El fuerte mercado bajista del año pasado afectó a una amplia gama de estrategias de inversión, y la ESG no fue una excepción. Sin embargo, la menor rentabilidad se considera un contratiempo temporal, no una tendencia irreversible. La inversión ESG sigue siendo fundamental para la creación de valor a largo plazo en esta era de calentamiento global y desigualdad social, según un nuevo informe publicado por CREATE-Research y la mayor gestora de activos europea, Amundi. El informe se basa en las respuestas a una encuesta de 158 planes de pensiones de todo el mundo, que gestionan activos por valor de 1,91 billones de euros. Su objetivo es arrojar luz sobre cómo evolucionará la inversión ESG tras los acontecimientos excepcionales de 2022.
Su principal conclusión es que el apetito por los criterios ESG entre los planes de pensiones sigue siendo fuerte a pesar de la caída del mercado en 2022. Según recoge el informe, el año pasado fuimos testigos del aumento de la inflación mundial y de la invasión rusa de Ucrania, que agitó los mercados de capitales. La inversión en ESG sufrió las caídas del mercado resultantes, recordando a los inversores que no es inmune a las tendencias del mercado. El 63% de los encuestados experimentó inversiones sectoriales inoportunas, ya que los valores energéticos se impusieron a los objetivos de descarbonización y el 53% está preocupado por la reacción política frente a cuestiones ESG en EE.UU., el mayor mercado de fondos del mundo.
Sin embargo, el consenso es que, como estrategia, la ESG estará marcada por reveses periódicos debidos a una dinámica mayor que tiene poco que ver con la inversión ESG per se. La mayoría de los encuestados (el 79%) cree que los factores ESG no perjudicarán el rendimiento a largo plazo. Como resultado, el apetito sigue siendo fuerte y la inversión ESG continuará profundizando sus raíces en el panorama de las pensiones. En los próximos tres años, el 53% de los encuestados espera que aumente la proporción de inversión ESG en sus carteras activas, y el 49% espera que aumente en sus carteras pasivas.
Según Vincent Mortier, director de Inversiones del Grupo Amundi, “incluso el observador más casual de los mercados sabrá que 2022 fue un año difícil, pero a pesar del impacto en las estrategias ESG, es alentador ver tanto optimismo por parte de los inversores institucionales. La encuesta de este año revela un panorama positivo y un sólido apetito ESG por parte de los planes de pensiones, y no debemos subestimar el poder de este grupo para mover la aguja cuando se trata de lograr un impacto”.
La ESG no es filantropía
Un rasgo distintivo de la evolución de la inversión socialmente responsable a la inversión ESG es el énfasis dual: ganar dinero y, al mismo tiempo, marcar la diferencia para la sociedad en general. Según uno de los encuestados: «queremos ver pruebas claras de que nuestras inversiones ESG rinden bien financieramente y hacen el bien socialmente». Para que sus carteras alcancen esta dualidad, nuestros encuestados han destacado dos conjuntos de objetivos.
El primer grupo se refiere a los fundamentos de la inversión: minimizar los riesgos relacionados con los factores ESG (57%), aumentar la rentabilidad de las oportunidades conexas (53%), buscar un doble beneficio a través de la rentabilidad social y medioambiental, así como financiera (51%) y reducir la volatilidad de la cartera (34%). En particular, sólo el 14% está dispuesto a alcanzar objetivos ESG a expensas de la rentabilidad de la cartera. El otro grupo se refiere a cuestiones secundarias, como las compensaciones entre los pilares E, S y G (49%) y la reducción de los riesgos operativos y de reputación (34%).
“La inversión ESG ha evolucionado: ahora estamos asistiendo a la aparición de una versión más sólida centrada en los resultados y las responsabilidades del mundo real, además de en la rentabilidad financiera. Este cambio marca un momento decisivo en la próxima etapa de la inversión ESG y que destaca su firme lugar en el centro de las carteras de pensiones”, destaca el profesor Amin Rajan, de CREATE-Research, quien dirigió el proyecto.
Mercados de capitales y medias políticas
Según identifica el informe, hay varias fuerzas que impulsan la inversión ESG entre los planes de pensiones, como la naturaleza cambiante de los mercados de capitales y la política de acción climática.
