BlackRock Retirement Institute (BRI) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) exploran cómo el dividendo demográfico puede conducir al crecimiento económico a largo plazo y la estabilidad fiscal de las economías más grandes de América Latina.
El dividendo demográfico, o el período durante el cual un país disfruta de una población de adultos en edad de trabajar relativamente grande en comparación con la totalidad de su población, ofrece una ventana atractiva para acelerar el crecimiento económico y mejorar el desarrollo de capital humano.
De manera particular, este dividendo puede sentar las bases para incrementar el ahorro para el retiro, ya que existe un número mayor de trabajadores generando ingresos, ahorrando e invirtiendo en una economía más dinámica.
En condiciones ideales, el efecto de onda expansiva de este ciclo virtuoso conduce a numerosos beneficios sociales en todo un país, incluidos mejores niveles de vida y una mejor preparación para el retiro.
Algo esencial para poder lograr estos beneficios, es contar con tasas de ahorro más altas. Aquellos programas dirigidos a alcanzar una variedad de objetivos económicos y de desarrollo relacionados, a la postre pueden empoderar a más personas de modo que puedan integrarse a la fuerza de trabajo y comenzar a ahorrar e invertir para el retiro. A su vez, este incremento en el ahorro y la inversión pueden generar mayores beneficios macroeconómicos y en el área del desarrollo humano, haciendo realidad la promesa del dividendo demográfico. Para acelerar estas dinámicas, los países de América Latina (AL) pueden considerar una variedad de pasos con tal de aumentar las tasas de ahorro de manera significativa.
La esencia del potencial del dividendo demográfico se encuentra en la estrecha relación entre las características demográficas y la actividad económica, que tiene su origen en el concepto del “ciclo de vida económico”.
El ciclo de vida económico es un patrón de producción y consumo que cambia a medida que una sociedad y las personas en esta envejecen. Aquellos países que se están beneficiando de un dividendo de este tipo, una mayor proporción de la población se encuentra en el período del ciclo de vida económico en el que su producción supera al consumo. Como resultado de lo anterior, el dividendo demográfico puede impulsar el crecimiento económico nacional a corto y largo plazo, incluidos los siguientes aspectos:
Tasas de ahorro: Una mayor proporción de la población está en su mejor momento para generar ingresos, ahorrar e invertir
Retornos de inversión: Mayor capital local y financiamiento amplían oportunidades de inversión y pueden proporcionar mayores ganancias
Productividad: La inversión puede asignarse a la infraestructura que permite una mayor eficiencia y retorno de capital
Los cinco recursos clave para mejorar las tasas de ahorro en inversión en Latinoamérica son:
El ingreso y ahorro de mujeres: Aumentar la tasa de participación laboral de las mujeres puede ser un catalizador para que los países aceleren su crecimiento económico y aumenten la contribución de una mayor proporción de la población al capital humano. Una mayor participación genera numerosos beneficios, que van desde un aumento en el número de mujeres que ahorran e invierten para el retiro hasta una mayor igualdad de género.
Aumentar el ahorro: Actualmente, menos de la mitad de las personas en Latinoamérica tienen algún tipo de cuenta con una institución financiera y, de estas, únicamente el 26 por ciento cuentan con cuentas de ahorro. Mejorar la transparencia y la confianza en las instituciones financiera, aumentar la competencia al interior del sistema financiero y reducir los costos para los consumidores son pasos importantes para promover un mayor nivel de ahorro y participación en el sistema financiero.
Los países latinoamericanos pueden introducir productos financieros y programas de ahorro automático diseñados para incentivar a los clientes a abrir y hacer uso de cuentas bancarias, incluidos productos financieros más simples y transparentes, lo mismo que productos con “mecanismos de compromiso” para promover una conducta del ahorro sistemática.
Potenciar el mercado de capitales: Los mercados de capitales tienen una correlación positiva con las tasas de ahorro e inversión, pero requieren de marcos normativos sólidos y protecciones, tanto para los acreedores como para los accionistas. Los países de AL pueden mejorar aún más los mercados de capital facilitando el acceso a un conjunto más amplio de participantes potenciales en el mercado.
Mejorar el diseño de los sistemas de pensiones: Argentina, Brasil y Venezuela tienen un sistema de beneficios definidos (BD), donde muchas veces las tasas de contribución son “demasiado bajas en relación con las tasas de reemplazo”. En México, Colombia y Perú, los trabajadores pueden elegir entre sistemas de contribución definida (CD) y BD que operan de manera paralela, modelo que puede generar un mayor “riesgo”, ya que provoca una separación entre los trabajadores según la formalidad de sus salarios, lo que en gran medida deriva en que los de mayores recursos prefieran el sistema de CD, y, por el contrario, los de menores recursos el de BD, dejando a este con menos recursos disponibles para el pago de pensiones. Chile, en cambio, opera con el modelo de CD, donde la contribución es “insuficiente”.