Según los datos de la OCDE, los planes de pensiones españoles fueron los octavos más rentables de todos los países de la organización en el año 2014. Con una rentabilidad anual del 8%, se situaron por detrás de los planes daneses (que ganaron un 16,7%), los holandeses (15,1%), belgas (10,7%), húngaros (9,6%), australianos y luxemburgueses (8,3%), y chilenos (8,1%).
Pero superaron en rentabilidad a los planes de otros países como Canadá, Suiza, Nueva Zelanda, Islandia, Portugal, Eslovenia, Grecia, Finlandia, Austria, Israel, Italia, Turquía, Noruega, México, Estonia, Alemania, República Eslovaca, EE.UU., Japón, Corea y República Checa, según las estadísticas de la organización.
También superaron a la media de rentabilidad de la organización, situada en el 6,8%, según los datos. La posición es un puesto por debajo que la de un año antes, pues en 2013 los planes españoles fueron los séptimos más rentables de la OCDE (ver cuadros).
La rentabilidad de los planes se calcula en base a su valor liquidativo (único), en el que están deducidos todos los gastos que soporta el partícipe, por lo que la rentabilidad calculada es neta de comisiones y gastos. En su publicación anual “Pension Markets in Focus”, la OCDE describe y compara la rentabilidad neta real (deducida la inflación) de los planes de pensiones de todos los países de la OCDE.
Según la última información disponible de octubre de 2015, la rentabilidad anual media ponderada en los últimos doce meses de los planes de pensiones es del 3,3%, a pesar del negativo comportamiento del mercado en el tercer trimestre del año. Con todo, está muy por debajo del 8% ofrecido en los últimos dos años.
En los plazos largos, la rentabilidad de los planes españoles a 25 años es del 4,8% media anual acumulativa. Es decir, la rentabilidad acumulada de las aportaciones a planes realizadas hace 25 años es del 223%, mientras que la inflación media anual en este período fue sólo del 2,8%.