Las dos principales preocupaciones para los consumidores europeos son los gastos imprevistos, como las reparaciones domésticas, y los aumentos notables en el precio de las necesidades básicas para vivir, como los alimentos (la mitad de los europeos aseguran estar reduciendo sus gastos discrecionales, como ir a comer a restaurantes y salir de vacaciones). Pero también la enfermedad grave, la pérdida del trabajo o no tener dinero suficiente para la jubilación, preocupación que muestra el 33% en la última encuesta de la Actitud de los Consumidores (Consumer Attitudes Survey- CAS) del Instituto Aviva de Ahorro y Pensiones. Según Aviva, se puede luchar contra estas preocupaciones a través de los ahorros y los seguros.
Aunque el comportamiento del ahorro se ha mantenido bastante estable en los seis países de la UE analizados -Irlanda, España, Reino Unido, Polonia, Italia y Francia- en los tres últimos años (dos terceras partes de los consumidores tienen cuentas de ahorro, una tercera parte tiene pensiones privadas y uno de cada cinco posee alguna forma de inversión), los consumidores piensan mantener sus niveles de ahorro e inversión pero reducir su nivel de ahorro en pensiones en un 11%, según el estudio. Algo preocupante, teniendo en cuenta que el 28% afirma no haber realizado ningún preparativo financiero para el futuro, una tercera parte de los consumidores (33%) afirma no tener ningún producto de ahorro y casi una cuarta parte (23%) no tiene ninguna forma de ahorro ni productos de inversión a largo plazo. “Esto significa que existe un número significativo de personas excluidas financieramente en la UE, lo que tiene amplias implicaciones para las políticas públicas”.
Sin embargo, existen marcadas diferencias entre los países de la UE. Hay una amplia brecha entre los hogares de Irlanda, donde en total un 13% más de personas afirman que “ahorrarán más” frente a las que “ahorrarán menos”, y de Italia, donde un 18% más de personas afirman que “ahorrarán menos” frente a las que “ahorrarán más”.
Preocupación en la jubilación
Sigue existiendo un alto nivel de preocupación sobre la financiación de la jubilación: a un 58% le preocupa no tener suficiente dinero para mantener un nivel de vida adecuado. Desde el punto de vista del consumidor, las personas se enfrentan a tres opciones para financiar una jubilación más prolongada: ahorrar más, ser más pobres al jubilarse o aplazar su jubilación. La encuesta de Aviva muestra que muchos consumidores eligen la tercera opción, la mitad de ellos. Se trata de una proporción de personas significativa e indica que la mayoría de las personas reconocen que se trata de un problema que deben abordar. No obstante, tal vez no sepan cómo abordarlo o no sean capaces de hacerlo, dice Aviva.
Parece que a medida que los consumidores se acercan a la edad de jubilación, es más probable que quieran trabajar después de esa edad: el grupo de edad de 55 años o más es el que se muestra más favorable a seguir trabajando. En general, el deseo de trabajar después de la edad de jubilación habitual está polarizado: un 36% de los consumidores se muestran a favor de esta posibilidad y un 31% se muestran en contra.
De nuevo existen diferencias sorprendentes entre los países en cuanto a su preocupación sobre la jubilación y su deseo de seguir trabajando después de la edad de jubilación. Por ejemplo, en Irlanda un 47% de las personas estaba de acuerdo con “Me gustaría trabajar después de la edad de jubilación habitual” y un 26% no estaba de acuerdo. En Francia las proporciones fueron prácticamente opuestas.
Peores perspectivas financieras
En general, los consumidores europeos siguen siendo negativos sobre las perspectivas financieras de sus hogares y la economía de sus países en los próximos 12 meses. La mayoría piensa que su situación económica seguirá igual en los próximos 12 meses (47%) y también son mayoría los que piensan que su situación empeorará (29%) frente a los que afirman que mejorará (17%). No obstante, hay algunas diferencias importantes entre los países: España tiene una puntuación de confianza de las familias del 3%, mientras que en Italia es del -25%.
No obstante, la última encuesta muestra que, aunque sigue siendo baja, está mejorando la confianza en la economía general y en las finanzas domésticas. En muchos países y en la UE6 en su conjunto está en su nivel más alto desde 2010. Esto puede deberse a la incipiente recuperación económica observada en algunos estados miembros de la UE. En total, casi el 40% de los consumidores afirma “vivir cómodamente” o de forma “satisfactoria” y otro 40% asegura “ir tirando”, mientras que el 20% dice que su situación económica es “bastante o muy difícil”. Sin embargo, existen marcadas diferencias entre los distintos países. Los países que impulsan este aumento del optimismo económico son el Reino Unido, España e Irlanda, mientras que Italia y Francia continúan muy negativos.