El presidente y director general de BlackRock, Laurence D. Fink, exhortó esta semana a la Administración Obama y a los líderes empresariales a reconocer que los estadounidenses no están lo suficientemente preparados para el aumento en la longevidad y afirmó que los legisladores deben considerar la solución a la consecuente crisis de los fondos para el retiro como una prioridad nacional.
En un discurso ante alumnos y personal docente de la Facultad de Administración Stern de la Universidad de Nueva York, Fink señaló este martes que se ha progresado mucho en lograr plazos de vida más largos, pero añadió que este beneficio está limitando seriamente los recursos de los gobiernos y de los inversionistas individuales en todo el mundo y además podría también estar restringiendo las oportunidades laborales para los más jóvenes, a medida que personas de mayor edad permanecen por más tiempo en el mercado laboral.
“La longevidad es el reto que definirá la era actual”, dijo Fink, quien señaló que la expectativa es que uno de cada cuatro estadounidenses de 65 años en la actualidad viva hasta la edad de 90 años. Dijo que la mezcla tradicional de fondos para el retiro provenientes de la Seguridad Social, pensiones y ahorros personales está a punto de sufrir “una crisis sistémica que amenaza no solamente a los sistemas de ahorro para el retiro sino al futuro de la economía».
“Debido a sus efectos de largo alcance, la solución a esto debe ser de la dimensión y urgencia de una prioridad nacional, al igual que los retos que hemos enfrentado en años recientes. Entre más tardemos en reaccionar, más crecerá el problema,” dijo Fink.
Para ayudar a superar este reto, Fink pidió una solución integral que, además de la Seguridad Social, incluya algún tipo de ahorro para el retiro obligatorio, similar al sistema de jubilación de Australia o el nuevo Fideicomiso Nacional de Ahorros para el Empleo del Reino Unido. Solicitar la introducción gradual de dicha disposición, dijo Fink, «aliviaría la crisis de financiación para la longevidad, que será un lastre para la economía y la creación de empleo en los próximos años, si no se aborda en breve».
Fink también dijo que el sector empresarial estadounidense tiene la «obligación moral de ayudar a los empleados a prepararse para la jubilación» e instó a más empresarios a ofrecer planes para el retiro, proporcionar fondos de contrapartida, registrar a todos los empleados y «educar al personal sobre la necesidad absoluta de optimizar sus planes».
Dijo también que BlackRock y otros administradores de activos debían hacer un «mejor trabajo» en apoyar a los ahorradores a prepararse para la jubilación. «Esto significa un enfoque mucho menor en ventas a corto plazo y productos, y mayor en las necesidades de los inversionistas a largo plazo», dijo.
El director general de BlackRock realizó una presentación con motivo de la publicación de la última encuesta Investor Pulse de la firma: «Invirtiendo en un entorno de bajo rendimiento», que concluye que si bien más de la mitad de los encuestados temen vivir más de lo que sus ahorros durarán, alrededor de 73% están más preocupados por mantener «seguros» estos ahorros que por generar los retornos que necesitarán para financiar una jubilación que ahora dura hasta tres décadas o más.
«No vamos a cambiar el comportamiento humano, pero debemos encontrar formas para encausarlo. Los inversionistas no tienen un enfoque a largo plazo. Están demasiado ocupados con todo el ruido, todos los altibajos en los mercados», dijo Fink, citando estudios conductuales sobre la aversión al riesgo en los ahorradores particulares.
«Ese ruido – y la preocupación de la gente por sobrevivir a sus ahorros – irónicamente impulsan a los inversionistas a invertir en lo que perciben como más seguro, como los bonos tradicionales», dijo Fink. «Cuando deberían hacer todo lo contrario, aprovechando el horizonte de inversión más largo para lograr que su dinero siga trabajando para ellos».
Las reglas tradicionales para invertir ya “no funcionarán”
Los planes de pensiones y las personas han utilizado durante mucho tiempo los bonos convencionales del Gobierno tradicionales para ayudar a financiar sus obligaciones de jubilación. «Esto funcionó durante 30 años de inflación y tasas de interés a la baja y 8% de rendimiento en bonos del Tesoro. Pero ya no funciona actualmente cuando los rendimientos de los bonos a 10 años son menores a 2%. Y el riesgo verdadero es que la sobre-asignación a fondos de renta fija tradicionales arrojará pérdidas de dinero cuando las tasas de interés suban», dijo Fink.
«Las reglas antiguas para invertir -60% en renta variable, 40% en renta fija y una participación cada vez mayor en renta fija entre más se acerca la jubilación, no funcionan más en la actualidad», agregó.
«Como industria, debemos medir nuestro desempeño no contra de los puntos de referencia, sino contra las metas o pasivos de los inversionistas», dijo Fink.
«A los inversionistas no les importa si un fondo tiene acciones de mediana capitalización o deuda del Gobierno mexicano. Los inversionistas quieren productos que brinden resultados a largo plazo para ayudarles a comprar una casa, enviar a su hijo a la universidad o financiar un retiro decente», dijo Fink.
Si quiere escuchar íntegro el discurso pronunciado por Larry Fink en la universidad pinche aquí.