Por un lado, los mercados de capitales están evolucionando y los beneficios ya no son el único objetivo. Las empresas deben promover los intereses de los accionistas, así como de los empleados, los clientes y las comunidades. Las vías dominantes utilizadas por los planes de pensiones para mejorar los intereses de las partes interesadas el stewardship y el proxy voting (68%), la inversión en las compañías best-in-class con puntuaciones ESG altas o en proceso de mejora(56%), la integración de factores ESG en el proceso de inversión (52%), la exclusión de empresas con calificaciones ESG deficientes (41%) y la inversión de impacto (35%).
Por otro lado, la política de acción por el clima es otro poderoso viento de cola. Según el documento, dos game-changers políticos recientes son la Ley de Protección contra la Inflación en EE.UU. y el programa «Fit for 55» en la UE. Es probable que las iniciativas de colaboración del sector, como la “Net Zero Asset Owner Alliance” y la “Net Zero Asset Managers Initiative”, den un nuevo impulso. En la actualidad, uno de cada dos planes de pensiones tiene una estrategia neta cero y otro de cada cuatro informa de que está «trabajando en ello».
En este sentido, Monica Defend, directora del Amundi Investment Institute, señala: “En los últimos 12 meses, hemos asistido al anuncio de una serie de nuevas iniciativas normativas y políticas en todo el mundo, como la IRA en EE.UU., y el Plan RePowerEU y la Ley de Industria Net Zero en Europa. Los gobiernos y los reguladores desempeñan un papel importante en el impulso de la inversión ESG. Desde aumentar la transparencia hasta ayudar a los mercados a fijar el precio de los riesgos y las oportunidades, esperamos que los responsables políticos sigan avanzando en la agenda ESG”.
Renta variable y renta fija
En cuanto a las clases de activos más adecuadas para alcanzar el objetivo climático Net Zero en 2050, el 50% se inclina por la renta variable. El informe explica que esto se debe a que la renta variable permite una sólida gestión del stewardship y proxy voting, ofrece liquidez inmediata y puede dirigirse fácilmente a modelos de negocio «puramente» ESG, como las energías renovables, así como a sectores difíciles de abandonar, como el cemento y el acero. Por su parte, los bonos son la segunda preferencia (41%). A medida que aumenta el número de planes de pensiones que entran en la fase de run-off debido al envejecimiento demográfico, los bonos verdes, sociales y relacionados con la sostenibilidad resultan cada vez más atractivos.
Y los activos alternativos ocupan el tercer lugar (38%). Por orden de importancia, destacan las infraestructuras verdes, los edificios ecológicos, los fondos de capital riesgo/inversión y la deuda privada. El capital riesgo está bien posicionado para comprar las empresas más rezagadas en materia de ESG y mejorar sus credenciales ecológicas, tanto con incentivos fiscales como sin ellos.
Inversión temática y criterios de inversión
A medida que los inversores avanzan en la curva de aprendizaje ESG, las compensaciones entre los distintos pilares de la ESG se han hecho evidentes y ha ganado terreno un enfoque más granular. Dentro de cada eje han surgido temas favoritos. En el ámbito medioambiental, el cambio climático y las emisiones de carbono es el más popular (63%), seguido de la biodiversidad (48%), la escasez de agua (42%) y la gestión de residuos (36%). En el pilar social lo son el compromiso de los empleados y las normas laborales (57%), los derechos humanos (42%) y la protección de datos y la privacidad (32%). Mientras que en el pilar de gobernanza destacan la remuneración de los ejecutivos vinculada a los resultados ESG (61%), la diversidad en la composición de los consejos de administración (57%), una estructura independiente del comité de auditoría (46%) y la tolerancia cero frente al soborno y la corrupción (40%).
“A medida que los planes de pensiones avanzan en su viaje ESG, la lista de criterios para seleccionar gestores externos para la inversión ESG ha crecido. Los criterios pueden dividirse en calificadores y diferenciadores. El primer grupo abarca los aspectos básicos de la inversión que dan credibilidad a un gestor. Incluye una estructura de comisiones value-for-money (58%), seguida de valores ESG básicos arraigados en la cultura corporativa (56%). El segundo conjunto tiene más peso, ya que incluye actividades de creación de valor, como un historial en el cumplimiento de los objetivos ESG de los clientes (67%), así como en compromiso y voto (65%). El conjunto también incluye un pool de talento amplio y profundo (63%), seguida de liderazgo intelectual ampliamente admirado (57%)”, concluye el informe.