Aumentar la edad de jubilación, en particular la de las mujeres, y subir las cuotas para la pensión de retiro por vejez, son algunas de las medidas que sugiere la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (Fiap), para preservar el sistema de Invalidez Vejez y Muerte (IVM).
De acuerdo con el organismo que tiene presencia en 20 países, la expectativa de vida en la región es de 30 años más que cuando nació el sistema, lo que ha generado un impacto negativo en el fondo de pensiones, “sobre todo por el caso de las mujeres, quienes viven mucho más que los hombres y tienen en promedio una edad de jubilación menor a la de su par masculino”, explica Guillermo Arthur, presidente de la Fiap. Sin embargo, advierte de que la modificación de estos dos procesos debe llevarse a cabo de manera “paulatina”.
En Panamá la edad de referencia de jubilación en los hombres es de 62 años y la de las mujeres, 57 años.
Para Juan Pastor, director y gerente general del fondo de jubilaciones privada Progreso, “las mujeres en Panamá se jubilan cinco años antes, pero viven cinco años más, lo que genera un desequilibrio en las finanzas del sistema de IVM”.
El director de la Caja de Seguro Social, Estivenson Girón, señaló que aumentar el número de cuotas y la edad de jubilación no son las soluciones para mantener las reservas del programa de IVM. “La salida puede estar en oxigenar el sistema a través de inversiones que haga la institución”.
Según datos de la Caja de Seguro Social, las reservas del programa de IVM durarán hasta 2025, sin embargo, el futuro de la institución es incierto, ya que desde 2012 se desconocen sus estados financieros auditados.
Transparencia cero
En Panamá, a través de la reforma de la Ley 51 de 2005, se adoptó el sistema de capitalización individual. Este programa permite a los trabajadores que cotizan en la Caja de Seguro Social (CSS) saber cuánto hay en la cuenta individual, si le pagaron la cotización y el rendimiento de los ahorros, sin embargo, esto no se cumple, según el director general de Progreso. “Los cotizantes están aportando a este sistema, pero no conocen el estado de sus cuentas… Lo más lógico es que estas cuentas individuales sean públicas y tengan una contabilidad que esté al alcance de los titulares”, señala.