Hace unos días recibíamos un dato histórico, el ahorro financiero de los hogares españoles invertido en depósitos o efectivo superaba el billón de euros. Los españoles somos conservadores y nos decantamos por productos de bajo riesgo y, como consecuencia, de baja rentabilidad. Sin embargo, puede que invertir en depósitos no sea una apuesta tan poco arriesgada como pensamos debido a la entrada de un viejo jugador que llevaba unos años en el banquillo, la inflación, la cual ya ronda el 4%. “Todo el mundo piensa que invertir en un depósito es lo más seguro, pero si les dices que pueden perder un 4% de su patrimonio, las cosas se ven de otra manera. Con una inflación alta un inversor no se da cuenta de lo que está perdiendo hasta al cabo de los años”, advierte Íñigo Escudero, director de la oficina de Madrid de Invesco.
“Ojo con aquellos activos que no te dan ningún tipo de rentabilidad con un escenario de ciclo con una inflación media o alta”, advierte. Incluso, señala que hay expertos que aseguran que posiblemente la inversión más temeraria es la de no mover tu dinero con un escenario de alta inflación. “Hay que cambiar el chip, tu poder adquisitivo está cayendo todos los días”, recuerda.
Otro aspecto sobre el que Escudero invita a reflexionar al pequeño inversor/ahorrador es el horizonte temporal y el riesgo. Escudero insiste en la importancia de contar con una buena planificación financiera para ser capaces de invertir con un objetivo y así controlar más la aversión al riesgo. “El horizonte temporal es fundamental para tener esa aversión al riesgo. Si no tienes un objetivo de inversión, mirarás todos los días qué está haciendo tu dinero, si tienes un horizonte de 5 años te da igual lo que haga tu patrimonio en dos semanas, y ese concepto no lo tiene el inversor español, es planificación financiera”, explica Escudero.
La jubilación, la principal preocupación de los inversores
Estas reflexiones derivan de la presentación de los resultados de la última encuesta de Invesco que recoge las opiniones de asesores, banqueros privados y consultores de inversores frente a lo que piensa el inversor final. Según la encuesta, numerosos inversores españoles piensan en la jubilación, pues ahorrar para dicha etapa es la principal preocupación, en particular, si comparamos este extremo con hace tres años (57% frente al 49%, respectivamente).
El COVID-19 también ha podido influir en los cambio que ha habido en los objetivos. El deseo de crear un fondo de emergencia también se ha convertido en una prioridad mayor para los inversores que antes (46% frente al 38%). Además, también ha aumentado la voluntad de dejar una herencia (19% frente al 12%). Por otro lado, no sorprende que los gastos discrecionales, como gastos en viajes u ocio, hayan perdido importancia (21% frente al 32%).
La pandemia también ha impactado en la cantidad de dinero invertida, el 41% no invertirá más dinero hasta que se logre un mayor control del COVID-19. En este sentido, las principales preocupaciones de los inversores finales son la aparición de una nueva variante, una recesión o el paro. Por otro lado, la mitad de los inversores sostiene que su situación financiera ha mejorado en los últimos tres años y que seguirá mejorando durante otros tantos.
También parece existir cierta apetencia por invertir en el mercado bursátil, pues solo al 35% le parece bien mantener la mayor parte de sus ahorros en efectivo dado el riesgo del mercado. Sin embargo, solo el 35% considera que tiene demasiados ahorros en efectivo y necesita invertirlo en algo que genere una rentabilidad mayor. Este podría ser un síntoma de numerosos aspectos, como aversión al riesgo del mercado o satisfacción con la rentabilidad que ya obtienen de sus inversiones.