, pero los líderes de nuestro Índice han encontrado formas innovadoras de adaptarse a la nueva realidad y proporcionan un mapa a seguir para el resto del mundo.”
Durante cuatro años, el Índice Global de Jubilación de Natixis, ha fungido como una herramienta comparativa a escala internacional de las mejores prácticas en políticas para el retiro. El resultado es un puntaje general en retiro para 43 países basado en cuatro indicadores que afectan la vida de los jubilados: finanzas para el retiro, bienestar material, salud y calidad de vida. La edición del presente año se enfoca principalmente en economías desarrolladas donde el retiro constituye un tema económica y socialmente fundamental.
México ocupa el lugar 35
Con la nueva metodología utilizada en el índice y con una lista menor de países, limitada a economías desarrolladas, México ocupa la posición 35. Sin embargo, México alcanza un puntaje aceptable en el subíndice de Finanzas (ocupando la posición 26), a pesar de una baja calificación en el indicador de gobernabilidad.
Comparativamente, México logra una buena calificación en los indicadores de finanzas públicas, ocupando una posición entre los primeros cinco en presión fiscal. La deuda pública se ha incrementado a causa de la caída en los ingresos petroleros, pero quienes deciden las políticas están comprometidos a reducir dichos niveles en los próximos años.
La posición general de México se debe principalmente a indicadores como Bienestar Material, gasto per cápita en salud en el subíndice de salud y endeudamiento gubernamental, dentro del subíndice de Finanzas para el Retiro.
Además, México registró un puntaje comparativamente bajo en el indicador de inversión, aunque la inflación está por encima de la de la meta tradicional del banco central de 2%, los analistas creen que está en niveles estables. Y con la proporción más baja de dependencia en la edad adulta entre todos los países en el Índice Global, México tiene una favorable serie de demografía en términos de mantener a sus jubilados, lo cual es positivo si se considera que la población que envejece en muchas naciones desarrolladas, especialmente en Europa, se está convirtiendo en un motivo de preocupación principal a largo plazo y en una presión sobre los modelos tradicionales de retiro.
De acuerdo con Mauricio Giordano, director de Natixis Global Asset Management México: “El enfoque del Índice Global de Jubilación no es tanto un mejor desempeño en comparación con otros países, sino la habilidad de navegar un complejo conjunto de factores que contribuyen a la seguridad en el retiro. El sistema de ahorro para el retiro en México aún puede constituir un reto y el logro de la seguridad en la jubilación aún podría ser un objetivo desalentador, aunque posible de lograr si cada quien hace su parte”, explicó Giordano.
“Debido a la complejidad del mercado de hoy y a un entorno de tasas bajas, fundamentales económicos sólidos y sistemas institucionales fuertes para la capitalización individual, ya no bastan para asegurar la estabilidad en el retiro. Depende de los reguladores, los patrones y el sector de inversión crear juntos soluciones innovadoras e incentivos para que los trabajadores cuenten con las herramientas que necesitan para ahorrar para el retiro. Los mexicanos parecen estar particularmente al tanto del reto que enfrentan, como lo reveló el reciente estudio de Natixis: el 89% de ellos (un 77% globalmente) reconocen que el financiamiento del retiro es cada vez más su responsabilidad”, concluye Mauricio Giordano.
Cuatro tendencias globales
Los reguladores y patrones pueden beneficiarse al observar cuatro tendencias principales que caracterizan a las naciones con las posiciones más altas del ranking.
1. Acceso: una fuerza laboral que envejece y el aumento en la expectativa de vida en muchos países occidentales han vuelto insostenibles a los modelos tradicionales de pago oportuno de beneficios gubernamentales en el retiro. Al asumir los individuos mayor responsabilidad por financiar su retiro, quienes deciden las políticas públicas en los países a la cabeza deben asegurarse que los trabajadores cuentan con acceso a programas de ahorro individuales o basados en el empleo.
2. Incentivos: las políticas inteligentes expanden los incentivos para que los individuos ahorren para el retiro con el fin de contribuir a reducir los retos a largo plazo en brindar apoyo a los jubilados. El trato fiscal favorable al ahorro para retiro ayuda a los trabajadores a guardar más dinero, haciendo más probable que puedan atender sus propias necesidades.
3. Compromiso: la afiliación automática a los planes laborales para el retiro es un paso adelante en la dirección correcta. Una buena política pública también garantiza que los trabajadores tengan el balance adecuado entre inversiones y la información suficiente para ayudarlos a maximizar los beneficios de participación en el plan.
4. Economía: la seguridad en el retiro va más allá de los vehículos de inversión en sí mismos. Incluye considerar a la población que envejece y que se sostendrá con un ingreso fijo. Las políticas monetarias, fiscales y de salud juegan por igual un papel en garantizar que los jubilados sean autosuficientes.