Las recomendaciones del Pacto de Toledo no son lo suficientemente ambiciosas, así se ha concluido en la jornada “Pensiones del Futuro” organizada por Expansión, en colaboración con BBVA y la Universitat de València. Rafael Doménech, responsable de análisis económico de BBVA Research, considera que, aunque van en buena dirección, son insuficientes.
Para José Antonio Herce, presidente del Foro de Expertos el Instituto BBVA de Pensiones, tan solo hay algunas medidas que van en la dirección correcta, y no considera que, en general, las recomendaciones del Pacto de Toledo sean del todo acertadas. A sus ojos, la mayor parte de las recomendaciones “desestabilizan el sistema”. Como, por ejemplo, elegir los mejores años de cotización. “No veo un balance positivo de las recomendaciones”, sentencia.
Concretamente, los tres expertos reunidos, Rafael Doménech, José Antonio Herce, y Enrique Devesa, profesor en la Facultat d’Economia de la Universitat de València, consideran que en una de las variables clave, la edad de jubilación, apenas se ha profundizado. “Alargar la edad de jubilación en función de la esperanza de vida es clave para la sostenibilidad y suficiencia y echo de menos una recomendación más clara y contundente en esta área”, expresa Doménech. Para Herce, ligar la edad de jubilación a la esperanza de vida sería la medida más acertada. “Si hubiese que elegir una sola medida, la más eficaz no sería financiera, sería el uso el tiempo”, expresa.
Por su parte, Enrique Devesa “echa de menos” un análisis del impacto económico que la implantación de estas recomendaciones podría tener y considera que no se trata de una reforma, sino de “pequeños matices, casi todos en la dirección contraria a la de reducir el gasto”. En este sentido, Herce coincide con Devesa y alerta de la necesidad de empezar a tomar medidas concretas y estructurales. “Me sorprende que la recomendación 0 enfatiza que no conviene hacer recomendaciones radicales, es justo lo contrario”, valora.
Sin embargo, una de las reformas que consideran más acertada es la de potenciar los sistemas del segundo pilar, los planes de empleo. Pero todos los ponentes se han mostrado contrarios a que su refuerzo sea a costa de los planes individuales, tal y como se ha ido planteando durante los últimos meses. “Lo que hemos conocido es que se está generando una asimetría, se va a favorecer el segundo pilar a costa del diferimiento en el pago del impuesto del tercer pilar. Todos los países tienen ese diferimiento y es una mala idea montar este segundo pilar acosta del tercero”, defiende Doménech. Además, si se implanta este sistema, Doménech considera fundamental que haya una única cuenta para estas aportaciones, para tener en cuenta el hecho de que en carreras más largas los trabajadores cambiarán más de empresa.
¿Qué recomiendan los expertos para nuestro sistema?
Herce plantea la necesidad de encaminarnos progresivamente hacia un sistema mixto, donde los expertos coinciden en que las cuentas nocionales serían una opción atractiva. En este sentido, Herce ha puesto de ejemplo el caso de Holanda, donde el trabajador medio recibe un 101% de su salario en la jubilación, un 30% proviene de una pensión básica de la seguridad social, un 70% de los planes de empleo y un 1% de su plan individual.
Por su parte, Doménech también aboga por la importancia de la responsabilidad individual que tenemos todos como ciudadanos. “El Pacto de Toledo menciona los objetivos del sistema de pensiones, pero veo la falta de la responsabilidad individual de formarnos, trabajar, ser más productivos o alargar nuestra carrera. Todo esto contribuye a que las pensiones de los demás sean mejores”, apunta.
Según explica, los jóvenes son la esperanza del sistema y ellos deben tener esperanza en el sistema. “Cuanto mejor sea su capital humano, habilidades y capacidades, mayor será la probabilidad de empleo, su productividad y por tanto la capacidad del país de generar un sistema sostenible y suficiente. Pero también aceptando los retos, la esperanza de vida es mayor, vamos a tener que trabajar más años”.
Asimismo, los expertos coinciden en que el principal problema reside en que convivimos con un sistema diseñado en otro siglo, hecho a medida para una sociedad que ya no existe. De hecho, actualmente, el sistema, según explica Devesa, está entregando entre un 50% y un 70% más de lo que recibe. “Hay algo que está mal calculado y esto no se corrige con transferencias”, alerta.
“Las cuentas nocionales sería un sistema para el siglo XXI, no uno como el de ahora que es del siglo pasado. Muchos de los baches del sistema de ahora se podrían solucionar con un sistema de cuentas nocionales individuales, todo lo que cotizas va a una cuenta individual, es un sistema más transparente y con incentivos para cotizar”, explica.