Los fondos de pensiones no acaban de alcanzar el protagonismo que tienen en otros países próximos. En España, representan el 10,5% del PIB, frente al 60,5% de media en los países de la OCDE. Parece, además, que no vamos en ese camino, ya que las últimas modificaciones fiscales han reducido de manera notable las aportaciones.
En general, 2022 no fue un buen año para los fondos y su volumen de activos se vio claramente afectado. Según datos de Inverco, el patrimonio en el sistema individual cerró el año en los 80.234 millones de euros (10,2% de disminución anual). El descenso se ha debido principalmente al efecto de mercado, además del menor volumen de aportaciones en el sistema. “Este efecto de mercado no ha podido compensarse, al igual que ha venido sucediendo en los últimos años, con un mayor volumen de aportaciones al sistema, pues la reducción de los incentivos fiscales a este instrumento de ahorro ha reducido el volumen de aportaciones brutas en 4.380 millones de euros en tan solo dos años (32%)”, lamentan desde la patronal.
Por su parte, el sistema de empleo tampoco ha salido bien parado. Según los datos de Inverco, finalizó el año con un notable descenso en su patrimonio debido también a las rentabilidades negativas generadas por los mercados financieros, presentando un incremento de las prestaciones netas respecto a años anteriores, como consecuencia del menor volumen de aportaciones brutas. El patrimonio se situó en 34.628 millones (un 8,4% menos que en 2021).
Caída de aportaciones y efectos de la nueva fiscalidad
Las aportaciones brutas en 2022 se redujeron hasta los 2.864 millones de euros para el total de planes. Este descenso se concentró en los planes del sistema individual, cuyas aportaciones brutas se redujeron un 33% en 2022 respecto a 2021 y un 60% respecto a 2020. El descenso, según insisten desde la patronal, está relacionado con las reducciones en el límite máximo de aportación a planes individuales qu epasó primero a 2.000 euros y luego a 1.500.
Además, estas reducciones van a afectar de forma sensible a una gran parte de los ahorradores en planes de pensiones: con información disponible de la Agencia Tributaria, el 72,1% de aportantes (salarios inferiores a 45.000), realizan una aportación media inferior a 2.000 euros, y el 52% (salarios <33.000) realizan una aportación media inferior a 1.500 euros.
Tras la primera reducción de los límites de aportación al ahorro, se puede observar cómo ha afectado al ahorro de más de más de 1.300.000 partícipes, que según las cifras de DGSFP de finales de 2020 hicieron aportaciones superiores a 1.500 euros, es decir, el 40% de los partícipes que hacen aportaciones. Tras la segunda reducción impuesta para el año 2022, cuya aportación máxima se redujo hasta los 1.500 euros anuales, más de 500.000 ahorradores adicionales se han visto perjudicados por esta medida, por lo que en total, cerca de 2.000.000 de partícipes se han visto afectados.
Sigue cayendo el número de partícipes
En 2022 el número de cuentas de partícipes disminuyó a un ritmo similar con respecto a 2021 (82.575 menos) y cerró 2022 con 9.372.648. Sin embargo, el número neto de partícipes al cierre del ejercicio se estima en siete millones y medio, ya que muchos partícipes tienen abierto más de un plan con el objeto de diversificar su ahorro para la jubilación.
El número de planes de promoción conjunta (los promovidos por más de una empresa) se incrementó ligeramente en 2021 hasta los 394 planes con 14.502 empresas integradas (13.591 en 2020). Si a esta cifra se añaden los planes de empresas de promoción individual, un total de 15.509 empresas han promovido planes de pensiones. No obstante, y según datos del Directorio Central de Empresas (INE), en España había un total de 1,48 millones de empresas con al menos 1 asalariado y activas a finales de 2021, por lo que apenas el 1% de las empresas españolas promueven planes de pensiones para sus trabajadores.
Rentabilidad
En un contexto muy desfavorable en los mercados financieros, los fondos de pensiones cerraron 2022 con rentabilidad negativa (9,7%), tras tres años consecutivos registrando rentabilidades positivas en 2021 y 2019, donde todas las categorías de inversión registraron rendimientos negativos, especialmente aquellas con mayor exposición a acciones.
De hecho, los planes de renta variable acumularon una rentabilidad negativa anual de casi el 14%. En los 16 de los últimos 21 años, los planes de pensiones han obtenido rentabilidades positivas. “De hecho, la rentabilidad media anual de los fondos de pensiones a largo plazo (25 años) alcanza ya el 2,5% anual, superando con holgura la inflación media anual del período y asegurando a los partícipes el poder adquisitivo de sus aportaciones”, señalan desde Inverco.
Respecto a la inversión sostenible, los planes de pensiones ESG ya representan un 35,8% del total de los planes del sistema.
Perspectivas para 2023
Tras las reducciones del límite máximo de aportación impuestas a los planes de pensiones individuales en 2021 y 2022, desde Inverco creen que es previsible que las aportaciones se comporten de forma similar a las del año anterior, lo que unido a un probable mantenimiento del volumen de prestaciones brutas, puede generar un neto negativo de 1.000 millones de euros en el sistema individual.
Sin embargo, esta reducción de patrimonio por efecto de aportaciones netas podría compensarse con la rentabilidad esperada por mejoría en los mercados tras un 2022 con notables ajustes de valoración de carteras.
“En conjunto, se estima para 2023 un incremento patrimonial del 1% para los planes de pensiones individuales hasta los 81.000 millones de euros. Los mismos argumentos son aplicables al sistema de empleo, ya que aunque la reducción de límites ya comentada no aplica a los planes de empresa, el efecto práctico ha sido el mantenimiento sin cambios (incluso con una ligera reducción) del volumen de aportaciones brutas. Por todo ello, el volumen de activos de los fondos de pensiones podría incrementarse ligeramente, cerrando el año con un patrimonio de 117.000 millones de euros”, esperan desde la patronal.