En la madrugada del 7 de agosto el Congreso brasileño ha aprobado en una segunda votación el texto de la reforma de pensiones por 370 votos a favor y 124 en contra, con un amplio margen con respecto al mínimo de 308 votos requeridos.
El texto ya fue aprobado por primera vez el pasado mes de julio (379 votos a favor y 131 en contra) y esta segunda nueva votación es el siguiente paso que debe dar antes de pasar al Senado donde tiene que ser votada en dos ocasiones más. Sin embargo, antes de que pase al Senado, la cámara de baja aún debe aprobar una serie de enmiendas durante el día, aunque el portavoz del Congreso Brasileño, Rodrigo Maia ha declarado que es probable que sean rechazadas. En concreto se trata de ocho enmiendas, siete de ellas presentadas por la oposición.
Este complejo trámite es necesario al tratarse de una reforma constitucional, aunque la mayoría de los analistas afirman que las dos votaciones en el Congreso eran las más difíciles.
En este sentido y sobre la evolución del texto en lo que resta de trámite parlamentario, Luiz Ribeiro, CFA Managing Director Head of Latinamerican Equities de DWS, en declaraciones exclusivas a Funds Society afirma que la discusión en el Senado puede dar lugar a mayores ahorros: “Creemos que la discusión en el Senado será más fácil que en la Cámara Baja ya que el tema es más consensuado allí y el número de votos en la Cámara Baja fue más alto de lo esperado. La discusión principal en el Senado, en nuestra opinión, será sobre la inclusión de los planes de pensiones de los estados y municipios en la reforma. El ahorro total mencionado hasta ahora (alrededor de 900.000 mil millones en 10 años) es solo para el Gobierno Federal. La inclusión de los estados y municipios sería un punto positivo adicional desde el punto de vista fiscal. Creemos que la reforma será finalmente aprobada a finales de septiembre”
Esta tan ansiada reforma es uno de los temas principales de la agenda de equipo económico de Bolsonaro y se espera que una vez conseguido este hito se puedan implementar otra serie de medidas y reformas, como la tributaria, que impulsen y abran la economía brasileña. En esta linea, Ribeiro concluye: “La agenda de reformas seguirá avanzando con las discusiones sobre la reforma tributaria. La idea sería simplificar el sistema impositivo sin aumentar la carga impositiva general, mejorando así el entorno empresarial. La privatización adicional y la venta de activos también deberían ocupar un lugar destacado de ahora en adelante”.