El impacto económico de la brecha de género en las pensiones superó los 26.000 millones de euros en 2018, un 2,2% del PIB. Es una de las principales conclusiones que se extraen del tercer estudio de ClosinGap “Coste de oportunidad de la brecha de género en las pensiones” presentado en la Fundación Mapfre.
Esta brecha de género en las pensiones públicas se explica en gran medida, según este estudio, por la maternidad y las interrupciones laborales de las mujeres como consecuencia de la crianza de los hijos. De hecho, el impacto sobre la pensión pública por jubilación es mayor cuanto más alto sea el nivel educativo completado por la mujer trabajadora y cuanto más se dilate el periodo de
interrupción.
De este modo, la pensión contributiva recibida por una mujer con nivel educativo bajo (ha completado la ESO) que decida coger una excedencia para el cuidado de un hijo durante 3 años, así como un periodo de interrupción laboral para crianza de 9 años (que coincide con el momento en el que su hijo cumpla 12 años), será un 10% menor a la que hubiera recibido si no hubiese interrumpido su carrera. Con dos hijos (y, por lo tanto, un mayor periodo de interrupción), la pensión por jubilación sería un 11,9% menor.
En el caso de mujeres con nivel de cualificación alto, la pensión se vería reducida en un 14,8% y 18,4%, respectivamente. «Cuando ésta se produce, la reanundación de las carreras laborales de las mujeres tras la interrupción por el cuidado de los hijos implica un nivel salarial ionferior que ya no las abandonará hasta la jubilación», ha explicado José Antonio Herce, profesor Afi Escuela de finanzas.
Por otro lado, la mayor prevalencia del desempleo de larga duración entre las mujeres es la causante de las lagunas de cotización en este ámbito. Así, según el informe, en 2018 el 11,3% de las mujeres de entre 35 y 44 años habría generado lagunas de cotización por desempleo con motivo de la crisis económica, pero solo un 1,7% podría completarlas voluntariamente para su jubilación a partir de 2019. En el caso de los hombres, se encontraban en dicha situación el 8,6% del total.
La brecha se va cerrando, pero de manera insuficiente
Aunque la brecha se ha reducido en las altas de nuevas jubilaciones porque las mujeres causan su propia pensión, la pensión promedio de una mujer es de 740,2 euros, frente a los 1.162,3 percibidos por el promedio de hombres pensionistas. Esta diferencia de 422,2 euros se amplía hasta los 450,1 en el caso de las pensiones dejubilación.
En palabras de Antonio Huertas, presidente de Mapfre, “todas las brechas de género son inaceptables, pero la de las pensiones es especialmente lesiva para las mujeres, porque su longevidad y sus necesidades de atención a la salud son aún mayores. Se trata de una desigualdad que se va corrigiendo, pero, por justicia individual, este proceso ha de acelerarse y, por necesidad colectiva derivada de su impacto en la economía, necesitamos que así sea”.
Descenso en la recaudación fiscal
Según el informe, la brecha de género en las pensiones implica una menor recaudación fiscal por parte de la Agencia Tributaria, traducida en 2.422 millones de euros en IRPF (2,2% del total ingresado) y 2.884 millones en IVA (2,2% de lo ingresado) que dejaron de recaudarse en 2018 por la inexistencia de esta potencial actividad económica.
El informe también calcula lo que supone, en términos de empleo, esta menor actividad económica: dejaron de crearse 414.600 puestos de trabajo, equivalentes al 2,1% del total de los ocupados en España ese año.
En palabras de Huertas, “todas las brechas de género son inaceptables, pero la de las pensiones es especialmente lesiva para las mujeres, porque su longevidad y sus necesidades de atención a la salud son aún mayores. Se trata de una desigualdad que se va corrigiendo, pero, por justicia individual, este proceso ha de acelerarse y, por necesidad colectiva derivada de su impacto en la economía, necesitamos que así sea”.