Buscando ampliar la cobertura del sistema de pensiones en México, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) propuso retomar la experiencia de Chile en 2008. Esta trata de interconectar el pilar contributivo del sistema de pensiones, representado por el SAR, con el pilar no contributivo ya existente, representado por la Pensión de Adultos Mayores (PAM).
La propuesta podría alcanzar un costo de 22,5% del PIB en valor presente de aquí al 2070. Según la CONSAR, esta «consiste en reemplazar el programa Pensión para Adultos Mayores por un esquema complementario al SAR, que garantice que todos los individuos tengan acceso a una pensión, independientemente de su historia contributiva» y utilizaría la infraestructura existente de las afores para admisnitrar los recursos adicionales.
El organismo nota que si bien «México se encuentra en una etapa temprana de envejecimiento poblacional. No obstante, el número de adultos mayores se quintuplicará en medio siglo. A su vez, las proyecciones de cobertura de los sistemas de pensiones contributivos muestran que ésta seguirá siendo baja. Ambos fenómenos generan la necesidad de complementar el pilar contributivo con un pilar no contributivo, que a su vez requiere de un importante esfuerzo fiscal y de coordinación gubernamental».
El documento de trabajo -estructurado con una proyección hasta el 2070- esboza una propuesta de integración de pilares que busca alcanzar cinco objetivos básicos:
- Lograr una cobertura universal de la población adulta mayor
- Garantizar un nivel mínimo de ingreso en la vejez
- No incrementar significativamente el costo fiscal del sistema de pensiones al aplicar la propuesta de manera gradual
- Fortalecer los incentivos a la formalidad
- Operar bajo reglas simples y transparentes
En la Figura 10, las barras representan los costos fiscales del statu quo, en el cual se financia la Pensión para Adultos Mayores y la Pensión Mínima Garantizada por separado, los cuales significan un costo de 15,9% del PIB, en valor presente (2018 – 2070). En la misma gráfica se presentan tres líneas negras, las cuales muestran el costo anual del programa integrado, bajo tres escenarios distintos (relacionados con el nivel de apoyo de programa):
- Si la Pensión Básica fuese de 900 pesos mensuales, el costo fiscal del programa sería de 15,0% del PIB.
- Si la Pensión Básica fuese de 1.200 pesos mensuales, el costo fiscal del programa sería de 18,7% del PIB.
- Si la Pensión Básica fuese de 1.491 pesos mensuales (Línea Mínima de Bienestar), el costo fiscal del programa sería de 22.5% del PIB en valor presente.
«El modelo propuesto genera mejoras relevantes tanto en el grado de cobertura como en el nivel del beneficio que obtendrían los trabajadores de bajos ingresos. Adicionalmente, supone un costo fiscal acotado al ser gradual y aprovechar de mejor manera los subsidios entre los trabajadores de menores ingresos. Finalmente, se busca aprovechar la enorme infraestructura que se ha construido para administrar el SAR», concluye la CONSAR.
Puede descargar el documento en este link.